Coincidiendo con el día 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora –o, simplemente, Día de la Mujer, porque díganle ustedes a mi madre, ama de casa, que ella no trabaja-, me gustaría recomendar esta obra, tanto a mujeres como a hombres. Podríamos decir que es un libro de autoayuda, ya que es el resultado de la experiencia de la especialista en Terapia de Familia Robin Norwood. Es, simplemente, realidad pura y dura: no hay ficción.
Escuchamos a diario noticias en televisión sobre esa gran lacra social que es la violencia de género, comprendiendo ésta desde el maltrato físico o psíquico hasta el asesinato. Casi siempre la víctima es una mujer, y siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿Por qué no denunció? ¿Por qué seguía diciendo que lo quería con todo lo que le había hecho?
Conocí un caso real, muy de cerca, de una chica a la que sus padres le habían roto la vida. Ella, que era bonita, dulce y con una fuerza interior grande, sucumbió y se perdió en otra realidad. La última vez que la vi, su mirada estaba perdida y creo que esa vez no había viaje de retorno a la vida.
Su madre era una adicta. Pero su adicción era su marido: había consentido que éste abusara física y sexualmente de sus hijas, que la golpease y la tratase como a un felpudo donde escupir todas sus frustraciones.
En la última gran paliza, intervino la Policía. Lo detuvieron y lo encarcelaron. A la madre la llevaron a una casa de acogida con identidad secreta para que él no la encontrara. Ni a ella, ni a sus hijas. Pero no hizo falta que la encontrara porque, en cuanto salió de la cárcel, volvió con él, de nuevo hipnotizada, como esas cobras que bailan en la India a golpe de flauta.
Después de esa vuelta, la hija cayó en depresión y asumió la derrota. No creo que pueda ya salir de ese mundo que hay detrás de esa mirada perdida.
Os cuento todo esto, porque en este libro trata de dar ciertas claves para entender qué pasa por la mente de esas mujeres, el porqué de su actuación y algunas pautas para actuar con ellas. Yo no soy especialista en el tema y puede que si entre vosotros se encuentra alguno, podáis disentir de lo que Robin plantea.
Creo que nuestra infancia marca nuestro futuro a fuego porque si usted elige como pareja y padre o madre de sus hijos a una persona dependiente de cualquier tipo, la posibilidad de que su hija o hijo también lo sea es enorme, ya que el modelo de familia que tenemos en la cabeza es el que hemos vivido. Pero, aparte, creo también que la literatura, la poesía y las canciones han hecho mucho daño al concepto del amor.
La verdad es que se podría escribir un ensayo sobre el tema. Desde Bécquer, que busca “a la imposible”, a canciones con estribillos “sin ti, no soy nada”. Por cierto, hace un tiempo había escrito en todas las paredes de una calle de Sevilla una frase que me encantó: “Sin ti, soy yo”.
Eso por no hablar de esas historias novelescas de pseudoamor, en las que ella porque lo quiere, todo lo perdona y al final es recompensada, cosa que no ocurre en la realidad. Me van a permitir ser vulgar, y les voy a citar una frase que una mujer mayor siempre me decía: “cuanto más te agachas, más se te ve el culo”. Y les puedo asegurar que es veraz, y no sólo en el terreno de los sentimientos.
Como verán, parece que querer a alguien implica renunciar a ser uno mismo, a la autoestima y a caer en la humillación. Y, en mi modesta opinión, eso es lo que ha hecho que muchas mujeres consideren que amar es darse por enteras y convertirse en unas esclavas sin voz ni voto. Y la pena es que todo lo hacen por una miaja de ternura, que nunca llega o, si lo hace, es después de una paliza y como acto de arrepentimiento.
El tema es complejo, pero espero que este libro os aporte algo de luz. Y a la mujer que esté dentro de ese laberinto tenebroso, le daría un consejo: “Quiérete, porque eres única e irrepetible”. Y busca un compañero, no un amo. Para endulzar el tema, os dejo a la gran Nina Simone, con My baby just cares for me.
Ficha literaria
Título: Las mujeres que aman demasiado
Autor: Robin Norwood
Género: Autoayuda
Título original: Women who love too much
Fecha de publicación: 1990
Editorial: Zeta Bolsillo
ISBN: 978-84-96546875
Escuchamos a diario noticias en televisión sobre esa gran lacra social que es la violencia de género, comprendiendo ésta desde el maltrato físico o psíquico hasta el asesinato. Casi siempre la víctima es una mujer, y siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿Por qué no denunció? ¿Por qué seguía diciendo que lo quería con todo lo que le había hecho?
Conocí un caso real, muy de cerca, de una chica a la que sus padres le habían roto la vida. Ella, que era bonita, dulce y con una fuerza interior grande, sucumbió y se perdió en otra realidad. La última vez que la vi, su mirada estaba perdida y creo que esa vez no había viaje de retorno a la vida.
Su madre era una adicta. Pero su adicción era su marido: había consentido que éste abusara física y sexualmente de sus hijas, que la golpease y la tratase como a un felpudo donde escupir todas sus frustraciones.
En la última gran paliza, intervino la Policía. Lo detuvieron y lo encarcelaron. A la madre la llevaron a una casa de acogida con identidad secreta para que él no la encontrara. Ni a ella, ni a sus hijas. Pero no hizo falta que la encontrara porque, en cuanto salió de la cárcel, volvió con él, de nuevo hipnotizada, como esas cobras que bailan en la India a golpe de flauta.
Después de esa vuelta, la hija cayó en depresión y asumió la derrota. No creo que pueda ya salir de ese mundo que hay detrás de esa mirada perdida.
Os cuento todo esto, porque en este libro trata de dar ciertas claves para entender qué pasa por la mente de esas mujeres, el porqué de su actuación y algunas pautas para actuar con ellas. Yo no soy especialista en el tema y puede que si entre vosotros se encuentra alguno, podáis disentir de lo que Robin plantea.
Creo que nuestra infancia marca nuestro futuro a fuego porque si usted elige como pareja y padre o madre de sus hijos a una persona dependiente de cualquier tipo, la posibilidad de que su hija o hijo también lo sea es enorme, ya que el modelo de familia que tenemos en la cabeza es el que hemos vivido. Pero, aparte, creo también que la literatura, la poesía y las canciones han hecho mucho daño al concepto del amor.
La verdad es que se podría escribir un ensayo sobre el tema. Desde Bécquer, que busca “a la imposible”, a canciones con estribillos “sin ti, no soy nada”. Por cierto, hace un tiempo había escrito en todas las paredes de una calle de Sevilla una frase que me encantó: “Sin ti, soy yo”.
Eso por no hablar de esas historias novelescas de pseudoamor, en las que ella porque lo quiere, todo lo perdona y al final es recompensada, cosa que no ocurre en la realidad. Me van a permitir ser vulgar, y les voy a citar una frase que una mujer mayor siempre me decía: “cuanto más te agachas, más se te ve el culo”. Y les puedo asegurar que es veraz, y no sólo en el terreno de los sentimientos.
Como verán, parece que querer a alguien implica renunciar a ser uno mismo, a la autoestima y a caer en la humillación. Y, en mi modesta opinión, eso es lo que ha hecho que muchas mujeres consideren que amar es darse por enteras y convertirse en unas esclavas sin voz ni voto. Y la pena es que todo lo hacen por una miaja de ternura, que nunca llega o, si lo hace, es después de una paliza y como acto de arrepentimiento.
El tema es complejo, pero espero que este libro os aporte algo de luz. Y a la mujer que esté dentro de ese laberinto tenebroso, le daría un consejo: “Quiérete, porque eres única e irrepetible”. Y busca un compañero, no un amo. Para endulzar el tema, os dejo a la gran Nina Simone, con My baby just cares for me.
Ficha literaria
Título: Las mujeres que aman demasiado
Autor: Robin Norwood
Género: Autoayuda
Título original: Women who love too much
Fecha de publicación: 1990
Editorial: Zeta Bolsillo
ISBN: 978-84-96546875
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ / REDACCIÓN
