En 2008, Juan Cruz preguntó a Juan Marsé, con motivo de la concesión del Premio Cervantes, si Zapatero sería capaz de superar la crisis. El escritor catalán recordó una frase de Brecht que desde entonces la conservo manuscrita en mi catecismo de textos para heterodoxos y escépticos. Dice así: “Desde el punto de vista moral, es lo mismo atracar un banco que fundarlo”.
Si Rajoy leyera, que no lee, igual hubiese tomado otra determinación respecto a la crisis de Bankia. Siempre me pregunto –lo hago porque no soy economista- por qué los gobiernos dejan a la banca hacer y deshacer a sus anchas sin ningún tipo de control.
Entiendo que el capitalismo es el libre mercado. De acuerdo. Entonces por qué ahora el Gobierno interviene a Bankia. Por qué no deja que la banca privada se desmorone de una vez por todas. Sé que dejará las unidades de cuidados intensivos de todos los hospitales apiñadas de enfermos terminales, de cadáveres irreconocibles, incluso de falsos aquejados de ningún mal. Pero no me gusta pagar la cerveza que no he pedido y, por supuesto, tampoco he tomado.
Pero sé por qué ocurre y sé por qué entre todos pagamos las fiestas que otros vivieron. Así nos va. Y aquí nadie da explicaciones. Pero, bueno, mientras el cuerpo aguante, pensará Rajoy. Claro, mientras los asalariados lo soportemos, los parados lo sufran, los jóvenes sueñen, los delincuentes sean amnistiados por fraude y la Iglesia también viva de los presupuestos generales, aquí paz y en la otra vida gloria, o más crisis, que aquí nadie se libra.
En fin, si no atendemos a más razones porque la sesera ya no da para más, habrá que recurrir a los aforismos de Brecht para salvarnos. De modo que solo hay dos soluciones a nuestro futuro: o atracamos un banco o lo fundamos. Pero si alguien no anda muy convencido, siempre le queda una solución intermedia: llamar a Sánchez Gordillo y tomar un súper.
Si Rajoy leyera, que no lee, igual hubiese tomado otra determinación respecto a la crisis de Bankia. Siempre me pregunto –lo hago porque no soy economista- por qué los gobiernos dejan a la banca hacer y deshacer a sus anchas sin ningún tipo de control.
Entiendo que el capitalismo es el libre mercado. De acuerdo. Entonces por qué ahora el Gobierno interviene a Bankia. Por qué no deja que la banca privada se desmorone de una vez por todas. Sé que dejará las unidades de cuidados intensivos de todos los hospitales apiñadas de enfermos terminales, de cadáveres irreconocibles, incluso de falsos aquejados de ningún mal. Pero no me gusta pagar la cerveza que no he pedido y, por supuesto, tampoco he tomado.
Pero sé por qué ocurre y sé por qué entre todos pagamos las fiestas que otros vivieron. Así nos va. Y aquí nadie da explicaciones. Pero, bueno, mientras el cuerpo aguante, pensará Rajoy. Claro, mientras los asalariados lo soportemos, los parados lo sufran, los jóvenes sueñen, los delincuentes sean amnistiados por fraude y la Iglesia también viva de los presupuestos generales, aquí paz y en la otra vida gloria, o más crisis, que aquí nadie se libra.
En fin, si no atendemos a más razones porque la sesera ya no da para más, habrá que recurrir a los aforismos de Brecht para salvarnos. De modo que solo hay dos soluciones a nuestro futuro: o atracamos un banco o lo fundamos. Pero si alguien no anda muy convencido, siempre le queda una solución intermedia: llamar a Sánchez Gordillo y tomar un súper.
ANTONIO LÓPEZ HIDALGO