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Los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA siguen en Córdoba las huellas del Inca Garcilaso de la Vega

Córdoba lució ayer como la gran Ciudad de las Tres Culturas que es. Porque en ella volvieron a tomar cuerpo, casi por arte de magia, valores como los de la solidaridad, el respeto o el mestizaje. Los cerca de 200 expedicionarios que conforman este año la Ruta Quetzal BBVA recalaron en la capital del Califato Omeya para bucear en su vastísima historia y, sobre todo, para seguir las huellas del Inca Garcilaso de la Vega, considerado uno de los más grandes cronistas de América y uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico.





La conmemoración este año del cuarto centenario del fallecimiento de Gómez Suárez de Figueroa –que residió durante tres décadas en Montilla y que falleció en Córdoba el 23 de abril de 1616– está sirviendo a este programa declarado de "Interés Universal" por la Unesco y auspiciado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación como punto de interés para seguir sus pasos no solo en la capital, donde fue enterrado en la capilla de las Ánimas de la Mezquita-Catedral, sino en otros municipios significativos a lo largo de su vida, como Posadas o Montilla.

Tras hacer noche en el Parque Periurbano de La Sierrezuela de Posadas, donde la expedición continuará acampada hasta el miércoles, los 180 jóvenes de España, Portugal y toda América pusieron rumbo a Córdoba para perderse en el impresionante bosque de columnas de la Mezquita, uno de los lugares que más sorprendieron a los ruteros.

“Se han quedado con la boca literalmente abierta”, reconocía satisfecho Manuel Ruiz Pérez, el único representante cordobés en esta expedición que arrancó el pasado 1 de julio con un intenso periplo por el norte de la península de Yucatán, en México, que recorrieron a lo largo de dos semanas.

Este joven, que el próximo mes de noviembre cumplirá 19 años y que estudia Ingeniería Aeroespacial en Sevilla, ejerció ayer de orgulloso cicerone entre sus compañeros. Y, pese al intenso calor que debieron soportar durante toda la mañana, disfrutaron de la ciudad. “La Ruta me ha permitido contemplar Córdoba desde una perspectiva muy diferente”, aseguró a este periódico el embajador califal en la expedición, que fue el encargado de dar la bienvenida a sus compañeros cuando arribaron al campamento de Posadas.





Después de recorrer las calles de la Judería y refrescarse en los más que oportunos chorros de agua de las Tendillas, los jóvenes estudiantes de la Ruta Quetzal BBVA pusieron rumbo al Palacio de La Merced, donde fueron recibidos por el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, quien tuvo un entrañable recuerdo hacia el creador e impulsor del programa, Miguel de la Quadra-Salcedo, que será homenajeado hoy en Posadas.

De igual modo, Antonio Ruiz hizo hincapié en el importante papel que desarrolla esta iniciativa para “consolidar el intercambio cultural entre la juventud de la comunidad iberoamericana”, al combinar la formación con la educación en valores, el intercambio cultural, el emprendimiento social y la aventura.

“Se trata de una experiencia que ambiciona un decidido compromiso social, educativo, antropológico y medioambiental, con la intención de que los expedicionarios reflexionen y hagan aportaciones a algunos de los retos importantes con los que se enfrenta la humanidad, como son la educación y la exclusión social”, recalcó Ruiz.

Por su parte, el subdirector de la Ruta Quetzal BBVA, Andrés Ciudad, agradeció la “gran acogida” que la Diputación brindó a la expedición y destacó la “gran importancia” que Córdoba tiene para el programa que, este año, rinde tributo al Inca Garcilaso de la Vega, “un ejemplo de mestizaje biológico y cultural”.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
REPORTAJE GRÁFICO: ÁNGEL COLINA
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