El año pasado estuve en la Universidad de Sevilla para formar parte de un tribunal de tesis doctoral que enjuiciaría el trabajo de investigación, sobre arte y literatura, de una profesora venezolana, especialista de la segunda de las disciplinas indicadas. Al acabar el acto académico, en el que la aspirante recibió la máxima calificación, y como es habitual, los miembros del tribunal nos fuimos a comer, con la ya doctora y su director, a un restaurante tranquilo y algo alejado del centro de la ciudad.
Lo más curioso es que esta profesora venezolana venía acompañada de su nieta, una chica joven, muy morena y de ojos negros. Indico esto, porque es de admirar el empeño que alguna gente de América Latina pone en llegar a lo máximo de sus estudios, independientemente de su edad. Y no es el único ejemplo a poner, puesto que recientemente me había sucedido otro caso similar con una profesora brasileña, ya abuela, y que defendía su tesis doctoral en portugués.
Puesto que éramos amigos los que formábamos la comensalía, la charla pasaba de tema a tema con gran falibilidad. Y, lógicamente, Venezuela y su situación política y social estuvieron presentes. En un momento dado, a la chica venezolana le pregunté sobre el uso de las redes sociales por los jóvenes de su país, aclarándole que recientemente había debatido con mis alumnos acerca de esta temática y quería saber su opinión.
Por sus explicaciones, comprendí que en nada se diferenciaba la juventud venezolana de la española en este tema: los jóvenes de allí estaban tan inmersos en las redes sociales como lo pueden estar los de cualquier ciudad española. Es un dato más a tener en cuenta en esta cuestión que va a ser la que abordemos esta semana.
Si he realizado este preámbulo al artículo es para que los lectores de Montemayor Digital vean que he estado pendiente de este asunto desde que lo abordé recientemente. Y tal como manifesté entonces, abriría un coloquio con mis alumnos y alumnas acerca de su opinión sobre Internet y las redes sociales, para que fueran ellos los que tomaran la palabra.
Pues bien, lo terminé haciendo con los estudiantes de los cursos superiores. Debatí con ellos ampliamente, para, al final, pasarles un cuestionario en el que de forma totalmente anónima pudieran dejar por escrito sus opiniones.
Una de las preguntas del cuestionario estaba formulada del siguiente modo: “Monseñor Rouco Varela dijo: Las redes sociales exponen a los jóvenes a la influencia desorientadora del relativismo y promueven un estilo de vida virtual, vacío, de encuentros y relaciones inmersas en la mayor de las incertidumbres. ¿Estás de acuerdo con estas manifestaciones?”.
Y si comienzo con esta pregunta es con el fin de aclarar que cualquier persona, independientemente de su estatus social, cuando se pronuncia por los medios de comunicación puede verse sujeta a comentarios, críticas (favorables o desfavorables), observaciones, etc. Es un hecho básico de toda democracia.
Con respecto a las preguntas, al ser abiertas, las he clasificado en tres grupos, dependiendo de la mayor o menor afinidad con el contenido propuesto. De este modo, los resultados fueron los siguientes: el 18 por ciento de los encuestados estaban a favor; el 32 por ciento encontraban unos aspectos a favor y otros en contra; y el 50 por ciento totalmente en contra.
Puesto que, como he indicado, deseo que sean las propias opiniones de los jóvenes las que se expresen en este artículo, he seleccionado tres comentarios de la primera, tres de la segunda y cinco del tercer grupo, para mantener un poco la proporcionalidad de las respuestas. Veamos, pues, algunas explicaciones favorables a las argumentaciones de Rouco Varela:
1. “Sí, porque la vida virtual nunca había existido y da más facilidades para todo sin tener que salir de casa. De todos modos, siempre hay alguna incertidumbre si hablas con alguien que no conoces. Esto de la vida virtual debería ser secundario, ya que no hay nada comparado como conocer a alguien en persona o tener algo con alguien cara a cara, y ver gestos, expresiones…”.
2. “Sí, estoy de acuerdo, ya que, en mi caso, a veces me paso la tarde conectada a redes sociales, aislada y sin tener contacto comunicativo personal con nadie”.
3. “Las redes sociales, hoy en día, están creando una gran revolución ante los jóvenes. Debemos controlar a quienes les damos acceso a nuestro perfil, con quienes estamos dispuestos a compartir esa información, puesto que podemos encontrarnos ante un fraude o una estafa. El mayor inconveniente que puedo ver es que la gente actúa y se mueve con motivo de las fotos que se pueden hacer para presumir de ellas en las redes sociales. INTOXICACIÓN”.
Como ha podido verse, en algún caso, una alumna se expresa con total sinceridad sobre el aislamiento al que puede conducir la “adicción” a las redes sociales. Quienes encontraban aspectos favorables y cuestionables de las redes sociales se expresaron del siguiente modo:
4. “Es cierto que en algunos casos se promueve este ‘estilo de vida’, pero en otros no. Habrá todo tipo de relaciones, y dependerá de la persona, del estilo, la visión y percepción que tenga de la vida, y a partir de ahí, podrá determinar el tipo de relación que desee llevar con los contactos que posee en las redes sociales”.
5. “En cierto modo, sí tiene razón en estas manifestaciones, ya que muchos jóvenes son más introspectivos y tímidos, y utilizan estas redes sociales para entablar falsas amistades, dando una imagen de sí mismos algo irreal, para poder ser las personas que realmente les gustarían ser. Pero esto les lleva a poder establecer relación con otras personas solo por este medio y a encerrarse en casa, porque a través de ese mundo virtual se le permite ser como quiere, o se siente feliz, acarreándole consecuencias negativas. Sin embargo, las personas que lo utilizan correctamente pueden entablar amistad con otras personas y compartir opiniones, conociendo a otros que están de acuerdo con sus modos de pensar”.
6. “En parte estoy de acuerdo, ya que no solo es eso, pues te permite quedar con tus amigos/as sin gastar mucho dinero o comunicarte mismamente con tu madre, o la familia, si estás lejos de ellos, sin que exista ningún problema. Sería peligroso cuando se pasara la mayor parte del día en ‘el mundo virtual’ y se rompe la barrera de la privacidad".
Cierro este breve recorrido con las opiniones de cinco chicos y chicas jóvenes, seleccionando algunas de las respuestas contrarias a lo expresado por el cardenal Rouco Varela, y que han sido las mayoritarias:
7. “Yo no estoy de acuerdo con este señor. Creo que, en la actualidad, las redes sociales son el futuro y gracias a ellas, como se está comprobando, se están llevando a cabo numerosas campañas de voluntariado; sirven para encontrar a personas, para conocer a otras culturas… Solo hay que usarlas bien, de manera correcta. En cuanto al tipo de relación que promueven es el de conocer gente, y diga lo que diga este señor, la gente que participa en estas redes sociales sigue saliendo y relacionándose con otras personas, igual que lo ha hecho siempre. Debería entrar en una red social e informarse, y, luego, que opine lo que le parezca”.
8. “No, no suelo estar de acuerdo con las afirmaciones que hace este señor, y no creo que se deba opinar sobre lo que no se conoce. Este señor debería hablar sobre la Iglesia Católica, que es a lo que se dedica, y no meterse en asuntos que no conoce y que no le incumben”.
9. “No, cada uno elige la vida que quiere llevar; y llevar una vida vacía y virtual, llena de incertidumbre, no viene de tener una red social a que la puedas entrar de vez en cuando, sino que viene de antes, por las relaciones con la familia y amigos, que, pienso, no serán muy ricas. Pertenecer a una red social puede ser muy enriquecedor, por sus continuos contactos con diferentes personas; o algo perjudicial si se te va la vida en ello y es a lo único que te dedicas. Creo que no hay que generalizar de esa manera, ni hablar de algo que no conoces”.
10. “Las redes sociales son una auténtica revolución, muy actual y de gran aceptación, por lo que cumplen los requisitos para que los sectores más conservadores de la sociedad se opongan a ello”.
11. “El monseñor Rouco Varela hace estas afirmaciones ya que para la Iglesia, tanto las redes sociales como Internet, o el uso de estos en general, generan muchas incertidumbres, pero en el sentido de que es algo que no pueden controlar y que pueden dar a sus ‘seguidores’ otras informaciones que la Iglesia no persigue. No estoy de acuerdo con estas afirmaciones, ya que las personas deben saber y tener información sobre los beneficios y perjuicios de la Iglesia”.
Amigo lector / amiga lectora, en este trabajo yo me he mantenido al margen: he querido dejar constancia de lo que piensa un sector de jóvenes, a los que hay que escuchar, pues son ellos los verdaderos protagonistas de esta reciente “revolución” de la comunicación. En otra ocasión, volveremos a abordar este tema, pues el cuestionario y las opiniones vertidas el él fueron lo suficientemente interesantes como para no darlo por terminado con esta selección realizada.
Lo más curioso es que esta profesora venezolana venía acompañada de su nieta, una chica joven, muy morena y de ojos negros. Indico esto, porque es de admirar el empeño que alguna gente de América Latina pone en llegar a lo máximo de sus estudios, independientemente de su edad. Y no es el único ejemplo a poner, puesto que recientemente me había sucedido otro caso similar con una profesora brasileña, ya abuela, y que defendía su tesis doctoral en portugués.
Puesto que éramos amigos los que formábamos la comensalía, la charla pasaba de tema a tema con gran falibilidad. Y, lógicamente, Venezuela y su situación política y social estuvieron presentes. En un momento dado, a la chica venezolana le pregunté sobre el uso de las redes sociales por los jóvenes de su país, aclarándole que recientemente había debatido con mis alumnos acerca de esta temática y quería saber su opinión.
Por sus explicaciones, comprendí que en nada se diferenciaba la juventud venezolana de la española en este tema: los jóvenes de allí estaban tan inmersos en las redes sociales como lo pueden estar los de cualquier ciudad española. Es un dato más a tener en cuenta en esta cuestión que va a ser la que abordemos esta semana.
Si he realizado este preámbulo al artículo es para que los lectores de Montemayor Digital vean que he estado pendiente de este asunto desde que lo abordé recientemente. Y tal como manifesté entonces, abriría un coloquio con mis alumnos y alumnas acerca de su opinión sobre Internet y las redes sociales, para que fueran ellos los que tomaran la palabra.
Pues bien, lo terminé haciendo con los estudiantes de los cursos superiores. Debatí con ellos ampliamente, para, al final, pasarles un cuestionario en el que de forma totalmente anónima pudieran dejar por escrito sus opiniones.
Una de las preguntas del cuestionario estaba formulada del siguiente modo: “Monseñor Rouco Varela dijo: Las redes sociales exponen a los jóvenes a la influencia desorientadora del relativismo y promueven un estilo de vida virtual, vacío, de encuentros y relaciones inmersas en la mayor de las incertidumbres. ¿Estás de acuerdo con estas manifestaciones?”.
Y si comienzo con esta pregunta es con el fin de aclarar que cualquier persona, independientemente de su estatus social, cuando se pronuncia por los medios de comunicación puede verse sujeta a comentarios, críticas (favorables o desfavorables), observaciones, etc. Es un hecho básico de toda democracia.
Con respecto a las preguntas, al ser abiertas, las he clasificado en tres grupos, dependiendo de la mayor o menor afinidad con el contenido propuesto. De este modo, los resultados fueron los siguientes: el 18 por ciento de los encuestados estaban a favor; el 32 por ciento encontraban unos aspectos a favor y otros en contra; y el 50 por ciento totalmente en contra.
Puesto que, como he indicado, deseo que sean las propias opiniones de los jóvenes las que se expresen en este artículo, he seleccionado tres comentarios de la primera, tres de la segunda y cinco del tercer grupo, para mantener un poco la proporcionalidad de las respuestas. Veamos, pues, algunas explicaciones favorables a las argumentaciones de Rouco Varela:
1. “Sí, porque la vida virtual nunca había existido y da más facilidades para todo sin tener que salir de casa. De todos modos, siempre hay alguna incertidumbre si hablas con alguien que no conoces. Esto de la vida virtual debería ser secundario, ya que no hay nada comparado como conocer a alguien en persona o tener algo con alguien cara a cara, y ver gestos, expresiones…”.
2. “Sí, estoy de acuerdo, ya que, en mi caso, a veces me paso la tarde conectada a redes sociales, aislada y sin tener contacto comunicativo personal con nadie”.
3. “Las redes sociales, hoy en día, están creando una gran revolución ante los jóvenes. Debemos controlar a quienes les damos acceso a nuestro perfil, con quienes estamos dispuestos a compartir esa información, puesto que podemos encontrarnos ante un fraude o una estafa. El mayor inconveniente que puedo ver es que la gente actúa y se mueve con motivo de las fotos que se pueden hacer para presumir de ellas en las redes sociales. INTOXICACIÓN”.
Como ha podido verse, en algún caso, una alumna se expresa con total sinceridad sobre el aislamiento al que puede conducir la “adicción” a las redes sociales. Quienes encontraban aspectos favorables y cuestionables de las redes sociales se expresaron del siguiente modo:
4. “Es cierto que en algunos casos se promueve este ‘estilo de vida’, pero en otros no. Habrá todo tipo de relaciones, y dependerá de la persona, del estilo, la visión y percepción que tenga de la vida, y a partir de ahí, podrá determinar el tipo de relación que desee llevar con los contactos que posee en las redes sociales”.
5. “En cierto modo, sí tiene razón en estas manifestaciones, ya que muchos jóvenes son más introspectivos y tímidos, y utilizan estas redes sociales para entablar falsas amistades, dando una imagen de sí mismos algo irreal, para poder ser las personas que realmente les gustarían ser. Pero esto les lleva a poder establecer relación con otras personas solo por este medio y a encerrarse en casa, porque a través de ese mundo virtual se le permite ser como quiere, o se siente feliz, acarreándole consecuencias negativas. Sin embargo, las personas que lo utilizan correctamente pueden entablar amistad con otras personas y compartir opiniones, conociendo a otros que están de acuerdo con sus modos de pensar”.
6. “En parte estoy de acuerdo, ya que no solo es eso, pues te permite quedar con tus amigos/as sin gastar mucho dinero o comunicarte mismamente con tu madre, o la familia, si estás lejos de ellos, sin que exista ningún problema. Sería peligroso cuando se pasara la mayor parte del día en ‘el mundo virtual’ y se rompe la barrera de la privacidad".
Cierro este breve recorrido con las opiniones de cinco chicos y chicas jóvenes, seleccionando algunas de las respuestas contrarias a lo expresado por el cardenal Rouco Varela, y que han sido las mayoritarias:
7. “Yo no estoy de acuerdo con este señor. Creo que, en la actualidad, las redes sociales son el futuro y gracias a ellas, como se está comprobando, se están llevando a cabo numerosas campañas de voluntariado; sirven para encontrar a personas, para conocer a otras culturas… Solo hay que usarlas bien, de manera correcta. En cuanto al tipo de relación que promueven es el de conocer gente, y diga lo que diga este señor, la gente que participa en estas redes sociales sigue saliendo y relacionándose con otras personas, igual que lo ha hecho siempre. Debería entrar en una red social e informarse, y, luego, que opine lo que le parezca”.
8. “No, no suelo estar de acuerdo con las afirmaciones que hace este señor, y no creo que se deba opinar sobre lo que no se conoce. Este señor debería hablar sobre la Iglesia Católica, que es a lo que se dedica, y no meterse en asuntos que no conoce y que no le incumben”.
9. “No, cada uno elige la vida que quiere llevar; y llevar una vida vacía y virtual, llena de incertidumbre, no viene de tener una red social a que la puedas entrar de vez en cuando, sino que viene de antes, por las relaciones con la familia y amigos, que, pienso, no serán muy ricas. Pertenecer a una red social puede ser muy enriquecedor, por sus continuos contactos con diferentes personas; o algo perjudicial si se te va la vida en ello y es a lo único que te dedicas. Creo que no hay que generalizar de esa manera, ni hablar de algo que no conoces”.
10. “Las redes sociales son una auténtica revolución, muy actual y de gran aceptación, por lo que cumplen los requisitos para que los sectores más conservadores de la sociedad se opongan a ello”.
11. “El monseñor Rouco Varela hace estas afirmaciones ya que para la Iglesia, tanto las redes sociales como Internet, o el uso de estos en general, generan muchas incertidumbres, pero en el sentido de que es algo que no pueden controlar y que pueden dar a sus ‘seguidores’ otras informaciones que la Iglesia no persigue. No estoy de acuerdo con estas afirmaciones, ya que las personas deben saber y tener información sobre los beneficios y perjuicios de la Iglesia”.
Amigo lector / amiga lectora, en este trabajo yo me he mantenido al margen: he querido dejar constancia de lo que piensa un sector de jóvenes, a los que hay que escuchar, pues son ellos los verdaderos protagonistas de esta reciente “revolución” de la comunicación. En otra ocasión, volveremos a abordar este tema, pues el cuestionario y las opiniones vertidas el él fueron lo suficientemente interesantes como para no darlo por terminado con esta selección realizada.
AURELIANO SÁINZ