Siento tener que decirlo, pero el consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía, Emilio de Llera Suárez-Bárcena, no ha estado afortunado, en modo alguno, en sus expresiones en una reciente entrevista publicada por un medio de comunicación provincial.
Al margen de su lógica inclinación socialista –no sé si de militancia orgánica o no- que le lleva a no esconder sus ataques hacia el Gobierno de Rajoy y, más concretamente, hacia su homónimo nacional, Alberto Ruiz-Gallardón, De Llera embiste de forma poco ortodoxa o, al menos, escasamente elegante, contra aquellos jueces que pudieran quejarse de falta de recursos a la hora de desempeñar su trabajo –posiblemente, en privado lo hagan la mayoría de ellos-, lo que les llevaría a que, ineludiblemente, la Justicia incrementase su ya endémica lentitud.
Viene a decirles, textualmente, que “mienten como bellacos” –expresión ya utilizada por Rodríguez Zapatero el 10 de mayo de 2011, en un acto electoral celebrado en Santander-, al más puro estilo de las novelas de capa y espada.
Que la falta de medios incide en la calidad de la Justicia no creo que haya quien lo ponga en duda. Que no es lo mismo contar con unos archivos informatizados a tener que repartir los legajos por el suelo de las estancias judiciales, o poseer unas instalaciones adecuadas a que estas sean obsoletas e insuficientes, yo creo que nadie puede ponerlo en duda, por muy consejero que se sea.
Que ello se suma a otras causas procedimentales que hacen de por sí lenta la administración de Justicia, no hay que ser ruin ni bellaco para descubrirlo: simplemente hay que ser o bien funcionario o bien usuario de dicha Administración, le guste o no al consejero De Llera.
Pero no queda ahí el despropósito del miembro del Ejecutivo andaluz. Va aún más lejos y, como quien no quiere la cosa, deja caer la duda de la connivencia entre la juez Alaya y el Partido Popular en el caso ERE, al afirmar que “hay algún indicio” de instrucción política y de conexión entre la jueza y el PP. Y aquí afirmo yo: o se es bellaco o se ponen esos indicios en manos de instancias superiores que garanticen la independencia de la instrucción del proceso.
Comprendo que no es lo mismo vestirse con la toga de fiscal que hacerlo con el traje de político, pero la calidad de la persona se demuestra sabiendo estar en ambos ambientes y, en este caso, al consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía le ha faltado tacto y le ha sobrado soberbia en sus declaraciones.
Si lo desea, puede compartir este contenido: Al margen de su lógica inclinación socialista –no sé si de militancia orgánica o no- que le lleva a no esconder sus ataques hacia el Gobierno de Rajoy y, más concretamente, hacia su homónimo nacional, Alberto Ruiz-Gallardón, De Llera embiste de forma poco ortodoxa o, al menos, escasamente elegante, contra aquellos jueces que pudieran quejarse de falta de recursos a la hora de desempeñar su trabajo –posiblemente, en privado lo hagan la mayoría de ellos-, lo que les llevaría a que, ineludiblemente, la Justicia incrementase su ya endémica lentitud.
Viene a decirles, textualmente, que “mienten como bellacos” –expresión ya utilizada por Rodríguez Zapatero el 10 de mayo de 2011, en un acto electoral celebrado en Santander-, al más puro estilo de las novelas de capa y espada.
Que la falta de medios incide en la calidad de la Justicia no creo que haya quien lo ponga en duda. Que no es lo mismo contar con unos archivos informatizados a tener que repartir los legajos por el suelo de las estancias judiciales, o poseer unas instalaciones adecuadas a que estas sean obsoletas e insuficientes, yo creo que nadie puede ponerlo en duda, por muy consejero que se sea.
Que ello se suma a otras causas procedimentales que hacen de por sí lenta la administración de Justicia, no hay que ser ruin ni bellaco para descubrirlo: simplemente hay que ser o bien funcionario o bien usuario de dicha Administración, le guste o no al consejero De Llera.
Pero no queda ahí el despropósito del miembro del Ejecutivo andaluz. Va aún más lejos y, como quien no quiere la cosa, deja caer la duda de la connivencia entre la juez Alaya y el Partido Popular en el caso ERE, al afirmar que “hay algún indicio” de instrucción política y de conexión entre la jueza y el PP. Y aquí afirmo yo: o se es bellaco o se ponen esos indicios en manos de instancias superiores que garanticen la independencia de la instrucción del proceso.
Comprendo que no es lo mismo vestirse con la toga de fiscal que hacerlo con el traje de político, pero la calidad de la persona se demuestra sabiendo estar en ambos ambientes y, en este caso, al consejero de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía le ha faltado tacto y le ha sobrado soberbia en sus declaraciones.
ENRIQUE BELLIDO
