Mucho se ha escrito durante los últimos años sobre el yacimiento arqueológico de Torreparedones, en la localidad cordobesa de Baena. Las investigaciones y los trabajos de excavación que se han llevado a cabo alcanzan apenas el seis por ciento de su superficie pero, aún así, son muchos los estudios que ya han dejado patente su enorme potencial arqueológico. En unos días, cuando concluyan las diferentes intervenciones financiadas con los fondos europeos del Plan Baniana II, el yacimiento cordobés presentará varias novedades que lo harán aún más atractivo para los visitantes.
El Centro de Recepción de Visitantes quizás sea el espacio más demandado por quienes se acercan al parque, situado en plena Campiña oriental cordobesa. Se trata de un espacio que servirá como zona de ocio y esparcimiento al turista, que tendrá la oportunidad de conocer la historia del lugar donde se encuentra: una ciudad superpuesta que estuvo habitada desde el 3.200 a.C. hasta el siglo XVI. Como ha explicado el alcalde de Baena, Jesús Rojano, "el objetivo es que el visitante pueda por sí solo hacerse una idea de cómo era la ciudad".
Para ello, el parque arqueológico, que recibe 4.000 visitas al año, dispone de varias tabletas de realidad aumentada. Con ellas, el turista tiene la posibilidad de conocer la estética de los edificios de la colonia romana Ituci Virtus Iulia, sobre todo de aquellos que ocupaban la zona del Foro, "corazón político, religioso y administrativo" de la ciudad.
Precisamente, la plaza forense es el lugar donde en la actualidad se llevan a cabo el mayor número de intervenciones arqueológicas. Con la restauración de la Basílica, de época tiberiana, el visitante podrá percatarse igualmente de la espectacularidad que tuvo ese espacio.
La intervención en el Castillo de Castro el Viejo es otra de las actuaciones que contribuirá a que las visitas ganen en atractivo. Rozando los 600 metros sobre el nivel del mar, la fortaleza constituye una de las cotas más altas de la Campiña cordobesa. Desde su mirador, situado en la parte más alta de la torre del homenaje, se goza de una extraordinaria visibilidad de los cuatro puntos cardinales. De hecho, se pueden divisar unos 30 municipios de las provincias de Córdoba y Jaén.
El yacimiento fue objeto de las primeras campañas de excavación por parte de varias universidades –entre ellas la de Oxford y la Complutense de Madrid– a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Entre los hallazgos se encuentran tres estatuas sedentes de varios metros de altura encontradas en la Curia, las cuales están siendo analizadas y reconstruidas estos días en el Museo Histórico y Arqueológico de Baena mediante la novedosa técnica del láser-scan.
El arqueólogo municipal, José Antonio Morena, uno de los mayores conocedores del yacimiento, no duda en calificar estas piezas de "únicas". "Las esculturas se encontraban situadas sobre un pedestal a más de cinco metros de altura (desde el suelo de la plaza del foro), por ello, cuando se restauren se instalarán en el Museo Histórico y se colocarán réplicas en la fachada del templo de la plaza forense", avanzó.
Con estas incorporaciones, sumadas a los muchos atractivos que ya se han puesto en valor, el turista que se acerque a Torreparedones en los próximos meses encontrará un recinto amurallado totalmente renovado. Un espacio repleto de historia, articulado por el decumano máximo, la calle principal que parte desde la Puerta Oriental, justamente el punto de partida de un yacimiento que todavía está por descubrir.
Torreparedones fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2007 por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía y se integra en la Red de Espacios Culturales. A él se accede por la carretera A-3125, que une las ciudades de Baena y Cañete de las Torres, concretamente a la altura del punto kilométrico 18.800, donde parte un desvío al oeste. Tras recorrer un kilómetro hay que tomar un segundo desvío a la derecha, que conduce directamente al lugar, a unos 3,5 kilómetros al norte.
El Centro de Recepción de Visitantes quizás sea el espacio más demandado por quienes se acercan al parque, situado en plena Campiña oriental cordobesa. Se trata de un espacio que servirá como zona de ocio y esparcimiento al turista, que tendrá la oportunidad de conocer la historia del lugar donde se encuentra: una ciudad superpuesta que estuvo habitada desde el 3.200 a.C. hasta el siglo XVI. Como ha explicado el alcalde de Baena, Jesús Rojano, "el objetivo es que el visitante pueda por sí solo hacerse una idea de cómo era la ciudad".
Para ello, el parque arqueológico, que recibe 4.000 visitas al año, dispone de varias tabletas de realidad aumentada. Con ellas, el turista tiene la posibilidad de conocer la estética de los edificios de la colonia romana Ituci Virtus Iulia, sobre todo de aquellos que ocupaban la zona del Foro, "corazón político, religioso y administrativo" de la ciudad.
Precisamente, la plaza forense es el lugar donde en la actualidad se llevan a cabo el mayor número de intervenciones arqueológicas. Con la restauración de la Basílica, de época tiberiana, el visitante podrá percatarse igualmente de la espectacularidad que tuvo ese espacio.
La intervención en el Castillo de Castro el Viejo es otra de las actuaciones que contribuirá a que las visitas ganen en atractivo. Rozando los 600 metros sobre el nivel del mar, la fortaleza constituye una de las cotas más altas de la Campiña cordobesa. Desde su mirador, situado en la parte más alta de la torre del homenaje, se goza de una extraordinaria visibilidad de los cuatro puntos cardinales. De hecho, se pueden divisar unos 30 municipios de las provincias de Córdoba y Jaén.
El yacimiento fue objeto de las primeras campañas de excavación por parte de varias universidades –entre ellas la de Oxford y la Complutense de Madrid– a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Entre los hallazgos se encuentran tres estatuas sedentes de varios metros de altura encontradas en la Curia, las cuales están siendo analizadas y reconstruidas estos días en el Museo Histórico y Arqueológico de Baena mediante la novedosa técnica del láser-scan.
El arqueólogo municipal, José Antonio Morena, uno de los mayores conocedores del yacimiento, no duda en calificar estas piezas de "únicas". "Las esculturas se encontraban situadas sobre un pedestal a más de cinco metros de altura (desde el suelo de la plaza del foro), por ello, cuando se restauren se instalarán en el Museo Histórico y se colocarán réplicas en la fachada del templo de la plaza forense", avanzó.
Con estas incorporaciones, sumadas a los muchos atractivos que ya se han puesto en valor, el turista que se acerque a Torreparedones en los próximos meses encontrará un recinto amurallado totalmente renovado. Un espacio repleto de historia, articulado por el decumano máximo, la calle principal que parte desde la Puerta Oriental, justamente el punto de partida de un yacimiento que todavía está por descubrir.
Torreparedones fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2007 por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía y se integra en la Red de Espacios Culturales. A él se accede por la carretera A-3125, que une las ciudades de Baena y Cañete de las Torres, concretamente a la altura del punto kilométrico 18.800, donde parte un desvío al oeste. Tras recorrer un kilómetro hay que tomar un segundo desvío a la derecha, que conduce directamente al lugar, a unos 3,5 kilómetros al norte.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL