El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ha designado como Capataz de Campo de la próxima Fiesta de la Vendimia a Antonio García García, alcalde de Montemayor entre 1995 y 2007 y padre del actual regidor de la localidad de la Campiña Sur.
El nombramiento de Antonio García como próximo Capataz de Campo ha servido al Ayuntamiento de Montilla como “pretexto” para designar Montemayor como primer “municipio invitado” de la Fiesta de la Vendimia, una iniciativa que ha planteado por vez primera el equipo de gobierno “con el objetivo de perpetuarla en el tiempo y de abrirnos al resto de la provincia”, tal y como explicó el alcalde, Rafael Llamas, en declaraciones a Montemayor Digital.
García, que el pasado 24 de mayo cumplió 74 años, no ocultó ayer su “emoción” y su “satisfacción” por la decisión unánime del pleno del Consejo Regulador de reconocerlo con el título honorífico de Capataz de Campo de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, declarada de Interés Turístico Nacional.
“Es algo que no esperaba y que agradezco profundamente porque desde que tengo uso de razón me he considerado un enamorado de la viña”, recalcó Antonio García. No en vano, en 2007 publicó Entre viñas y gentes, un libro que consiguió el tercer premio del Certamen de Memorias organizado en 2011 por el Ayuntamiento de Córdoba y en el que se relata, en clave bibliográfica, los acontecimientos vividos en la Campiña cordobesa por el propio autor y su entorno familiar, “en unos tiempos duros y difíciles, marcados por el hambre, la miseria y la represión”.
Pese a su innegable vinculación con Montemayor –localidad en la que reside desde 1969, cuando contrajo matrimonio–, Antonio García nació realmente en la calle Lorenzo Luque de Montilla, una recoleta vía cercana a la calle Melgar, en un parto asistido por la recordada matrona Rita Pérez.
Empezó a trabajar en la viña “desde pequeñito”, en el Molino Real, en la Sierra de Montilla, en una parcela que lograron recuperar su padre y sus tíos tras haberle sido confiscada a su abuelo, quien se negó a entregarla “a precio de saldo” tras la Guerra Civil, lo que le terminó costando el destierro. “Por una cuestión sentimental, mi padre y sus once hermanos quisieron hacerse cargo de esas dos fanegas de tierra, de modo que nos correspondieron 313 cepas”, recuerda con emoción.
Aparte de esta viña familiar, el Capataz de Campo 2017 –que se define como “obrero agrícola” o “pequeño agricultor”– adquirió una pequeña parcela en Montemayor y otra en el Monte Curito, cerca del pago de El Carrascal, que sufrió los daños de una plaga de conejos que dieron al traste con casi todas las cepas.
“Mi pasión ha sido siempre la agricultura y, especialmente, la viña, a la que considero un cultivo social porque, además de su extraordinario valor paisajístico, ha dado trabajo en años muy difíciles, permitiendo a Montilla crecer económicamente durante décadas”, explica Antonio García.
La agricultura también centra su segunda publicación, que vio la luz el pasado año bajo el título de Azada en mano, y ahora trabaja en un tercer libro, “de carácter familiar”, que Antonio García quiere legar a sus nietos “con algunas reflexiones como abuelo”.
A su trabajo en la viña hay que sumar su experiencia en el sector de la construcción. “Empecé haciendo tinajas con Paco Redondo y, gracias a ello, pude trabajar en Sanlúcar de Barrameda, en Aguilar de la Frontera o en Lucena y, posteriormente, me enrolé en otra empresa montillana que hacía tinajas y donde llegué a ser oficial de Conos”, rememora.
Con todo, si por algo es reconocido Antonio García en la Campiña Sur cordobesa es por su actividad política. Así, tras haber sido durante cuatro años concejal en la oposición del Ayuntamiento de Montemayor, y otros cuatro años como concejal de Cultura, en 1995 ganó las elecciones municipales, permaneciendo al frente del Consistorio hasta 2007, cuando perdió las elecciones. “Sin embargo, no me fui de la política y permanecí otros cuatro años como portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida”, señala.
Sus doce años como alcalde de Montemayor son reconocidos por la mayoría de los vecinos de esta localidad que, como homenaje, decidieron fundar una asociación cultural que se denomina “Alcalde Antonio García” y que promueve multitud de actos a lo largo del año.
El nombramiento de Antonio García como próximo Capataz de Campo ha servido al Ayuntamiento de Montilla como “pretexto” para designar Montemayor como primer “municipio invitado” de la Fiesta de la Vendimia, una iniciativa que ha planteado por vez primera el equipo de gobierno “con el objetivo de perpetuarla en el tiempo y de abrirnos al resto de la provincia”, tal y como explicó el alcalde, Rafael Llamas, en declaraciones a Montemayor Digital.
García, que el pasado 24 de mayo cumplió 74 años, no ocultó ayer su “emoción” y su “satisfacción” por la decisión unánime del pleno del Consejo Regulador de reconocerlo con el título honorífico de Capataz de Campo de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, declarada de Interés Turístico Nacional.
“Es algo que no esperaba y que agradezco profundamente porque desde que tengo uso de razón me he considerado un enamorado de la viña”, recalcó Antonio García. No en vano, en 2007 publicó Entre viñas y gentes, un libro que consiguió el tercer premio del Certamen de Memorias organizado en 2011 por el Ayuntamiento de Córdoba y en el que se relata, en clave bibliográfica, los acontecimientos vividos en la Campiña cordobesa por el propio autor y su entorno familiar, “en unos tiempos duros y difíciles, marcados por el hambre, la miseria y la represión”.
Pese a su innegable vinculación con Montemayor –localidad en la que reside desde 1969, cuando contrajo matrimonio–, Antonio García nació realmente en la calle Lorenzo Luque de Montilla, una recoleta vía cercana a la calle Melgar, en un parto asistido por la recordada matrona Rita Pérez.
Empezó a trabajar en la viña “desde pequeñito”, en el Molino Real, en la Sierra de Montilla, en una parcela que lograron recuperar su padre y sus tíos tras haberle sido confiscada a su abuelo, quien se negó a entregarla “a precio de saldo” tras la Guerra Civil, lo que le terminó costando el destierro. “Por una cuestión sentimental, mi padre y sus once hermanos quisieron hacerse cargo de esas dos fanegas de tierra, de modo que nos correspondieron 313 cepas”, recuerda con emoción.
Aparte de esta viña familiar, el Capataz de Campo 2017 –que se define como “obrero agrícola” o “pequeño agricultor”– adquirió una pequeña parcela en Montemayor y otra en el Monte Curito, cerca del pago de El Carrascal, que sufrió los daños de una plaga de conejos que dieron al traste con casi todas las cepas.
“Mi pasión ha sido siempre la agricultura y, especialmente, la viña, a la que considero un cultivo social porque, además de su extraordinario valor paisajístico, ha dado trabajo en años muy difíciles, permitiendo a Montilla crecer económicamente durante décadas”, explica Antonio García.
La agricultura también centra su segunda publicación, que vio la luz el pasado año bajo el título de Azada en mano, y ahora trabaja en un tercer libro, “de carácter familiar”, que Antonio García quiere legar a sus nietos “con algunas reflexiones como abuelo”.
A su trabajo en la viña hay que sumar su experiencia en el sector de la construcción. “Empecé haciendo tinajas con Paco Redondo y, gracias a ello, pude trabajar en Sanlúcar de Barrameda, en Aguilar de la Frontera o en Lucena y, posteriormente, me enrolé en otra empresa montillana que hacía tinajas y donde llegué a ser oficial de Conos”, rememora.
Con todo, si por algo es reconocido Antonio García en la Campiña Sur cordobesa es por su actividad política. Así, tras haber sido durante cuatro años concejal en la oposición del Ayuntamiento de Montemayor, y otros cuatro años como concejal de Cultura, en 1995 ganó las elecciones municipales, permaneciendo al frente del Consistorio hasta 2007, cuando perdió las elecciones. “Sin embargo, no me fui de la política y permanecí otros cuatro años como portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida”, señala.
Sus doce años como alcalde de Montemayor son reconocidos por la mayoría de los vecinos de esta localidad que, como homenaje, decidieron fundar una asociación cultural que se denomina “Alcalde Antonio García” y que promueve multitud de actos a lo largo del año.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR