Una pregunta que cualquier joven aficionado a la música puede hacerse cuando lee que la portada del primer disco de la Velvet Underground es un auténtico icono del rock sería: ¿Cómo es posible que un simple plátano, ya pasado de fecha para comerlo, se pudiera convertir en un verdadero símbolo de la música popular?
La respuesta es muy sencilla: es que ese plátano no lo pintó cualquiera sino el mayor artista del pop-art que dio el mundo de la pintura en Estados Unidos, y como el propio Andy Warhol preconizaba, vivimos en un mundo en el que los productos de consumo se han convertido en verdaderos símbolos que todo el mundo adora. Y, claro, su propia firma da lugar a que ese envejecido plátano no sea lo mismo con su nombre debajo del primer disco de The Velvet Underground & Nico que salía al mercado allá por el año 1967, o lo que es lo mismo, en la década mítica del rock.
Puesto que la revista Rolling Stone situaba en disco en el número 13 de los 500 mejores del a historia del rock, mientras que la española Rockdelux lo elevaba nada más y nada menos que al primer puesto, por delante de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles o el Pet Sounds de los Beach Boys, me parece oportuno que en esta entrega de Discos y portadas la dedique a los diseños que realizó Warhol para la industria discográfica.
Conviene recordar que la Velvet Underground fue un grupo de rock psicodélico en el que militaban Lou Reed y John Cale. El primero como guitarrista y voz, al tiempo que Cale lo hacía en los teclados.
En su momento pasó casi desapercibido, ya que no pasó del puesto 171 de las listas estadounidenses. Pero allí se encontraban temas firmados por Lou Reed como Heroine, I’m waiting for the man o Run run run inspirados en las drogas, o el obsesivo y sadomasoquista Venurs in furs. Por otro lado, la voz femenina y gótica de la modelo alemana Nico se incorporaba a varios de los temas.
Pero la portada que diseñó Andy Warhol y que fue un auténtico bombazo (por no llamarlo escándalo en la censura de nuestro país) fue la portada de Sticky Fingers de los Rolling Stones que apareció en el año 1971.
En el mismo se encontraban algunas canciones tan emblemáticas como Wild Horses, con múltiples y distintas versiones posteriores, Brown Sugar o Sister Morphine. Por los títulos podemos comprobar que por entonces las drogas duras tenían mucho predicamento en las estrellas del rock.
En la portada aparecía en primer plano la bragueta de un pantalón vaquero masculino con una cremallera real que se podía deslizar. Junto a ello, aparecía un abultamiento que evocaba una erección. Como puede suponerse esto era mucho más de lo que la censura franquista pudiera permitir.
Como hubiera sido un cierto escándalo que en España no apareciera Sticky Fingers y dado que la compañía Atlantic, que era la que distribuía el nuevo sello de los Rolling, encargó una portada alternativa.
Lo cierto es que la que se utilizó en nuestro país en nada quedaba atrás en cuanto a imaginación: unos dedos ‘pegajosos’ femeninos salían de una lata que había sido abierta con un abrelatas de aquella época. La sangre espesa se esparcía por el suelo en el que se apoyaba la lata. Por otro lado, en la esquina superior izquierda aparecía el famoso logotipo que realizó Warhol con los labios de Mick Jagger y que apareció por primera vez en este disco.
Lo cierto es que, pasado el tiempo, la edición española dio lugar a que se convirtiera en un disco muy apreciado por los coleccionistas, pues se hacía casi inencontrable.
Unos años más tarde, en 1977, Andy Warhol volvió a trabajar para los Rolling Stones con el diseño de la portada de Love You Live, un disco doble en directo que salió al mercado en 1977. En el mismo, se recoge las actuaciones de la banda en los Estados Unidos en 1975, la que llevó en Europa en 1976 y las actuaciones en el club nocturno El Mocambo de la ciudad canadiense de Toronto.
El diseño se corresponde a una de las técnicas características que utilizara Warhol en sus serigrafías: sobre una fotografía (en este caso, en blanco y negro del rostro de perfil de Mick Jagger mordiendo una mano) traza distintas líneas de colores con la intención de resaltarla. Por otro lado, emplea distintos cromatismos planos para el fondo de la lámina.
Andy Warhol volvió a realizar otros diseños de portadas de elepés. No obstante, ya se hizo previsible, puesto que utilizaba la misma técnica que empleó para el de Love You Live y para los rostros de personajes famosos: Marilyn Monroe, Liz Taylor, Liza Minnelli… incluso la de Mao.
Así, en 1986, Yoko Ono la que fuera mujer de John Lennon editó un disco póstumo de uno de los pilares del legendario grupo The Beatles. Acudió al artista plástico más conocido de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo pasado. Lógicamente, no se negó a hacerla, aunque utiliza su técnica característica a partir de una fotografía del exBeatle.
Otros músicos a los que Warhol hizo portadas de sus discos fueron Paul Anka, Count Basie, Debbie Harry… así hasta llegar a unos cincuenta diseños, que se cerraron con el que hiciera a la indiscutible reina del soul: Aretha Franklin.
Tal como he apuntado anteriormente, la repetición se convirtió en una constante dentro del diseño del artista americano, puesto que a él lo que le interesaba (en la misma línea de Salvador Dalí) era ganar el máximo de dinero, cuestión que no negaba en absoluto, pues se configuró como el paladín de la triunfante sociedad de consumo en la que reina el éxito económico por encima de todo.
Para cerrar, no me resisto a presentar el diseño que Warhol realizara para un artista español: Miguel Bosé. Lo cierto es que en el año 1983 vio la luz el sexto disco, Made in Spain, del primogénito de la saga de los Dominguín-Bosé. Se encontraba, pues, en los inicios de su carrera discográfica, ya que comenzó en 1977, es decir, hace nada menos que cuarenta años.
En la portada, como podemos ver, aparece un primer plano del rostro de un Miguel Bosé muy joven repetido tres veces, de modo que en las dos primeras imágenes se muestra con el pelo en rojo y la tercera en negro con tonalidades amarillas. Supongo que el artista estadounidense quería aludir a la bandera española, dado que el título, Made in Spain, hacía referencia a este país. De todos modos, alguien debió avisar a Andy Warhol que el orden de los colores de la actual bandera española es rojo-amarillo-rojo; se hubiera entendido mejor la alusión.
La respuesta es muy sencilla: es que ese plátano no lo pintó cualquiera sino el mayor artista del pop-art que dio el mundo de la pintura en Estados Unidos, y como el propio Andy Warhol preconizaba, vivimos en un mundo en el que los productos de consumo se han convertido en verdaderos símbolos que todo el mundo adora. Y, claro, su propia firma da lugar a que ese envejecido plátano no sea lo mismo con su nombre debajo del primer disco de The Velvet Underground & Nico que salía al mercado allá por el año 1967, o lo que es lo mismo, en la década mítica del rock.
Puesto que la revista Rolling Stone situaba en disco en el número 13 de los 500 mejores del a historia del rock, mientras que la española Rockdelux lo elevaba nada más y nada menos que al primer puesto, por delante de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles o el Pet Sounds de los Beach Boys, me parece oportuno que en esta entrega de Discos y portadas la dedique a los diseños que realizó Warhol para la industria discográfica.
Conviene recordar que la Velvet Underground fue un grupo de rock psicodélico en el que militaban Lou Reed y John Cale. El primero como guitarrista y voz, al tiempo que Cale lo hacía en los teclados.
En su momento pasó casi desapercibido, ya que no pasó del puesto 171 de las listas estadounidenses. Pero allí se encontraban temas firmados por Lou Reed como Heroine, I’m waiting for the man o Run run run inspirados en las drogas, o el obsesivo y sadomasoquista Venurs in furs. Por otro lado, la voz femenina y gótica de la modelo alemana Nico se incorporaba a varios de los temas.
Pero la portada que diseñó Andy Warhol y que fue un auténtico bombazo (por no llamarlo escándalo en la censura de nuestro país) fue la portada de Sticky Fingers de los Rolling Stones que apareció en el año 1971.
En el mismo se encontraban algunas canciones tan emblemáticas como Wild Horses, con múltiples y distintas versiones posteriores, Brown Sugar o Sister Morphine. Por los títulos podemos comprobar que por entonces las drogas duras tenían mucho predicamento en las estrellas del rock.
En la portada aparecía en primer plano la bragueta de un pantalón vaquero masculino con una cremallera real que se podía deslizar. Junto a ello, aparecía un abultamiento que evocaba una erección. Como puede suponerse esto era mucho más de lo que la censura franquista pudiera permitir.
Como hubiera sido un cierto escándalo que en España no apareciera Sticky Fingers y dado que la compañía Atlantic, que era la que distribuía el nuevo sello de los Rolling, encargó una portada alternativa.
Lo cierto es que la que se utilizó en nuestro país en nada quedaba atrás en cuanto a imaginación: unos dedos ‘pegajosos’ femeninos salían de una lata que había sido abierta con un abrelatas de aquella época. La sangre espesa se esparcía por el suelo en el que se apoyaba la lata. Por otro lado, en la esquina superior izquierda aparecía el famoso logotipo que realizó Warhol con los labios de Mick Jagger y que apareció por primera vez en este disco.
Lo cierto es que, pasado el tiempo, la edición española dio lugar a que se convirtiera en un disco muy apreciado por los coleccionistas, pues se hacía casi inencontrable.
Unos años más tarde, en 1977, Andy Warhol volvió a trabajar para los Rolling Stones con el diseño de la portada de Love You Live, un disco doble en directo que salió al mercado en 1977. En el mismo, se recoge las actuaciones de la banda en los Estados Unidos en 1975, la que llevó en Europa en 1976 y las actuaciones en el club nocturno El Mocambo de la ciudad canadiense de Toronto.
El diseño se corresponde a una de las técnicas características que utilizara Warhol en sus serigrafías: sobre una fotografía (en este caso, en blanco y negro del rostro de perfil de Mick Jagger mordiendo una mano) traza distintas líneas de colores con la intención de resaltarla. Por otro lado, emplea distintos cromatismos planos para el fondo de la lámina.
Andy Warhol volvió a realizar otros diseños de portadas de elepés. No obstante, ya se hizo previsible, puesto que utilizaba la misma técnica que empleó para el de Love You Live y para los rostros de personajes famosos: Marilyn Monroe, Liz Taylor, Liza Minnelli… incluso la de Mao.
Así, en 1986, Yoko Ono la que fuera mujer de John Lennon editó un disco póstumo de uno de los pilares del legendario grupo The Beatles. Acudió al artista plástico más conocido de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo pasado. Lógicamente, no se negó a hacerla, aunque utiliza su técnica característica a partir de una fotografía del exBeatle.
Otros músicos a los que Warhol hizo portadas de sus discos fueron Paul Anka, Count Basie, Debbie Harry… así hasta llegar a unos cincuenta diseños, que se cerraron con el que hiciera a la indiscutible reina del soul: Aretha Franklin.
Tal como he apuntado anteriormente, la repetición se convirtió en una constante dentro del diseño del artista americano, puesto que a él lo que le interesaba (en la misma línea de Salvador Dalí) era ganar el máximo de dinero, cuestión que no negaba en absoluto, pues se configuró como el paladín de la triunfante sociedad de consumo en la que reina el éxito económico por encima de todo.
Para cerrar, no me resisto a presentar el diseño que Warhol realizara para un artista español: Miguel Bosé. Lo cierto es que en el año 1983 vio la luz el sexto disco, Made in Spain, del primogénito de la saga de los Dominguín-Bosé. Se encontraba, pues, en los inicios de su carrera discográfica, ya que comenzó en 1977, es decir, hace nada menos que cuarenta años.
En la portada, como podemos ver, aparece un primer plano del rostro de un Miguel Bosé muy joven repetido tres veces, de modo que en las dos primeras imágenes se muestra con el pelo en rojo y la tercera en negro con tonalidades amarillas. Supongo que el artista estadounidense quería aludir a la bandera española, dado que el título, Made in Spain, hacía referencia a este país. De todos modos, alguien debió avisar a Andy Warhol que el orden de los colores de la actual bandera española es rojo-amarillo-rojo; se hubiera entendido mejor la alusión.
AURELIANO SÁINZ