“Le Vin Violette no es un vino cualquiera: es un vino que cambia la vida de las mujeres”. Ese apotegma casi poético, recitado con la convicción que confiere el trabajo desinteresado por los semejantes, llevó a Ayuda contra el Hambre a tutorizar un novedoso proyecto “profesional y vital”, sin ánimo de lucro, que permitirá a la Asociación de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género poner en el mercado unos vinos llenos de esperanza y sentido de la justicia.
La iniciativa, que “surge de la necesidad de seguir avanzando hacia la construcción de una sociedad libre de violencias hacia las mujeres y las niñas”, cuenta con el auspicio y el respaldo de Bodegas Robles, una empresa fundada en Montilla en 1927 y que, con el paso de los años, se ha convertido en un referente internacional en la elaboración de vinos ecológicos.
El frondoso viñedo que rodea las instalaciones centrales de esta empresa bodeguera acogió la firma de un convenio de colaboración a tres bandas que cristalizará en la puesta de largo de tres vinos ecológicos de extraordinaria personalidad –un tinto, un blanco y un dulce Pedro Ximénez– cuya comercialización permitirá a la Asociación de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género recaudar fondos para seguir prestando ayuda a las víctimas de la violencia machista.
En presencia de Mercedes Bermúdez, coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Córdoba, y de María Luisa Rodas, concejala de la Mujer, la secretaria general de la Asociación Valor Ecológico (Ecovalia), Desiré Rubio, y la presidenta del colectivo promotor, Antonia Ávalos, rubricaron el acuerdo que hará posible la distribución de una primera remesa de 3.600 botellas en cuya etiqueta puede leerse: “Con cada copa que bebas de Le Vin Violette brindas por la vida de una mujer”.
“Los viñedos de Bodegas Robles arropan la esperanza, la ternura y la posibilidad de justicia social para muchas mujeres de violencia de género que, gracias a este proyecto, podremos vivir con dignidad y con libertad”, afirmó la presidenta de la Asociación de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género, quien agradeció a Ecovalia y a Bodegas Robles la oportunidad que brindan al colectivo para “alcanzar la autonomía económica y una vida libre de violencia”.
Por su parte, Nerea Sanchís, una reconocida defensora de los derechos de las mujeres, explicó que los vinos Le Vin Violette nacen “de la creatividad y de la necesidad de que nuestras vidas puedan ser autogestionadas”, ofreciendo “una esperanza” y una oportunidad de trabajo digno a quienes han sufrido la brutalidad de la violencia machista.
“Ideamos este proyecto porque nos encantan los vinos y porque creemos que el vino es sabiduría y poesía; que el vino es la vida”, sentenció Nerea Sanchís, para quien Le Vin Violette “es el vino de la libertad, del empoderamiento y de la autonomía”, además de representar una posibilidad de futuro para que “las mujeres puedan conquistar su espacio propio”.
Pero además, el elixir ecológico que embotellará Robles en sus variedades Rubí, Atrevida y Ámbar es también un “vino de denuncia”, que servirá para hacer partícipes a las personas que lo adquieran de la “necesidad de transformación” de una terrible realidad que se ha cobrado en lo que va de año 34 vidas en España y que requiere del compromiso de la sociedad para erradicarla de manera definitiva.
La iniciativa, que “surge de la necesidad de seguir avanzando hacia la construcción de una sociedad libre de violencias hacia las mujeres y las niñas”, cuenta con el auspicio y el respaldo de Bodegas Robles, una empresa fundada en Montilla en 1927 y que, con el paso de los años, se ha convertido en un referente internacional en la elaboración de vinos ecológicos.
El frondoso viñedo que rodea las instalaciones centrales de esta empresa bodeguera acogió la firma de un convenio de colaboración a tres bandas que cristalizará en la puesta de largo de tres vinos ecológicos de extraordinaria personalidad –un tinto, un blanco y un dulce Pedro Ximénez– cuya comercialización permitirá a la Asociación de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género recaudar fondos para seguir prestando ayuda a las víctimas de la violencia machista.
En presencia de Mercedes Bermúdez, coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Córdoba, y de María Luisa Rodas, concejala de la Mujer, la secretaria general de la Asociación Valor Ecológico (Ecovalia), Desiré Rubio, y la presidenta del colectivo promotor, Antonia Ávalos, rubricaron el acuerdo que hará posible la distribución de una primera remesa de 3.600 botellas en cuya etiqueta puede leerse: “Con cada copa que bebas de Le Vin Violette brindas por la vida de una mujer”.
“Los viñedos de Bodegas Robles arropan la esperanza, la ternura y la posibilidad de justicia social para muchas mujeres de violencia de género que, gracias a este proyecto, podremos vivir con dignidad y con libertad”, afirmó la presidenta de la Asociación de Mujeres Supervivientes de Violencia de Género, quien agradeció a Ecovalia y a Bodegas Robles la oportunidad que brindan al colectivo para “alcanzar la autonomía económica y una vida libre de violencia”.
Por su parte, Nerea Sanchís, una reconocida defensora de los derechos de las mujeres, explicó que los vinos Le Vin Violette nacen “de la creatividad y de la necesidad de que nuestras vidas puedan ser autogestionadas”, ofreciendo “una esperanza” y una oportunidad de trabajo digno a quienes han sufrido la brutalidad de la violencia machista.
“Ideamos este proyecto porque nos encantan los vinos y porque creemos que el vino es sabiduría y poesía; que el vino es la vida”, sentenció Nerea Sanchís, para quien Le Vin Violette “es el vino de la libertad, del empoderamiento y de la autonomía”, además de representar una posibilidad de futuro para que “las mujeres puedan conquistar su espacio propio”.
Pero además, el elixir ecológico que embotellará Robles en sus variedades Rubí, Atrevida y Ámbar es también un “vino de denuncia”, que servirá para hacer partícipes a las personas que lo adquieran de la “necesidad de transformación” de una terrible realidad que se ha cobrado en lo que va de año 34 vidas en España y que requiere del compromiso de la sociedad para erradicarla de manera definitiva.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR