Escritora y periodista, Cristina Martín Jiménez es la autora del primer libro publicado sobre el club Biderberg, la institución más elitista y poderosa del mundo. Ahora ve la luz Los amos del mundo están al acecho. Sus libros se han convertido en bestsellers y han sido publicados en Estados Unidos, Italia, Portugal y distintos países latinoamericanos.
—Dice usted: “Es políticamente incorrecto creer en la existencia del Club Bilderberg”. ¿Por qué?
—Porque la mentira se ha convertido en el pan nuestro de cada día. Como yo expongo la verdad se me ha castigado con la censura porque este libro es la reedición actualizada del que publiqué en 2010 y desapareció a los tres meses de su salida al mercado. Decir la verdad, hoy, es políticamente incorrecto.
—Cuando habla de los amos del mundo que integran este club, ¿en quién piensa concretamente?
—Principalmente son las elites financieras, políticas, tecnológicas y científicas de las naciones europeas y de Norte América. Estas personas, que cito con nombres y apellidos en el libro, se aliaron después de la Segunda Guerra Mundial para ampliar su poder más allá de sus fronteras nacionales. Su concordato se ha hecho global e integra a miembros de las elites de China y los países árabes. Pero con Putin se llevan muy mal. De hecho, Bilderberg surge como contrapoder ante la expansión comunista y vuelve a encontrarse ahora con su “enemigo” originario.
—El subtítulo del libro habla de Bilderberg y otros poderes ocultos. ¿Cómo cuáles?
—Trato la historia del mundo contemporáneo y hablo, además, de otros clubes elitistas, logias masónicas, departamentos de universidades, lobbies y otros instrumentos al servicio del Poder. Cada vez hay más personas que se dan cuenta de que las soberanías nacionales están desapareciendo a favor de otras fuerzas que no se muestran a la luz pública.
—Su libro es una llamada de atención a la pasividad de las fuerzas democráticas. ¿Su peligro es más real de lo que pueda aparentar?
—Son muy peligrosos porque son lobos disfrazados de corderos que engañan a las personas más honestas. Son capaces de todo por mantenerse en el poder: generan guerras, quitan y ponen presidentes, organizan complots secretos. Ahora mantienen una guerra mediática contra Trump porque no pertenece a su selecto club. El último en llegar es Albert Rivera, que ha sido invitado este año por Ana Patricia Botín.
—Según usted, los amos del mundo son manipuladores profesionales y expertos en utilizar los medios de comunicación social.
—El poder jamás ha tenido en sus manos herramientas de control social tan eficaces como la televisión, las redes sociales y la realidad virtual para imponer a las sociedades un sistema de valores falso. La mayoría de los ciudadanos no se plantea que lo que ve en los medios de comunicación puede ser mentira. Una frase literal que oigo mucho a mi alrededor es: “Eso es verdad porque lo ha dicho la televisión”.
—Como ciudadana y como periodista, se considera engañada por las altas y las bajas esferas del poder. Por eso lo denuncia.
—La función del periodismo es denunciar los abusos del poder. Yo estudié Periodismo por amor a la justicia y porque percibía muchos males en el mundo provocados por la mentira. Considero que tengo la obligación moral de denunciar qué ocurre porque, sin un periodismo libre, no hay democracia.
—“Estamos a la espera de una época inédita”. ¿En qué sentido?
—Se ha roto el nuevo orden mundial establecido tras la Segunda Guerra Mundial. El triunfo de Trump, el Brexit, el error de las primaveras árabes y el descrédito ante el cambio climático “provocado por el hombre” no estaban previstos. Junto a estos fracasos, van muriendo las viejas glorias de Bilderberg y la nueva generación se impone. Son más feroces aún, unos completos amorales.
—Usted lo tiene claro. En política internacional, ¿el mundo tal y como está establecido es obra de Bilderberg y sus miembros son los creadores del sistema de vida actual?
—Sí, así lo demuestra la Historia. Me refiero a la historia real y no a la historia inventada para servir los intereses de políticos y financieros. Ya dijo Víctor Hugo que la casualidad es el plato que sirven los bribones para que se lo coman los tontos.
—¿Dónde sitúa a España respecto a Bilderberg? ¿Cómo nos afectan sus decisiones?
—En mi libro anterior, Los planes del Club Bilderberg para España, demuestro con documentos desclasificados de la CIA y la NSA cómo controlaron España a la llegada de la era democrática. Ellos obligaron a abdicar al Rey Juan Carlos al lunes siguiente de la reunión anual de 2014, donde estaba la Reina Sofía. Esto lo saben pocas personas y hay que contarlo.
—Usted habla de un Gobierno mundial en la sombra que influye en los países con más fuerza que sus ciudadanos.
—El verdadero poder no sale en la televisión. Se oculta porque el secreto favorece sus propósitos. Por ello es tan necesario que se difunda la verdad que desvelo en mis libros. Pero eso no significa que los ciudadanos no puedan hacer nada, sino todo lo contrario. Sólo tienen que mirar en la dirección adecuada para comprender cómo funciona el mundo y actuar en consecuencia. Aún nos queda libertad pero, ¡cuidado!, porque los amos del mundo están al acecho.
—Dice usted: “Es políticamente incorrecto creer en la existencia del Club Bilderberg”. ¿Por qué?
—Porque la mentira se ha convertido en el pan nuestro de cada día. Como yo expongo la verdad se me ha castigado con la censura porque este libro es la reedición actualizada del que publiqué en 2010 y desapareció a los tres meses de su salida al mercado. Decir la verdad, hoy, es políticamente incorrecto.
—Cuando habla de los amos del mundo que integran este club, ¿en quién piensa concretamente?
—Principalmente son las elites financieras, políticas, tecnológicas y científicas de las naciones europeas y de Norte América. Estas personas, que cito con nombres y apellidos en el libro, se aliaron después de la Segunda Guerra Mundial para ampliar su poder más allá de sus fronteras nacionales. Su concordato se ha hecho global e integra a miembros de las elites de China y los países árabes. Pero con Putin se llevan muy mal. De hecho, Bilderberg surge como contrapoder ante la expansión comunista y vuelve a encontrarse ahora con su “enemigo” originario.
—El subtítulo del libro habla de Bilderberg y otros poderes ocultos. ¿Cómo cuáles?
—Trato la historia del mundo contemporáneo y hablo, además, de otros clubes elitistas, logias masónicas, departamentos de universidades, lobbies y otros instrumentos al servicio del Poder. Cada vez hay más personas que se dan cuenta de que las soberanías nacionales están desapareciendo a favor de otras fuerzas que no se muestran a la luz pública.
—Su libro es una llamada de atención a la pasividad de las fuerzas democráticas. ¿Su peligro es más real de lo que pueda aparentar?
—Son muy peligrosos porque son lobos disfrazados de corderos que engañan a las personas más honestas. Son capaces de todo por mantenerse en el poder: generan guerras, quitan y ponen presidentes, organizan complots secretos. Ahora mantienen una guerra mediática contra Trump porque no pertenece a su selecto club. El último en llegar es Albert Rivera, que ha sido invitado este año por Ana Patricia Botín.
—Según usted, los amos del mundo son manipuladores profesionales y expertos en utilizar los medios de comunicación social.
—El poder jamás ha tenido en sus manos herramientas de control social tan eficaces como la televisión, las redes sociales y la realidad virtual para imponer a las sociedades un sistema de valores falso. La mayoría de los ciudadanos no se plantea que lo que ve en los medios de comunicación puede ser mentira. Una frase literal que oigo mucho a mi alrededor es: “Eso es verdad porque lo ha dicho la televisión”.
—Como ciudadana y como periodista, se considera engañada por las altas y las bajas esferas del poder. Por eso lo denuncia.
—La función del periodismo es denunciar los abusos del poder. Yo estudié Periodismo por amor a la justicia y porque percibía muchos males en el mundo provocados por la mentira. Considero que tengo la obligación moral de denunciar qué ocurre porque, sin un periodismo libre, no hay democracia.
—“Estamos a la espera de una época inédita”. ¿En qué sentido?
—Se ha roto el nuevo orden mundial establecido tras la Segunda Guerra Mundial. El triunfo de Trump, el Brexit, el error de las primaveras árabes y el descrédito ante el cambio climático “provocado por el hombre” no estaban previstos. Junto a estos fracasos, van muriendo las viejas glorias de Bilderberg y la nueva generación se impone. Son más feroces aún, unos completos amorales.
—Usted lo tiene claro. En política internacional, ¿el mundo tal y como está establecido es obra de Bilderberg y sus miembros son los creadores del sistema de vida actual?
—Sí, así lo demuestra la Historia. Me refiero a la historia real y no a la historia inventada para servir los intereses de políticos y financieros. Ya dijo Víctor Hugo que la casualidad es el plato que sirven los bribones para que se lo coman los tontos.
—¿Dónde sitúa a España respecto a Bilderberg? ¿Cómo nos afectan sus decisiones?
—En mi libro anterior, Los planes del Club Bilderberg para España, demuestro con documentos desclasificados de la CIA y la NSA cómo controlaron España a la llegada de la era democrática. Ellos obligaron a abdicar al Rey Juan Carlos al lunes siguiente de la reunión anual de 2014, donde estaba la Reina Sofía. Esto lo saben pocas personas y hay que contarlo.
—Usted habla de un Gobierno mundial en la sombra que influye en los países con más fuerza que sus ciudadanos.
—El verdadero poder no sale en la televisión. Se oculta porque el secreto favorece sus propósitos. Por ello es tan necesario que se difunda la verdad que desvelo en mis libros. Pero eso no significa que los ciudadanos no puedan hacer nada, sino todo lo contrario. Sólo tienen que mirar en la dirección adecuada para comprender cómo funciona el mundo y actuar en consecuencia. Aún nos queda libertad pero, ¡cuidado!, porque los amos del mundo están al acecho.
ANTONIO LÓPEZ HIDALGO
FOTOGRAFÍA: ELISA ARROYO
FOTOGRAFÍA: ELISA ARROYO