Hace unas semanas se estrenaba en España una de las películas más destacadas del cine de animación japonés. Llegaba a la cartelera El viento se levanta, la última gran obra del director Hayao Miyazaki. Studio Ghibli productor de cintas como La Princesa Mononoke (1997) o El Viaje de Chihiro (2001) nos presenta la última película dirigida y escrita por el genio Hayao Miyazaki (1941), quien anunciaba el pasado septiembre su retirada.
El viento se levanta o Kaze Tachinu está basado en una novela corta escrita por Tatsuo Hori y su adaptación al manga realizada por el propio Miyazaki. La historia es una biografía de Jiro Horikoshi, el hombre que diseñó el avión de combate Zero, utilizado en la Segunda Guerra Mundial en el ataque a Pearl Harbor. Un muchacho amante de los aviones que decide ser ingeniero aeronáutico y cumplir su sueño de realizar una hermosa máquina voladora.
La historia que nos relata Miyazaki es madura, realista y compleja. Está dirigida a un público adulto. Vemos en ella un fiel retrato del Japón de los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Elementos como el escaso desarrollo tecnológico del país en comparación con occidente, la depresión y las penurias de la guerra, o el devastador terremoto de Kanto de 1923 enmarcan la vida del protagonista Jiro.
Pero a pesar del realismo que se puede encontrar en la película, Miyazaki la dota de escenas oníricas que se entremezclan con la realidad, dejando al espectador embelesado. Una temática que podría resultar compleja, como es la construcción de aviones debido a sus tecnicismos, el director hace que se cuente de manera entretenida y amena, dándole un toque mágico.
Otro punto importante que podemos destacar de esta gran obra son sus personajes. Normalmente, en sus películas, el peso principal de la trama suele llevarlo la mujer que con la ayuda del personaje masculino, cumple sus objetivos. Un ejemplo podría sería Nausicaä del Valle del Viento (1984). Aunque también hay alguna que otra excepción como es el caso de Porco Rosso (1992), aunque el protagonista no tiene aspecto humano.
Por lo tanto, al contrario de lo que nos tiene acostumbrados, Miyazaki nos sorprende y decide darle el papel principal a un personaje masculino y de mediana edad. En este film, la mujer sigue siendo importante, pero pasa a un segundo plano. Se vuelve el apoyo sentimental del protagonista pero sin perder la fuerza que impregna el director a sus personajes femeninos.
Vemos en esta película relaciones maduras, encuentros y separaciones. Situaciones muy duras y complejas sacadas de la vida misma, pero todo ello sin perder su toque dulce y romántico.
A un nivel más técnico, otro aspecto fundamental del film es su dibujo. Todo realizado a mano. Vemos un despliegue majestuoso de colores, paisajes salidos de cuadros. Además sorprende la gran elasticidad de movimientos de los personajes.
Realizar un trabajo de este calibre a mano es muy trabajoso y duro, pero los resultados son excepcionales. Es una lástima que las películas de animación hayan dejado de usar las técnicas tradicionales para pasarse al ordenador: véase la aclamada Frozen.
Otro elemento importante es su música. Joe Hisaishi (1950), compositor y director de orquesta japonés, autor de bandas sonoras como El Viaje de Chihiro y La Princesa Mononoke, vuelve a poner su toque a la película de Miyazaki. Piezas intimistas y dulces pero de gran fuerza rodean al film.
Esta película, a pesar de su indudable calidad, no ha estado exenta de polémica. Debido a los ideales de Miyazaki, como son el pacifismo y el ecologismo, se le criticó la realización de esta obra por su trasfondo bélico.
A favor del director podemos decir que en ningún momento ensalza la guerra. Por el contrario, se muestran las penurias de ella a modo de denuncia. Cabe destacar que la trama principal de la obra no es esta, sino la vida el protagonista, que solo busca cumplir su sueño como constructor de aviones. Pero, a pesar de todo, ha recibido un buen número de nominaciones, entre ellas, el Oscar a mejor película de animación de 2013 o el Globo de Oro a mejor película extranjera 2013.
En conclusión, podemos decir que el gran Hayao Miyazaki se retira del cine de animación por la puerta grande, dándonos a sus seguidores su última obra grande: El viento se levanta. El aficionado al cine que tenga la oportunidad de verla, a pesar de su poca distribución en salas, saldrá encantado.
El viento se levanta o Kaze Tachinu está basado en una novela corta escrita por Tatsuo Hori y su adaptación al manga realizada por el propio Miyazaki. La historia es una biografía de Jiro Horikoshi, el hombre que diseñó el avión de combate Zero, utilizado en la Segunda Guerra Mundial en el ataque a Pearl Harbor. Un muchacho amante de los aviones que decide ser ingeniero aeronáutico y cumplir su sueño de realizar una hermosa máquina voladora.
La historia que nos relata Miyazaki es madura, realista y compleja. Está dirigida a un público adulto. Vemos en ella un fiel retrato del Japón de los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Elementos como el escaso desarrollo tecnológico del país en comparación con occidente, la depresión y las penurias de la guerra, o el devastador terremoto de Kanto de 1923 enmarcan la vida del protagonista Jiro.
Pero a pesar del realismo que se puede encontrar en la película, Miyazaki la dota de escenas oníricas que se entremezclan con la realidad, dejando al espectador embelesado. Una temática que podría resultar compleja, como es la construcción de aviones debido a sus tecnicismos, el director hace que se cuente de manera entretenida y amena, dándole un toque mágico.
Otro punto importante que podemos destacar de esta gran obra son sus personajes. Normalmente, en sus películas, el peso principal de la trama suele llevarlo la mujer que con la ayuda del personaje masculino, cumple sus objetivos. Un ejemplo podría sería Nausicaä del Valle del Viento (1984). Aunque también hay alguna que otra excepción como es el caso de Porco Rosso (1992), aunque el protagonista no tiene aspecto humano.
Por lo tanto, al contrario de lo que nos tiene acostumbrados, Miyazaki nos sorprende y decide darle el papel principal a un personaje masculino y de mediana edad. En este film, la mujer sigue siendo importante, pero pasa a un segundo plano. Se vuelve el apoyo sentimental del protagonista pero sin perder la fuerza que impregna el director a sus personajes femeninos.
Vemos en esta película relaciones maduras, encuentros y separaciones. Situaciones muy duras y complejas sacadas de la vida misma, pero todo ello sin perder su toque dulce y romántico.
A un nivel más técnico, otro aspecto fundamental del film es su dibujo. Todo realizado a mano. Vemos un despliegue majestuoso de colores, paisajes salidos de cuadros. Además sorprende la gran elasticidad de movimientos de los personajes.
Realizar un trabajo de este calibre a mano es muy trabajoso y duro, pero los resultados son excepcionales. Es una lástima que las películas de animación hayan dejado de usar las técnicas tradicionales para pasarse al ordenador: véase la aclamada Frozen.
Otro elemento importante es su música. Joe Hisaishi (1950), compositor y director de orquesta japonés, autor de bandas sonoras como El Viaje de Chihiro y La Princesa Mononoke, vuelve a poner su toque a la película de Miyazaki. Piezas intimistas y dulces pero de gran fuerza rodean al film.
Esta película, a pesar de su indudable calidad, no ha estado exenta de polémica. Debido a los ideales de Miyazaki, como son el pacifismo y el ecologismo, se le criticó la realización de esta obra por su trasfondo bélico.
A favor del director podemos decir que en ningún momento ensalza la guerra. Por el contrario, se muestran las penurias de ella a modo de denuncia. Cabe destacar que la trama principal de la obra no es esta, sino la vida el protagonista, que solo busca cumplir su sueño como constructor de aviones. Pero, a pesar de todo, ha recibido un buen número de nominaciones, entre ellas, el Oscar a mejor película de animación de 2013 o el Globo de Oro a mejor película extranjera 2013.
En conclusión, podemos decir que el gran Hayao Miyazaki se retira del cine de animación por la puerta grande, dándonos a sus seguidores su última obra grande: El viento se levanta. El aficionado al cine que tenga la oportunidad de verla, a pesar de su poca distribución en salas, saldrá encantado.
SARA B. PATRÓN / REDACCIÓN