Decir que es el mejor libro que he leído me da un poco de pudor, porque hay tantos libros que me han emocionado, que me han convertido durante unos días en personas que nada tienen que ver conmigo, que sería injusto para con ellos. Pero que El corazón helado se trata de un gran libro no creo que lo dude nadie que lo haya leído.
No sólo está bien escrito desde el punto de vista de la utilización del lenguaje como medio para provocarnos emociones, sino que todas las historias son coherentes, están bien construidas, sorprendentemente conectadas y los personajes bien presentados, cada uno en el tiempo justo.
Es el único libro que he leído de Almudena Grandes y me ha sorprendido su inteligencia. Esta novela lleva un arduo trabajo detrás, no sólo de documentación o de entrevistas con personas que vivieron el periodo descrito, sino que está muy pensado para que el lector se sorprenda y se agarre a sus hojas, sin importarle si es de día o de noche –al menos es lo que a mí me pasó-.
Cuando cierras el libro quieres volver a leerlo, y prestar una atención especial a cada personaje, para que cuando se cruce en la vida de otro protagonista puedas entender todo mejor. Se trata de una tela de araña muy bien hilada, que no deja ningún cabo suelto. He de confesar que terminé enamorada del abuelo de la protagonista. La manera de describir su carácter es sencillamente irresistible.
El contexto histórico es la guerra civil y la posguerra, vividas en la piel de varias familias y a través de tres generaciones. Además de disfrutar con la lectura, he aprendido dos cosas: que la izquierda siempre ha estado dividida –y ya decían los romanos: “divide y vencerás”-; y que el sentimiento de rabia fue muy intenso entre los compatriotas que lucharon en la Segunda Guerra Mundial contra el fascismo y vieron cómo los franceses, los ingleses y los americanos nos abandonaron a nuestra suerte, dejándonos bajo el yugo de una dictadura fascista. Terminaron con Mussolini y Hitler, pero no con Franco.
Siempre me ha llamado la atención la incultura general, según la cual parece que ser republicano es ser de izquierdas o “rojo”. Y no. Ser republicano no es más que defender un sistema de gobierno en el que no hay reyes, y en el que el representante de la nación es elegido por el pueblo.
En la República había gente de derechas y de izquierdas. Un claro ejemplo de esto es el caso de Niceto Alcalá-Zamora, primer presidente de la Segunda República y paisano nuestro además, exactamente de Priego de Córdoba. Era republicano y pertenecía a un partido de corte conservador.
Por último, recordar de nuevo a mi abuelo Daniel, que me contaba cómo la posguerra desató la caja de pandora de las envidias –ese mal nacional- y cómo la gente denunciaba a sus vecinos de ser “rojos” para quedarse con sus tierras. Algo de esto encontraréis en el libro. Espero que lo vivan tanto como yo.
Ficha literaria
Título: El corazón helado.
Autor: Almudena Grandes.
Género: Novela.
Fecha de publicación: 2007.
Editorial: Tusquets Editores.
ISBN: 978-84-83835364.
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Es el único libro que he leído de Almudena Grandes y me ha sorprendido su inteligencia. Esta novela lleva un arduo trabajo detrás, no sólo de documentación o de entrevistas con personas que vivieron el periodo descrito, sino que está muy pensado para que el lector se sorprenda y se agarre a sus hojas, sin importarle si es de día o de noche –al menos es lo que a mí me pasó-.
Cuando cierras el libro quieres volver a leerlo, y prestar una atención especial a cada personaje, para que cuando se cruce en la vida de otro protagonista puedas entender todo mejor. Se trata de una tela de araña muy bien hilada, que no deja ningún cabo suelto. He de confesar que terminé enamorada del abuelo de la protagonista. La manera de describir su carácter es sencillamente irresistible.
El contexto histórico es la guerra civil y la posguerra, vividas en la piel de varias familias y a través de tres generaciones. Además de disfrutar con la lectura, he aprendido dos cosas: que la izquierda siempre ha estado dividida –y ya decían los romanos: “divide y vencerás”-; y que el sentimiento de rabia fue muy intenso entre los compatriotas que lucharon en la Segunda Guerra Mundial contra el fascismo y vieron cómo los franceses, los ingleses y los americanos nos abandonaron a nuestra suerte, dejándonos bajo el yugo de una dictadura fascista. Terminaron con Mussolini y Hitler, pero no con Franco.
Siempre me ha llamado la atención la incultura general, según la cual parece que ser republicano es ser de izquierdas o “rojo”. Y no. Ser republicano no es más que defender un sistema de gobierno en el que no hay reyes, y en el que el representante de la nación es elegido por el pueblo.
En la República había gente de derechas y de izquierdas. Un claro ejemplo de esto es el caso de Niceto Alcalá-Zamora, primer presidente de la Segunda República y paisano nuestro además, exactamente de Priego de Córdoba. Era republicano y pertenecía a un partido de corte conservador.
Por último, recordar de nuevo a mi abuelo Daniel, que me contaba cómo la posguerra desató la caja de pandora de las envidias –ese mal nacional- y cómo la gente denunciaba a sus vecinos de ser “rojos” para quedarse con sus tierras. Algo de esto encontraréis en el libro. Espero que lo vivan tanto como yo.
Ficha literaria
Título: El corazón helado.
Autor: Almudena Grandes.
Género: Novela.
Fecha de publicación: 2007.
Editorial: Tusquets Editores.
ISBN: 978-84-83835364.
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ / REDACCIÓN