La llave en el contacto, la carretera como una línea dorada que te lleva al maravilloso mundo de la incertidumbre y ganas, muchas ganas de descubrir, de sentir y de vivir es lo que sale de esta biblia de la generación beat.
Llevo años oyendo hablar de él y, una de estas veces que me dio el subidón consumidor dentro de una librería, lo eché a la bolsa junto con otros libros más. Y este verano, mirando qué aventuras me iban a acompañar en mis dos semanas de playa y “dolce far niente”, él me miró y yo lo miré y supe que había llegado el momento de adentrarme en el mundo de Jack Kerouac.
Entré con miedo en sus hojas, como se entra en un gran clásico, con el temor de desilusionarme y no ser capaz de captar ese sabor que a tanta gente ha engatusado. Pero no ocurrió. Desde el principio, mi adrenalina empezó a subir y crucé el vasto país de la bandera de las barras y estrellas, desde la costa este a la oeste, montada en camiones, conociendo gente extraña y llegando a la ciudad de San Francisco, como quien llega al cielo.
La novela transcurre en los años cuarenta y en una sociedad que empieza a vivir tras la Segunda Guerra Mundial, con unos jóvenes que no quieren ser un producto prefabricado, pero que desgraciadamente recurren a las drogas en su búsqueda continua de placer.
El ambiente se llena de jazz, de saxofonistas genuinos, de esos que improvisan y te transportan dentro, muy dentro de ti y te hacen sentir que flotas, que te elevas montada en un pentagrama que lleva al cielo.
El autor nació en 1922 y murió en 1969, por lo que vivió períodos muy oscuros de la historia: con siete años, la Gran Depresión; y en el 39, el inicio de la Segunda Gran Guerra. Quizás por eso, quiso vivir rápido. De hecho, Sal Paradise, el protagonista, es él mismo.
Este clásico es una biblia que abrió la mente de mucha gente y fue el sustrato del Mayo del 68. A mí me ha recordado mucho esta gran obra a los años ochenta en España, a la apertura, a las ganas de libertad, a la necesidad de llamar la atención, de hacer el loco, de correr y, cómo no, a la entrada de mucha gente joven en el submundo de las drogas. Muchos de ellos, por desgracia, se quedaron allí para siempre. Empezó siendo un juego y terminó siendo una condena.
Seguro que haré de nuevo este viaje con Sal. Eso sí, no sé cuándo ni dónde, pero me gusta que así sea.
Este libro para mí está envuelto en una canción que me enamoró cuando la oí la primera vez tocada por el gran Chet Baker –coetáneo de Kerouac y con una vida también bastante autodestructiva, pero que lo sobrevivió–. Se titula My funny valentine.
Pero también me ha hecho descubrir a Charlie Parker y su maravillosa versión de Summer Time, que siempre me transporta al porche de una casa rural de un estado del sur, donde una afroamericana se abanica en medio de la calurosa noche. Enjoy it!
Ficha literaria
Título: En el camino.
Autor: Jack Kerouac.
Género: Novela.
Título original: On the Road.
Fecha de publicación: 1951.
Editorial: Anagrama.
ISBN: 978-84-33920140.
Llevo años oyendo hablar de él y, una de estas veces que me dio el subidón consumidor dentro de una librería, lo eché a la bolsa junto con otros libros más. Y este verano, mirando qué aventuras me iban a acompañar en mis dos semanas de playa y “dolce far niente”, él me miró y yo lo miré y supe que había llegado el momento de adentrarme en el mundo de Jack Kerouac.
Entré con miedo en sus hojas, como se entra en un gran clásico, con el temor de desilusionarme y no ser capaz de captar ese sabor que a tanta gente ha engatusado. Pero no ocurrió. Desde el principio, mi adrenalina empezó a subir y crucé el vasto país de la bandera de las barras y estrellas, desde la costa este a la oeste, montada en camiones, conociendo gente extraña y llegando a la ciudad de San Francisco, como quien llega al cielo.
La novela transcurre en los años cuarenta y en una sociedad que empieza a vivir tras la Segunda Guerra Mundial, con unos jóvenes que no quieren ser un producto prefabricado, pero que desgraciadamente recurren a las drogas en su búsqueda continua de placer.
El ambiente se llena de jazz, de saxofonistas genuinos, de esos que improvisan y te transportan dentro, muy dentro de ti y te hacen sentir que flotas, que te elevas montada en un pentagrama que lleva al cielo.
El autor nació en 1922 y murió en 1969, por lo que vivió períodos muy oscuros de la historia: con siete años, la Gran Depresión; y en el 39, el inicio de la Segunda Gran Guerra. Quizás por eso, quiso vivir rápido. De hecho, Sal Paradise, el protagonista, es él mismo.
Este clásico es una biblia que abrió la mente de mucha gente y fue el sustrato del Mayo del 68. A mí me ha recordado mucho esta gran obra a los años ochenta en España, a la apertura, a las ganas de libertad, a la necesidad de llamar la atención, de hacer el loco, de correr y, cómo no, a la entrada de mucha gente joven en el submundo de las drogas. Muchos de ellos, por desgracia, se quedaron allí para siempre. Empezó siendo un juego y terminó siendo una condena.
Seguro que haré de nuevo este viaje con Sal. Eso sí, no sé cuándo ni dónde, pero me gusta que así sea.
Este libro para mí está envuelto en una canción que me enamoró cuando la oí la primera vez tocada por el gran Chet Baker –coetáneo de Kerouac y con una vida también bastante autodestructiva, pero que lo sobrevivió–. Se titula My funny valentine.
Pero también me ha hecho descubrir a Charlie Parker y su maravillosa versión de Summer Time, que siempre me transporta al porche de una casa rural de un estado del sur, donde una afroamericana se abanica en medio de la calurosa noche. Enjoy it!
Ficha literaria
Título: En el camino.
Autor: Jack Kerouac.
Género: Novela.
Título original: On the Road.
Fecha de publicación: 1951.
Editorial: Anagrama.
ISBN: 978-84-33920140.
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ / REDACCIÓN