Hace algunos días tuvo lugar el Mangafest de Sevilla, una cita obligada para los amantes de la cultura asiática y de los videojuegos. Este año, el evento se presentó con muchas novedades y con mejoras notables en cuanto a su organización, debido a los problemas ocurridos en su edición anterior por falta de espacio. De este modo, Mangafest y su organización se han asegurado este año de corregir sus errores para la gran satisfacción de sus asistentes.
Una de las principales novedades fue la gran superficie alquilada para el evento, superando los 18.000 metros cuadrados. Dos áreas del FIBES dedicadas exclusivamente a este evento. Esta edición se dividió en dos temáticas bien diferenciadas. En una de las grandes salas, encontrábamos el Mangafest, dedicado al mundo asiático con tiendas, escenario y actividades relacionadas. Zona también de juegos de mesa, exposiciones y restauración. Acudieron a la cita, también, algunos cosplayers para dar conferencias.
Y la otra área fue llamada Game4play, dedicada a los videojuegos, que pretendía ser un evento en sí misma. En esta zona de videojuegos se pudieron disfrutar de un buen número de juegos arcades, ordenador y probar las últimas novedades de Playstation. Podías participar también en los torneos. Y todo el que tuviera suficiente paciencia para superar grandes colas, pudo probar el “Oculus Rift”. También acudieron al evento algunos “Youtubers” que dieron una charla a sus seguidores.
Además de todo ello, podemos resaltar su buena organización desde que se anunció el evento. Tras abrir la compra online de entradas, en su página web aparecían unos gráficos y unos porcentajes. El interesado podía comprobar a tiempo real cuántas entradas había vendido hasta la fecha, para cada día.
Además de esto se proporcionó un folleto muy completo. En él se explicaba perfectamente cómo estaban divididas las zonas, haciendo especial hincapié en señalar entradas y salidas. A pesar de las colas, la llegada de los asistentes se hizo de manera ordenada y optimizando el espacio.
En Mangafest, debido a los problemas del año pasado, apostaron por añadir más seguridad. Desde su página web aseguraban que la zona iba a estar perfectamente vigilada por agentes de seguridad, tanto dentro como fuera del recinto, como en efecto así fue.
Pero como ocurre en este tipo de eventos, también hubo algunos inconvenientes. Uno de ellos, el precio alto de sus entradas, que costaban entre 7 y casi 9 euros un día, seguramente debido al alto precio que pide el FIBES por alquilar otro pabellón.
También hubo otros recortes significativos. No hubo concurso para la elección del cartel del evento. En este caso, el creador del cartel fue elegido a dedo. Tampoco hubo ningún tipo de regalo con la entrada, cosa que se venía haciendo en años anteriores. Otro defecto que podríamos añadir es que la zona de Game4play parecía estar algo desaprovechada. Faltaban tiendas especializadas en tema de videojuegos.
Un elemento vital que debe aplicarse en esta área es el orden. Añadir más personal para regir el tiempo de juego para cada consola. Así, todo el mundo podría jugar a lo que quisiera, sin pasar largas horas de espera. Pero, en general, el que pudo costearse la entrada disfrutó de un evento bien organizado y completo. A pesar de su precio, el Mangafest no decepcionó. Aumentó la seguridad, hubo mayor espacio y más actividades.
Una de las principales novedades fue la gran superficie alquilada para el evento, superando los 18.000 metros cuadrados. Dos áreas del FIBES dedicadas exclusivamente a este evento. Esta edición se dividió en dos temáticas bien diferenciadas. En una de las grandes salas, encontrábamos el Mangafest, dedicado al mundo asiático con tiendas, escenario y actividades relacionadas. Zona también de juegos de mesa, exposiciones y restauración. Acudieron a la cita, también, algunos cosplayers para dar conferencias.
Y la otra área fue llamada Game4play, dedicada a los videojuegos, que pretendía ser un evento en sí misma. En esta zona de videojuegos se pudieron disfrutar de un buen número de juegos arcades, ordenador y probar las últimas novedades de Playstation. Podías participar también en los torneos. Y todo el que tuviera suficiente paciencia para superar grandes colas, pudo probar el “Oculus Rift”. También acudieron al evento algunos “Youtubers” que dieron una charla a sus seguidores.
Además de todo ello, podemos resaltar su buena organización desde que se anunció el evento. Tras abrir la compra online de entradas, en su página web aparecían unos gráficos y unos porcentajes. El interesado podía comprobar a tiempo real cuántas entradas había vendido hasta la fecha, para cada día.
Además de esto se proporcionó un folleto muy completo. En él se explicaba perfectamente cómo estaban divididas las zonas, haciendo especial hincapié en señalar entradas y salidas. A pesar de las colas, la llegada de los asistentes se hizo de manera ordenada y optimizando el espacio.
En Mangafest, debido a los problemas del año pasado, apostaron por añadir más seguridad. Desde su página web aseguraban que la zona iba a estar perfectamente vigilada por agentes de seguridad, tanto dentro como fuera del recinto, como en efecto así fue.
Pero como ocurre en este tipo de eventos, también hubo algunos inconvenientes. Uno de ellos, el precio alto de sus entradas, que costaban entre 7 y casi 9 euros un día, seguramente debido al alto precio que pide el FIBES por alquilar otro pabellón.
También hubo otros recortes significativos. No hubo concurso para la elección del cartel del evento. En este caso, el creador del cartel fue elegido a dedo. Tampoco hubo ningún tipo de regalo con la entrada, cosa que se venía haciendo en años anteriores. Otro defecto que podríamos añadir es que la zona de Game4play parecía estar algo desaprovechada. Faltaban tiendas especializadas en tema de videojuegos.
Un elemento vital que debe aplicarse en esta área es el orden. Añadir más personal para regir el tiempo de juego para cada consola. Así, todo el mundo podría jugar a lo que quisiera, sin pasar largas horas de espera. Pero, en general, el que pudo costearse la entrada disfrutó de un evento bien organizado y completo. A pesar de su precio, el Mangafest no decepcionó. Aumentó la seguridad, hubo mayor espacio y más actividades.
SARA B. PATRÓN / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: MANGAFEST
FOTOGRAFÍA: MANGAFEST