Ir al contenido principal

Carlos Serrano | Anciana patria

La anciana, Patria, escucha la radio en la cama. Deja el volumen bajo, para que pueda oír la puerta o el teléfono si sus hijos llaman. Hijos que de verdad la quieran. Ha dejado, sobre la mesita de noche, cartas de antiguos amantes que prometieron la luna. Lo único que dejaron fue un alunizaje contra la fría realidad. La que supone su habitación sucia de residencia abandonada. Cantaron las más bellas serenatas para dejarla con dolor en los ojos de tanta lágrima derramada.



Pero no han logrado arrebatar toda su belleza. Ha sido amada por sotanas, intocables por la gracia de Dios, más preocupadas por llenarse los bolsillos que de ayudar al afligido y al que moría de hambre. Militares con sed de sangre y venganza, armados con los fusiles del miedo al cambio, que lograron con golpes de Estado cuarenta años de cenizas, ignorancia y calaveras.

Ha sido despreciada por rastreros salvadores sociales de toda índole. Su única solución, tras enamorar al que nada tenía que perder, ha sido cortar la cabeza a todo aquel que formó resistencia a revoluciones. Las mismas que acabaron convirtiéndose en aquello contra lo que levantaron el puño.

Su boca habla de pueblo, unión, igualdad, mejora social y política. Justicia brilla en su armadura de caballero andante. Patria llora al recordarlos. Solo la querían para enriquecerse en su lecho y huir. Como los chacales.

Patria no pide mucho. No aguanta más dolor de huesos. Más manos que se levanten contra ella. Quiere algo de vergüenza en sus ahijados. Quiere ver que no sale barato ser tan miserable en el Gobierno a costa de exprimir a sus españoles. No tiemblan. Pues encima piden los exprimidos que sigan apretando un poco más. Sin inmutarse. Hagan lo que hagan, tienen todos los caminos libres. Patria necesita un pañuelo cuando piensa en ello.

Ríe, ya no quedan más lágrimas, cuando la amnesia gana en los colectivos para recordar sus hazañas. Pues Patria tiene Historia. Para estar orgullosa además. Algunos capítulos nadan en selectivas lagunas con niebla, según el que recuerde. Pues siempre hay ángeles y demonios en sus anécdotas.

Narran desde los altares para pedir una independencia por un pasado imaginario, la piden a golpe de disparos en la nuca. Defienden que entre la más cruel matanza entre hermanos, unos fueron miserables y otros no pegaron puñetazo alguno.

Traidores, que hablan ahora desde un yate con puro habano, siguen poniendo la palabra "obrero" en sus chapas. También traidores que afirman no subir impuestos y que todo en salud de Patria va muy bien. No hay explotación laboral, no hay puñaladas a los trabajadores, robándoles la pensión, para tomar unas vacaciones en Suiza. No hay hospitales con camas en los pasillos debido a que algún genio decidió jugar hacer negocio con la Sanidad.

No hay pobreza infantil y familias muriendo de hambre. No hay jóvenes abandonando sus estudios debido a que el mismo genio de la Sanidad vio que la Educación y Cultura no eran necesarias para que Patria llegase a una buena vejez.

No hay coronas oxidadas que nadie eligió. No escupen contra los bolsillos que los mantienen sin que se ganen el dinero. No tienen en casa de Patria su patio de juegos particular. Si eres socio, tienes barra libre sin que nunca conozcas cuarto de castigo. Si de ellos dependiera, desconectarían el oxígeno de esta mujer mayor. Llaman a la puerta. Patria se dirige abrir despacio, con mucho miedo.

CARLOS SERRANO
© 2020 Montemayor Digital · Quiénes somos · montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.