Antes que nada, comentar que el texto que tenéis ante vuestros ojos bien podría llamarse La bellísima moda de las figuritas 2, en referencia a una opinión que ya volcamos a inicios del año pasado. Y es que ya vaticinábamos algo que tampoco requería de uso de bolas de cristal o cartas mágicas para adivinar: la “moda de las figuras” no solo iba a continuar, sino que se acabaría expandiendo. "¿Cómo?", se preguntarán aquellos que estén menos vinculados a la actualidad del videojuego. Pues a través de los Amiibo.
¿En qué consisten? Los Amiibo son pequeñas figuras que representan a parte de la plantilla de los principales personajes de Nintendo. De este modo, Mario, Pikachu, Link o Aldeano gozarán de una adaptación a estatuilla en muy poco tiempo. Más concretamente el 28 de noviembre y el 19 de diciembre para una segunda y renovada tanda, que incluye otras caras como Luigi, Pit o la princesa Zelda.
¿Cuál es su funcionamiento? Estos juguetes se colocan en una sección del Gamepad de Wii U –un soporte si hablamos de 3DS– y la consola los registra, tomando forma virtual en el juego que se encuentre activo. Vamos, Super Smash Bros., porque para el resto de títulos tampoco tendrá mucho sentido. Con el avatar del juguete ya en el televisor, podremos adaptarlo a nuestra jugabilidad y entrenarlo para hacerlo más poderoso.
¿Entonces se podrán usar los personajes sin estos muñecos? Pues sí. ¿Son realmente útiles las figuras? Depende de para quien. ¿Cuánto costarán? En torno a los 10 euros. ¿Por qué tantas preguntas seguidas? Ni yo sé responder eso.
La cuestión es que, como ya suponía el caso de Skylanders y Disney Infinity, los Amiibo supondrán una inversión cuasi millonaria para aquella persona que desee hacerse con la colección –o, al menos, parte-.
Solamente de la segunda tirada habrá seis figuras, lo que su adquisición se traduciría en 60 euros gastados. Si a eso se le suma lo invertido en los anteriores, estaríamos hablando de una cantidad para cenar langosta durante tres días. Sin contar con que aparezcan más ejemplares. Que aparecer, aparecerán. No se sabe cuándo. Pero lo harán.
¿Quién se beneficia con esto? Pues quién va a ser: Nintendo. La compañía, que como hemos comentado en repetidas ocasiones, está pasando un bache financiero relativamente importante. Sólo con los ingresos recopilados con esta estrategia, se aseguran un filón que se traduce en un colchón económico para algún tiempo. Fino, con más de diez años, pero colchón a fin de cuentas.
Lo peor de todo, es que a su favor hay que decir que se tratan de figuras cuidadosamente retratadas, pintadas y perfiladas. Algunas como la de Yoshi o Fox son espectaculares, por lo que pueden entrar ganas de que pongan diez para envolver. Menos Link. Su cara es feita. Pero se le perdona por ser el Héroe del Tiempo.
Precisamente aquí es donde la Gran N ha puesto especial atención, ya que no sólo pueden ser adquiridas para su función principal, sino como mero elemento decorativo. Los niños pequeños –y los niños pequeños universitarios- seguidores de esta compañía reclamarán más de un ejemplar no para aprovecharlo en su consola, sino para jugar o para presumir de su colección.
Nintendo ha sabido jugar muy bien sus cartas. Cuando anunció que aprovecharía sus franquicias para expandir sus productos, pocos se imaginaban que tomarían este camino tan próspero. Los beneficios de la nipona están llamando a la puerta: un recientemente estrenado Hyrule Warriors, los inminentes Bayonetta 2 y Pokémon Rubí Omega/Zafíro Alfa, pero sobre todo el bombazo doble de Super Smash Bros. para 3DS y Wii U, han hecho que el final de 2014 sea totalmente inspirador y tranquilizador.
A este hecho hay que sumarle la introducción de los Amiibo, las figuras que explotarán el afluente jugable y del merchandising como meteoritos momentos previos del Big Bang. De cara al jugador, esto no supone más que lo mismo: el típico capricho que añade alguna curiosidad, pero que a la hora de la verdad no tiene un trasfondo relevante que aportar. Pero… ¡es que son tan monos! ¿No queréis ser sus amiibitos?
Lo único que esperemos, es que no haya una tercera parte de este texto con una idea similar de Sony. Que era ya el remate que nos faltaba y ya nos los estamos viendo venir. Advertidos quedáis.
¿En qué consisten? Los Amiibo son pequeñas figuras que representan a parte de la plantilla de los principales personajes de Nintendo. De este modo, Mario, Pikachu, Link o Aldeano gozarán de una adaptación a estatuilla en muy poco tiempo. Más concretamente el 28 de noviembre y el 19 de diciembre para una segunda y renovada tanda, que incluye otras caras como Luigi, Pit o la princesa Zelda.
¿Cuál es su funcionamiento? Estos juguetes se colocan en una sección del Gamepad de Wii U –un soporte si hablamos de 3DS– y la consola los registra, tomando forma virtual en el juego que se encuentre activo. Vamos, Super Smash Bros., porque para el resto de títulos tampoco tendrá mucho sentido. Con el avatar del juguete ya en el televisor, podremos adaptarlo a nuestra jugabilidad y entrenarlo para hacerlo más poderoso.
¿Entonces se podrán usar los personajes sin estos muñecos? Pues sí. ¿Son realmente útiles las figuras? Depende de para quien. ¿Cuánto costarán? En torno a los 10 euros. ¿Por qué tantas preguntas seguidas? Ni yo sé responder eso.
La cuestión es que, como ya suponía el caso de Skylanders y Disney Infinity, los Amiibo supondrán una inversión cuasi millonaria para aquella persona que desee hacerse con la colección –o, al menos, parte-.
Solamente de la segunda tirada habrá seis figuras, lo que su adquisición se traduciría en 60 euros gastados. Si a eso se le suma lo invertido en los anteriores, estaríamos hablando de una cantidad para cenar langosta durante tres días. Sin contar con que aparezcan más ejemplares. Que aparecer, aparecerán. No se sabe cuándo. Pero lo harán.
¿Quién se beneficia con esto? Pues quién va a ser: Nintendo. La compañía, que como hemos comentado en repetidas ocasiones, está pasando un bache financiero relativamente importante. Sólo con los ingresos recopilados con esta estrategia, se aseguran un filón que se traduce en un colchón económico para algún tiempo. Fino, con más de diez años, pero colchón a fin de cuentas.
Lo peor de todo, es que a su favor hay que decir que se tratan de figuras cuidadosamente retratadas, pintadas y perfiladas. Algunas como la de Yoshi o Fox son espectaculares, por lo que pueden entrar ganas de que pongan diez para envolver. Menos Link. Su cara es feita. Pero se le perdona por ser el Héroe del Tiempo.
Precisamente aquí es donde la Gran N ha puesto especial atención, ya que no sólo pueden ser adquiridas para su función principal, sino como mero elemento decorativo. Los niños pequeños –y los niños pequeños universitarios- seguidores de esta compañía reclamarán más de un ejemplar no para aprovecharlo en su consola, sino para jugar o para presumir de su colección.
Nintendo ha sabido jugar muy bien sus cartas. Cuando anunció que aprovecharía sus franquicias para expandir sus productos, pocos se imaginaban que tomarían este camino tan próspero. Los beneficios de la nipona están llamando a la puerta: un recientemente estrenado Hyrule Warriors, los inminentes Bayonetta 2 y Pokémon Rubí Omega/Zafíro Alfa, pero sobre todo el bombazo doble de Super Smash Bros. para 3DS y Wii U, han hecho que el final de 2014 sea totalmente inspirador y tranquilizador.
A este hecho hay que sumarle la introducción de los Amiibo, las figuras que explotarán el afluente jugable y del merchandising como meteoritos momentos previos del Big Bang. De cara al jugador, esto no supone más que lo mismo: el típico capricho que añade alguna curiosidad, pero que a la hora de la verdad no tiene un trasfondo relevante que aportar. Pero… ¡es que son tan monos! ¿No queréis ser sus amiibitos?
Lo único que esperemos, es que no haya una tercera parte de este texto con una idea similar de Sony. Que era ya el remate que nos faltaba y ya nos los estamos viendo venir. Advertidos quedáis.
SALVADOR BELIZÓN / REDACCIÓN