Coincidiendo con la vuelta al cole conviene recordar la importancia de transmitir a nuestros hijos de que la Seguridad Vial es algo fundamental para tratar de evitar accidentes de circulación o, en caso de que éstos se produzcan, de que las lesiones sean lo menos lesivas posibles. Los accidentes son la primera causa de mortalidad infantil en los países desarrollados: el cinturón no protege a los más pequeños, a quienes no llegan con los pies al suelo.
Muchas veces no pensamos que en los trayectos cortos que realizamos en nuestras ciudades, el riesgo de ser víctima de un accidente de circulación es muy bajo, pero estadísticamente se demuestra lo contrario. Por ello, trataremos de inculcar a nuestros menores y desde un primer momento la necesidad de hacer un uso adecuado del habitáculo de nuestro vehículo, sobre todo cuando nos encontremos circulando.
Uno de los elementos fundamentales en materia de seguridad vial son las sillitas de retención infantil, un elemento que, además, se exige legalmente y que debe estar adaptado a las necesidades de los más pequeños. Representan, sin duda, la mejor protección para los menores, ya que reducen considerablemente el riesgo de lesiones, evitando su impacto contra otros ocupantes o contra elementos del propio vehículo.
Antes de comprar una silla infantil debemos tener claro el uso que le vamos a dar, así como las necesidades de cada niño, según sea su talla, peso o tipo de vehículo en el que va a circular. Sea como fuere, sea cual sea la silla de retención que vayamos a adquirir, es fundamental que esté homologada.
Existen varios tipos de asientos infantiles, en función del peso del bebé o del niño. El peso es, sin duda alguna, más importante que la edad a la hora de elegir una silla, ya que es el peso el que determina la resistencia que debe ofrecer el asiento infantil.
No obstante, la estatura también es importante y los asientos tampoco deben quedarse “cortos” o pequeños. Recordamos que los niños tienen que llevar una sillita en el coche mientras su estatura no sea igual o inferior a 135 centímetros y deben viajar siempre en el asiento de atrás, excepto cuando el vehículo no tenga asientos traseros o todos los asientos traseros estén ya ocupados por sistemas de retención infantil. En este caso, los menores sí podrán viajar delante con una silla homologada. Recordemos que no llevar sistema de retención infantil en España cuando es necesario conlleva la retirada de tres puntos del permiso de conducir y una multa económica de 200 euros.
Antes de instalar una silla infantil en el coche, lea con atención todas las advertencias, instrucciones y recomendaciones de instalación del fabricante, así como los requisitos y observaciones establecidos por el vehículo. Hay que tener en cuenta la ubicación de la silla infantil dentro del coche y, dependiendo del número de ocupantes, considere en qué plaza van a viajar en el vehículo. Por ejemplo, y si es posible, si solo viaja un adulto detrás, es mejor que no se siente en la plaza junto al pequeño, con el fin de evitar riesgo de lesiones por impacto entre los pasajeros.
Viajar en el sentido contrario de la marcha es más seguro porque la fuerza de cualquier impacto se reduce. Por eso, la Dirección General de Tráfico obliga a los niños más vulnerables –hasta el primer año de edad– a viajar en el sentido contrario a la marcha, siempre que la silla lo permita.
En caso de haber registrado un accidente, se recomienda sustituir la sillita, ya que la misma puede haber sufrido algún tipo de daño no detectado a simple vista, en anclaje o arneses, que haga perder su eficacia. Y recuerde que todos los ocupantes del vehículo siempre deben llevar abrochado el cinturón de seguridad.
Muchas veces no pensamos que en los trayectos cortos que realizamos en nuestras ciudades, el riesgo de ser víctima de un accidente de circulación es muy bajo, pero estadísticamente se demuestra lo contrario. Por ello, trataremos de inculcar a nuestros menores y desde un primer momento la necesidad de hacer un uso adecuado del habitáculo de nuestro vehículo, sobre todo cuando nos encontremos circulando.
Uno de los elementos fundamentales en materia de seguridad vial son las sillitas de retención infantil, un elemento que, además, se exige legalmente y que debe estar adaptado a las necesidades de los más pequeños. Representan, sin duda, la mejor protección para los menores, ya que reducen considerablemente el riesgo de lesiones, evitando su impacto contra otros ocupantes o contra elementos del propio vehículo.
Antes de comprar una silla infantil debemos tener claro el uso que le vamos a dar, así como las necesidades de cada niño, según sea su talla, peso o tipo de vehículo en el que va a circular. Sea como fuere, sea cual sea la silla de retención que vayamos a adquirir, es fundamental que esté homologada.
Existen varios tipos de asientos infantiles, en función del peso del bebé o del niño. El peso es, sin duda alguna, más importante que la edad a la hora de elegir una silla, ya que es el peso el que determina la resistencia que debe ofrecer el asiento infantil.
No obstante, la estatura también es importante y los asientos tampoco deben quedarse “cortos” o pequeños. Recordamos que los niños tienen que llevar una sillita en el coche mientras su estatura no sea igual o inferior a 135 centímetros y deben viajar siempre en el asiento de atrás, excepto cuando el vehículo no tenga asientos traseros o todos los asientos traseros estén ya ocupados por sistemas de retención infantil. En este caso, los menores sí podrán viajar delante con una silla homologada. Recordemos que no llevar sistema de retención infantil en España cuando es necesario conlleva la retirada de tres puntos del permiso de conducir y una multa económica de 200 euros.
Antes de instalar una silla infantil en el coche, lea con atención todas las advertencias, instrucciones y recomendaciones de instalación del fabricante, así como los requisitos y observaciones establecidos por el vehículo. Hay que tener en cuenta la ubicación de la silla infantil dentro del coche y, dependiendo del número de ocupantes, considere en qué plaza van a viajar en el vehículo. Por ejemplo, y si es posible, si solo viaja un adulto detrás, es mejor que no se siente en la plaza junto al pequeño, con el fin de evitar riesgo de lesiones por impacto entre los pasajeros.
Viajar en el sentido contrario de la marcha es más seguro porque la fuerza de cualquier impacto se reduce. Por eso, la Dirección General de Tráfico obliga a los niños más vulnerables –hasta el primer año de edad– a viajar en el sentido contrario a la marcha, siempre que la silla lo permita.
En caso de haber registrado un accidente, se recomienda sustituir la sillita, ya que la misma puede haber sufrido algún tipo de daño no detectado a simple vista, en anclaje o arneses, que haga perder su eficacia. Y recuerde que todos los ocupantes del vehículo siempre deben llevar abrochado el cinturón de seguridad.
FRAN GALLEGO