Se acerca el inicio de la Liga de Fútbol y el circo mediático ya está calentando en el campo. La afición se prepara y los clubes ultiman sus últimos fichajes del verano con el hándicap de una deuda millonaria. Los clubes deben a Hacienda 752 millones de euros, una cantidad bastante cuantiosa.
Si la deuda fuera a otros clubes no supondría gran cosa, pues lo que los clubes manejen entre ellos queda entre ellos. Más conflictivo resulta que se hayan librado de las obligaciones tributarias mientras que el resto de los españoles sufren una época de necesidad.
Gaspar Llamazares, entonces coordinador general de Izquierda Unida, ya preguntó por la deuda del fútbol en la pasada Legislatura. La respuesta del Ejecutivo el 30 de abril de 2008 fue que los clubes debían 607.357.484,01 euros. En febrero de 2012, la deuda rondaba los 752.297.358,58 euros, alrededor de 145 millones de diferencia en solo cuatro años.
De esos 752 millones, solo 184 pertenecían a la Segunda División. Los clubes más endeudados son los de Primera. No es extraño si se tiene en cuenta la gran necesidad de los clubes de invertir en fichajes, proyectos que no han salido como se esperaba, impagos...
Muchos de estos equipos están consiguiendo grandes logros en Europa, pero a diferencia de otros equipos más cumplidores, estos tienen la ventaja de no ser penalizados con rigidez por la Justicia española. La mayoría de los equipos endeudados han pactado un calendario de pagos en base a derechos televisivos, venta de jugadores e, incluso, venta de abonos para próximas temporadas, sin contar con el apoyo de instituciones como ayuntamientos o diputaciones.
Incluso se están desarrollando planes que permitan a los clubes acabar con su deuda para la temporada 2020/2021, pero eso no quita la mala situación de una competición que, por su propia dinámica, requiere crecer.
La carrera de fichajes entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona no está haciendo más que imprimir un mayor ritmo de crecimiento en la calidad de los equipos para poder estar a la altura o, al menos, hacer competición. A este paso, es probable que se acabe con un modelo de Liga similar a la escocesa. El reparto de los derechos televisivos influye mucho en ello.
En estos momentos está habiendo negociaciones sobre los derechos de televisión y su reparto. Un gran conflicto en el que, cada vez, los dos grandes tienen menos aliados. Algunos equipos medianos han apoyado durante mucho tiempo este reparto. Sin embargo, la crisis está acabando con "lo habitual". Ya no hay amigos. El presidente del Sevilla Fútbol Club, José María del Nido, hablaba ya en el mes de julio de trece equipos contrarios al actual estado de cosas, aunque está por ver qué ocurre al final.
No vamos a entrar ahora en la Guerra del Fútbol, pues de por sí merecería otro análisis. Lo cierto es que los clubes españoles tienen una deuda millonaria, una deuda que no se permite ni se puede permitir ni a particulares ni a pymes. En el fútbol no todo es negocio, también hay sentimientos, pero no suele ser recomendable que las emociones cieguen a los ciudadanos de la realidad: los clubes son empresas que tienen que pagar. Como todas.
Si la deuda fuera a otros clubes no supondría gran cosa, pues lo que los clubes manejen entre ellos queda entre ellos. Más conflictivo resulta que se hayan librado de las obligaciones tributarias mientras que el resto de los españoles sufren una época de necesidad.
Gaspar Llamazares, entonces coordinador general de Izquierda Unida, ya preguntó por la deuda del fútbol en la pasada Legislatura. La respuesta del Ejecutivo el 30 de abril de 2008 fue que los clubes debían 607.357.484,01 euros. En febrero de 2012, la deuda rondaba los 752.297.358,58 euros, alrededor de 145 millones de diferencia en solo cuatro años.
De esos 752 millones, solo 184 pertenecían a la Segunda División. Los clubes más endeudados son los de Primera. No es extraño si se tiene en cuenta la gran necesidad de los clubes de invertir en fichajes, proyectos que no han salido como se esperaba, impagos...
Muchos de estos equipos están consiguiendo grandes logros en Europa, pero a diferencia de otros equipos más cumplidores, estos tienen la ventaja de no ser penalizados con rigidez por la Justicia española. La mayoría de los equipos endeudados han pactado un calendario de pagos en base a derechos televisivos, venta de jugadores e, incluso, venta de abonos para próximas temporadas, sin contar con el apoyo de instituciones como ayuntamientos o diputaciones.
Incluso se están desarrollando planes que permitan a los clubes acabar con su deuda para la temporada 2020/2021, pero eso no quita la mala situación de una competición que, por su propia dinámica, requiere crecer.
La carrera de fichajes entre el Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona no está haciendo más que imprimir un mayor ritmo de crecimiento en la calidad de los equipos para poder estar a la altura o, al menos, hacer competición. A este paso, es probable que se acabe con un modelo de Liga similar a la escocesa. El reparto de los derechos televisivos influye mucho en ello.
En estos momentos está habiendo negociaciones sobre los derechos de televisión y su reparto. Un gran conflicto en el que, cada vez, los dos grandes tienen menos aliados. Algunos equipos medianos han apoyado durante mucho tiempo este reparto. Sin embargo, la crisis está acabando con "lo habitual". Ya no hay amigos. El presidente del Sevilla Fútbol Club, José María del Nido, hablaba ya en el mes de julio de trece equipos contrarios al actual estado de cosas, aunque está por ver qué ocurre al final.
No vamos a entrar ahora en la Guerra del Fútbol, pues de por sí merecería otro análisis. Lo cierto es que los clubes españoles tienen una deuda millonaria, una deuda que no se permite ni se puede permitir ni a particulares ni a pymes. En el fútbol no todo es negocio, también hay sentimientos, pero no suele ser recomendable que las emociones cieguen a los ciudadanos de la realidad: los clubes son empresas que tienen que pagar. Como todas.
RAFAEL SOTO