Montemayor Digital se hace eco en su Buzón del Lector de un artículo remitido por un lector en el que trata de compartir su particular visión sobre la Semana Santa. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a nuestra dirección montemayordigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia. Si lo desea, puede acompañarla también de alguna fotografía.
Otro año más nos metemos de lleno en el que, posiblemente, sea el más popular de los escaparates cristianos del año, donde mostramos de una forma más social o cultural que religiosa la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo: nuestra Semana Santa.
Y cuando reflexiono sobre las palabras de nuestro Papa Francisco "... Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres", me digo a mí mismo: "cómo me gustaría una Semana Santa cristiana y para todos...", donde hubiera menos gomina y más cubrerrostro; menos gritos y más oración; menos estrenos y más caridad; un poquito menos de liturgia y más pastoral de la que se hace con obras y ejemplo...
Una Semana Santa en la que los matices sociales, culturales y a veces mundanales no ahogaran el mensaje y el sentir cristiano; en la que el centro de gravedad, lo importante, no estuviera en el sufrimiento, en la injusta condena o en la muerte sino en la Resurrección de Cristo que, al fin y al cabo, es lo más importante, aunque no tengamos dos días festivos después para salir a la calle a celebrarlo.
Esta es la simple opinión de un cristiano de a pie. Un saludo,
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Otro año más nos metemos de lleno en el que, posiblemente, sea el más popular de los escaparates cristianos del año, donde mostramos de una forma más social o cultural que religiosa la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo: nuestra Semana Santa.
Y cuando reflexiono sobre las palabras de nuestro Papa Francisco "... Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres", me digo a mí mismo: "cómo me gustaría una Semana Santa cristiana y para todos...", donde hubiera menos gomina y más cubrerrostro; menos gritos y más oración; menos estrenos y más caridad; un poquito menos de liturgia y más pastoral de la que se hace con obras y ejemplo...
Una Semana Santa en la que los matices sociales, culturales y a veces mundanales no ahogaran el mensaje y el sentir cristiano; en la que el centro de gravedad, lo importante, no estuviera en el sufrimiento, en la injusta condena o en la muerte sino en la Resurrección de Cristo que, al fin y al cabo, es lo más importante, aunque no tengamos dos días festivos después para salir a la calle a celebrarlo.
Esta es la simple opinión de un cristiano de a pie. Un saludo,
FRANCISCO JOSÉ MORILLA