La ola de calor registrada en los últimos días en buena parte de la provincia de Córdoba ha obligado a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía a revisar a la baja las previsiones de cosecha para la próxima vendimia en el marco Montilla-Moriles.
“Las primeras estimaciones apuntan a que en la vendimia 2017 se obtendría menos cosecha que el año pasado”, reconoció a Montilla Digital el delegado territorial de Agricultura, Francisco Zurera, que situó “en torno a un 20 o un 30 por ciento” el descenso de producción que registrará este año el marco vitivinícola cordobés con respecto a la pasada campaña, cuando se recolectaron 40,3 millones de kilos de uva blanca y casi 4,5 millones de uva tinta.
El “estrés hídrico” que están sufriendo las vides del marco Montilla-Moriles como consecuencia de la escasez de lluvia y de las elevadas temperaturas de los últimos días –y que el pasado jueves registró su pico más alto en Montoro, donde se batió el récord histórico en España al alcanzar los 47,3 grados– han afectado a la capacidad productiva de todas las plantas, tanto de las más recientes como de las de mayor edad.
“Las causas podrían encontrarse en la menor producción de las nuevas parcelas, así como el leve descenso de cosecha que se advierte en las vides de mayor edad”, apuntó Francisco Zurera, quien no obstante reconoció la dificultad de realizar estimaciones más precisas, dado que la variedad autóctona del marco Montilla-Moriles, la uva Pedro Ximénez, “está en el mismo inicio de envero, por lo que todavía es pronto para aventurar nada”.
Con todo, los técnicos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural han podido constatar que, por lo general, el tamaño de los racimos en la mayoría de las parcelas de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles es “más pequeño del habitual”, si bien, el estado sanitario del fruto es óptimo.
“Todo apunta a que habrá mejor calidad del fruto”, subrayó Francisco Zurera quien, en declaraciones a este periódico, recordó que el marco Montilla-Moriles no ha sufrido este año ataques de polilla y “apenas han sido significativos los casos de oidio o de mildiu”, gracias a la labor de prevención de los viticultores y de la Agrupación para el Tratamiento Integrado en Agricultura (Atria) del Consejo Regulador, que ofrece información precisa sobre las parcelas en las que se han detectado problemas y se plantean tratamientos para paliarlos.
“Además, los racimos no se presentan muy compactos, con lo que no se esperan problemas de podredumbre”, añadió el responsable provincial de Agricultura, quien elogió iniciativas como el Concurso Pedro Cabezuelo, que incentiva la detección precoz del mildiu por parte de los viticultores de la zona Montilla-Moriles.
“La detección precoz de plagas y enfermedades representa también una forma de producción más sostenible, pues optimiza los tratamientos, reduce costes y protege el medio ambiente”, defendió Francisco Zurera, quien animó a los agricultores a adoptar la agricultura integrada en la vid.
En los últimos tiempos, la campaña más productiva fue la del 2003, con 86,1 millones de kilos de uva, una cosecha que permitió elaborar 14,5 millones de litros de vino, de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes. Desde entonces, el aforo hecho público por el Consejo Regulador sitúa en 2012 la peor cosecha de la última década, cuando cooperativas y bodegas apenas molturaron 27,6 millones de kilos.
“Las primeras estimaciones apuntan a que en la vendimia 2017 se obtendría menos cosecha que el año pasado”, reconoció a Montilla Digital el delegado territorial de Agricultura, Francisco Zurera, que situó “en torno a un 20 o un 30 por ciento” el descenso de producción que registrará este año el marco vitivinícola cordobés con respecto a la pasada campaña, cuando se recolectaron 40,3 millones de kilos de uva blanca y casi 4,5 millones de uva tinta.
El “estrés hídrico” que están sufriendo las vides del marco Montilla-Moriles como consecuencia de la escasez de lluvia y de las elevadas temperaturas de los últimos días –y que el pasado jueves registró su pico más alto en Montoro, donde se batió el récord histórico en España al alcanzar los 47,3 grados– han afectado a la capacidad productiva de todas las plantas, tanto de las más recientes como de las de mayor edad.
“Las causas podrían encontrarse en la menor producción de las nuevas parcelas, así como el leve descenso de cosecha que se advierte en las vides de mayor edad”, apuntó Francisco Zurera, quien no obstante reconoció la dificultad de realizar estimaciones más precisas, dado que la variedad autóctona del marco Montilla-Moriles, la uva Pedro Ximénez, “está en el mismo inicio de envero, por lo que todavía es pronto para aventurar nada”.
Con todo, los técnicos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural han podido constatar que, por lo general, el tamaño de los racimos en la mayoría de las parcelas de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles es “más pequeño del habitual”, si bien, el estado sanitario del fruto es óptimo.
“Todo apunta a que habrá mejor calidad del fruto”, subrayó Francisco Zurera quien, en declaraciones a este periódico, recordó que el marco Montilla-Moriles no ha sufrido este año ataques de polilla y “apenas han sido significativos los casos de oidio o de mildiu”, gracias a la labor de prevención de los viticultores y de la Agrupación para el Tratamiento Integrado en Agricultura (Atria) del Consejo Regulador, que ofrece información precisa sobre las parcelas en las que se han detectado problemas y se plantean tratamientos para paliarlos.
“Además, los racimos no se presentan muy compactos, con lo que no se esperan problemas de podredumbre”, añadió el responsable provincial de Agricultura, quien elogió iniciativas como el Concurso Pedro Cabezuelo, que incentiva la detección precoz del mildiu por parte de los viticultores de la zona Montilla-Moriles.
“La detección precoz de plagas y enfermedades representa también una forma de producción más sostenible, pues optimiza los tratamientos, reduce costes y protege el medio ambiente”, defendió Francisco Zurera, quien animó a los agricultores a adoptar la agricultura integrada en la vid.
En los últimos tiempos, la campaña más productiva fue la del 2003, con 86,1 millones de kilos de uva, una cosecha que permitió elaborar 14,5 millones de litros de vino, de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes. Desde entonces, el aforo hecho público por el Consejo Regulador sitúa en 2012 la peor cosecha de la última década, cuando cooperativas y bodegas apenas molturaron 27,6 millones de kilos.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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