En la zona oriental del centro-sur de la provincia de Teruel se encuentra la comarca de Matarraña/Matarranya. El doble nombre corresponde a una peculiaridad lingüística de la comarca, en esta zona del Bajo Aragón se habla catalán. La comarca viene definida aproximadamente por la cuenca del río Matarraña y engloba a los municipios de Arens de Lledó, Beceite, Calaceite, Cretas, Fórnoles, La Fresneda, Fuentespalda, Lledó, Mazaleón, Monroyo, Peñarroya de Tastavins, La Portellada, Ráfales, Torre de Arcas, Torre del Compte, Valdeltormo, Valderrobres y Valjunquera.
La capital comarcal es Valderrobres, situado sobre una colina en la que destaca el castillo con el río Matarraña a sus pies. La entrada a la ciudad antigua desde el puente gótico de San Roque es una de las estampas más pintorescas de Aragón. No es de extrañar que Valderrobres esté considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
El castillo-palacio está unido a la iglesia gótica de Santa María la Mayor, un magnífico ejemplo del gótico levantino en la provincia. Otro punto de interés es la Plaza Mayor, a la que se accede tras cruzar la Puerta de San Roque. Su edificio principal es el Ayuntamiento, inspirado en el de Alcañiz. Dando un paseo por los callejones empedrados de Valderrobres es fácil encontrar rincones interesantes para el aficionado a la fotografía.
La comarca del Matarranya tiene también un gran interés paleontológico. En Peñarroya de Tastavins encontramos Inhospitak una de las sedes de Territorio Dinópolis, donde podemos ver kis huesos originales del Tastavisaurus sanzi, un dinosario de 17 metros de altura que vivió en esta zona.
En Peñarroya de Tastavins se sitúa el pico más alto de la comarca y su iglesia de Santa María la Mayor está declarada bien de interés cultural. En la misma localidad se encuentra el Santuario de la Virgen de la Fuente, cuya ermita de arriba cuenta con un interesante artesonado mudéjar incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La comarca de Matarraña ha estado habitada desde el Pleistoceno, durante la época de las glaciaciones, hace unos 600.000 años. Se pueden realizar varias rutas históricas, unas de las más interesantes es la Ruta de los túmulos funerarios ibéricos. En el límite de los términos municipales de Arens de Lledó, Lledó y Cretas encontramos el túmulo de Pedrafita. Gracias a esta estructura es posible conocer las costumbres funerarias en torno al siglo VII y VI a. C. El ritual consistía en la incineración del cuerpo y posterior colocación de los restos en una urna depositada sobre una cámara sepulcral de piedra orientada hacia la puesta de Sol.
Calaceite es la capital cultural del Matarraña, muy cerca de la localidad se encuentra el antiguo poblado íbero de San Antonio, excavado por Juan Cabré, y más tarde por Pere Bosch i Gimpera, entre los años 1903 y 1919, que localizó los poblados que denominó Les Ombries, Els Castellans y la Torre Cremada. Buena parte de los materiales que se han encontrado están en el Museo Arqueológico de Barcelona.
Calaceite es otro de los pueblos con encanto incluido en el listado de los pueblos más bonitos de España. Bajo los soportales de la Plaza de España han paseado numerosos escritores y artistas que establecieron su residencia en esta preciosa localidad.
Desde la plaza mayor, con el ayuntamiento del año 1609, se entreteje una red de callejuelas empedradas en las que el visitante puede ver casas solariegas en piedra decoradas con balcones de forja y vetustos blasones a la entrada.
En La Fresneda, concretamente en el Cerro de Santa Bárbara, también encontramos otro vestigio de antiguas civilizaciones. En este caso un asentamiento que parece contener un antiguo calendario lunisolar. En la Plaza Mayor se conservan bellas casas palaciegas de los siglos XVII y XVIII, y en la misma se desarrolla el porticado que prolonga el de la calle Mayor. La casa consistorial data de finales del siglo XVI.
La estructura actual de Ráfales se debió formar a partir del s. XVI-XVII con la ampliación urbana de la fortificación del s. XIV-XV de cuya muralla se han encontrado restos en la pared de los soportales del lado de la iglesia. Los soportales que dan acceso a la Plaza Mayor son muy interesantes.
El Molí de l'Hereu, actualmente reconvertido en hotel, es un edificio del s. XVIII que funcionó como molino aceitero hasta la década de los años setenta. Era propiedad de casa l’Hereu (el heredero), la familia de terratenientes que controlaba buena parte de la economía local. Este molino concentraba toda la producción de aceite de la población, dado que era el único que había, a excepción de alguna pequeña instalación rudimentaria.
Beceite, una de las poblaciones más atractivas de la Comarca del Matarraña, es a su vez entrada natural a los Puertos, a los que da nombre. Los aficionados al senderismo no pueden perderse la ruta de El Parrizal. El agua es un elemento omnipresente en Beceite, prueba de ellos son las piscinas naturales, todo un alivio durante los meses de verano, o el antiguo lavadero. En las calles adyacentes puede escucharse el agua correr bajo las casas.
El principal edificio religioso de esta localidad es la iglesia Parroquial de San Bartolomé, obra barroca realizada entre los siglos XVII y XVIII, que sustituyó a la primitiva iglesia de la que ya había constancia en el año 1210.
Una de las industrias que más importancia tuvo en Beceite fue la del papel. La fabricación artesanal ayudaba a realizar un papel de calidad que garantizaba la continuidad: algunos molinos trabajaron para Heraclio Fournier en la elaboración de naipes, fabricaron papel moneda para el estado, Goya utilizaba papel de Beceite para sus grabados... Pero, principalmente, la producción llegaba a los grandes centros consumidores de Barcelona, Valencia, Madrid y Bilbao por medio de carretas; unos viajes que duraban varios días.
Si en el siglo XVII la localidad llegó a tener 2200 habitantes, hoy en día se ha reducido esta cantidad a una tercera parte. Se pueden ver símbolos gremiales en las puertas de algunas casas, como estas marcas de los productores de miel.
En la comarca del Matarraña/Matarranya confluyen influencias aragonesas, catalanas y valencianas convirtiendo al territorio y a sus gentes en un sorprendente tapiz de costumbres, historia y paisajes que merece la pena visitar.
Dónde comer y dormir
La capital comarcal es Valderrobres, situado sobre una colina en la que destaca el castillo con el río Matarraña a sus pies. La entrada a la ciudad antigua desde el puente gótico de San Roque es una de las estampas más pintorescas de Aragón. No es de extrañar que Valderrobres esté considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
El castillo-palacio está unido a la iglesia gótica de Santa María la Mayor, un magnífico ejemplo del gótico levantino en la provincia. Otro punto de interés es la Plaza Mayor, a la que se accede tras cruzar la Puerta de San Roque. Su edificio principal es el Ayuntamiento, inspirado en el de Alcañiz. Dando un paseo por los callejones empedrados de Valderrobres es fácil encontrar rincones interesantes para el aficionado a la fotografía.
La comarca del Matarranya tiene también un gran interés paleontológico. En Peñarroya de Tastavins encontramos Inhospitak una de las sedes de Territorio Dinópolis, donde podemos ver kis huesos originales del Tastavisaurus sanzi, un dinosario de 17 metros de altura que vivió en esta zona.
En Peñarroya de Tastavins se sitúa el pico más alto de la comarca y su iglesia de Santa María la Mayor está declarada bien de interés cultural. En la misma localidad se encuentra el Santuario de la Virgen de la Fuente, cuya ermita de arriba cuenta con un interesante artesonado mudéjar incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La comarca de Matarraña ha estado habitada desde el Pleistoceno, durante la época de las glaciaciones, hace unos 600.000 años. Se pueden realizar varias rutas históricas, unas de las más interesantes es la Ruta de los túmulos funerarios ibéricos. En el límite de los términos municipales de Arens de Lledó, Lledó y Cretas encontramos el túmulo de Pedrafita. Gracias a esta estructura es posible conocer las costumbres funerarias en torno al siglo VII y VI a. C. El ritual consistía en la incineración del cuerpo y posterior colocación de los restos en una urna depositada sobre una cámara sepulcral de piedra orientada hacia la puesta de Sol.
Calaceite es la capital cultural del Matarraña, muy cerca de la localidad se encuentra el antiguo poblado íbero de San Antonio, excavado por Juan Cabré, y más tarde por Pere Bosch i Gimpera, entre los años 1903 y 1919, que localizó los poblados que denominó Les Ombries, Els Castellans y la Torre Cremada. Buena parte de los materiales que se han encontrado están en el Museo Arqueológico de Barcelona.
Calaceite es otro de los pueblos con encanto incluido en el listado de los pueblos más bonitos de España. Bajo los soportales de la Plaza de España han paseado numerosos escritores y artistas que establecieron su residencia en esta preciosa localidad.
Desde la plaza mayor, con el ayuntamiento del año 1609, se entreteje una red de callejuelas empedradas en las que el visitante puede ver casas solariegas en piedra decoradas con balcones de forja y vetustos blasones a la entrada.
En La Fresneda, concretamente en el Cerro de Santa Bárbara, también encontramos otro vestigio de antiguas civilizaciones. En este caso un asentamiento que parece contener un antiguo calendario lunisolar. En la Plaza Mayor se conservan bellas casas palaciegas de los siglos XVII y XVIII, y en la misma se desarrolla el porticado que prolonga el de la calle Mayor. La casa consistorial data de finales del siglo XVI.
La estructura actual de Ráfales se debió formar a partir del s. XVI-XVII con la ampliación urbana de la fortificación del s. XIV-XV de cuya muralla se han encontrado restos en la pared de los soportales del lado de la iglesia. Los soportales que dan acceso a la Plaza Mayor son muy interesantes.
El Molí de l'Hereu, actualmente reconvertido en hotel, es un edificio del s. XVIII que funcionó como molino aceitero hasta la década de los años setenta. Era propiedad de casa l’Hereu (el heredero), la familia de terratenientes que controlaba buena parte de la economía local. Este molino concentraba toda la producción de aceite de la población, dado que era el único que había, a excepción de alguna pequeña instalación rudimentaria.
Beceite, una de las poblaciones más atractivas de la Comarca del Matarraña, es a su vez entrada natural a los Puertos, a los que da nombre. Los aficionados al senderismo no pueden perderse la ruta de El Parrizal. El agua es un elemento omnipresente en Beceite, prueba de ellos son las piscinas naturales, todo un alivio durante los meses de verano, o el antiguo lavadero. En las calles adyacentes puede escucharse el agua correr bajo las casas.
El principal edificio religioso de esta localidad es la iglesia Parroquial de San Bartolomé, obra barroca realizada entre los siglos XVII y XVIII, que sustituyó a la primitiva iglesia de la que ya había constancia en el año 1210.
Una de las industrias que más importancia tuvo en Beceite fue la del papel. La fabricación artesanal ayudaba a realizar un papel de calidad que garantizaba la continuidad: algunos molinos trabajaron para Heraclio Fournier en la elaboración de naipes, fabricaron papel moneda para el estado, Goya utilizaba papel de Beceite para sus grabados... Pero, principalmente, la producción llegaba a los grandes centros consumidores de Barcelona, Valencia, Madrid y Bilbao por medio de carretas; unos viajes que duraban varios días.
Si en el siglo XVII la localidad llegó a tener 2200 habitantes, hoy en día se ha reducido esta cantidad a una tercera parte. Se pueden ver símbolos gremiales en las puertas de algunas casas, como estas marcas de los productores de miel.
En la comarca del Matarraña/Matarranya confluyen influencias aragonesas, catalanas y valencianas convirtiendo al territorio y a sus gentes en un sorprendente tapiz de costumbres, historia y paisajes que merece la pena visitar.
Dónde comer y dormir
- La fábrica de Solfa: Hotel familiar en Beceite, adaptado para personas con movilidad disminuida, provisto de ascensor, acceso a Internet (wi-fi), sala de estar con chimenea, bar con terraza jardín junto al río. Ideal para familias. Teléfono: 978 850 756.
- Posada Guadalupe: En la localidad de Monroyo encontramos la Posada Guadalupe, cuyo restaurante ofrece cocina tradicional de la casa y cocina aragonesa. Cuenta con servicio de menú, carta y manú degustación. Teléfono: 978 856 005.
- La Alquería: Tras la profunda rehabilitación de esta casa noble del siglo XVII, en plena Plaza Mayor de Ráfales, declarada Bien de Interés Cultural en 1984, se esconde, sin apenas poder adivinarse tras su pequeña fachada, el hotel. Teléfono: 978 856 405.
- Molí de l'Hereu: Un molino aceitero de principios del siglo XX reconvertido en hotel rural con encanto en Ráfales. Teléfono: 978 085 060.
PACO BELLIDO