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Operación S.T.W.B.

Tras el intercambio de provocaciones y declaraciones, ha ocurrido lo inevitable. Recién nacida la madrugada, los valientes soldados de nuestra Armada lograban interceptar a la fragata británica HMS Westminster. "No permitiremos más provocaciones", ha declarado un miembro del Alto Mando a este cronista.

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"Tenemos pruebas más que suficientes para sospechar que el Gobierno británico está preparándose para llevar a cabo acciones para mantener Gibraltar a la fuerza. Sin ir más lejos, hemos conseguido averiguar mediante informes de los Servicios de Inteligencia, que el Gobierno británico ha cambiado los nombres de su puertos por nombres clave".

El agente de los Servicios de Inteligencia, Secretos Susurro, nos amplía esta preocupante declaración: "La fragata británica HMS Westminster salió del puerto de Portsmouth. Han cambiado los nombres de sus ciudades por nombres de equipos de fútbol. Muy sospechoso".

El HMS Westminster partió de la base naval de Portsmouth, Inglaterra, a las nueve de la mañana para unas maniobras en el Mediterráneo que incluyen una visita a Gibraltar, ha informado el Ministerio de Defensa del Reino Unido. "Nos pillaba de paso", han afirmado.

Según los primeros informes de la operación S.T.W.B. (acrónimo que alude a "Se nos acabó el chollo del Tabaco y el Whisky Baratos"), el navío de combate de 133 metros de eslora y 4.900 toneladas es el último miembro de la operación Cougar 13 que ha zarpado de la isla, después de que el portahelicópteros de la Armada británica HMS Illustrious abandonase el mismo puerto el lunes a las 10.30, despedido por efusivas muestras de entusiasmo.

"Traednos paella y sangría", gritaban emocionadas las madres británicas a sus hijos sin saber si volverían a verlos. "Tened mucho cuidado", gritaban llorando. Una escena sobrecogedora. Ninguna madre británica desconoce el poder de las armas más poderosas del Ejército español: las playas y la cerveza. Muchos británicos han caído en combate tras probar la peligrosa combinación de tomar mucho sol sin protección, arena y mucho zumo de cebada.

El Cuerpo de Mando del HMS Westminster ha reconocido que "nada hemos podido hacer contra las superiores fragatas españolas". Obviamente, lo dijeron en inglés. Este periodista se lo ha traducido. De nada. La operación para interceptar el navío fue preparada por el mismísimo jefe del Estado Mayor de la Armada, Pedro Olivares.

El mismo hombre que haciendo oídos sordos a sus colegas de profesión, logró tomar Perejil con solo un helicóptero de combate y una mísera lancha de reconocimiento, teniéndose que enfrentar a las poderosas tropas que defendían el islote: un experto tirador de ochenta años con escopeta oxidada y sus mortales cabras.

"No es el momento de vivir de glorias pasadas, lo importante es que la operación S.T.W.B. ha sido un éxito. No hemos perdido ningún efectivo y hemos logrado enviar un claro mensaje". Cuando iba a explicar cuál era, a Olivares le sonó el móvil. "Un WhatsApp del presidente de Gobierno felicitándonos por la hazaña".

Llevar a cabo el plan de Olivares no fue nada fácil. El HMS Westminster salió a las nueve de la mañana, hora vital para nuestro héroe. Cuando supo de la noticia, estaba leyendo el Marca y tomando su café, como siempre. "Era imprescindible saber cuándo fichaban a Gareth Bale".

Cuando se produjo el contacto entre las tropas españolas y británicas, fue clave el factor sorpresa. "No contaban con que los recortes en Defensa jugaban a nuestro favor. Contábamos con expertos tiradores con tirachinas capaces de dejar tuerto a un mirlo a veinte metros. Al primer ojo perdido, corrió el pánico entre el enemigo", afirma orgulloso el capitán de la Fragata Fritanga, Arsénico Pezón.

Ante los rumores de que el ataque español prosiguió incluso habiéndose rendido de manera oficial el navío enemigo responde: "Vamos a ver, vienen a tocarnos las narices a las diez de la mañana, la hora del desayuno. Nos levantan de la cama a bocinazo limpio, violando el Tratado de Ginebra sobre no tocar los cojones hasta después del primer café y cigarro. No me arrepiento de nada".

Varios soldados británicos supervivientes afirman que no entienden las hostilidades de la Armada Española. "Nosotros sólo somos erasmus. Se lo explicamos por los altavoces, que nuestro destino inicial era Rota, para pasar el puente del 15 de agosto, que parasen de disparar".

Arsénico Pezón recuerda vagamente este hecho: "Es cierto: un extraño dialecto salió de sus altavoces. Al no ser español, nuestras últimas dudas sobre el plan de Olivares quedaron disipadas: había que actuar". Estas actividades se producen en plena tensión diplomática entre Londres y Madrid en torno a Gibraltar por un conflicto que comenzó cuando las autoridades del Peñón colocaron bloques de hormigón en la Bahía de Algeciras para poner fin a las actividades de los pescadores españoles.

"Si encima nos dejan sin material para el pescaíto frito... El hormigón va fatal para las piedras del riñón", solloza Pedro Crespo, pescador de Algeciras. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció que tomará "todas las medidas necesarias" para defender los intereses de España. Reino Unido se frota las manos.

CARLOS SERRANO
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