Los voluntarios de Cruz Roja Española ofrecen compañía a más de 1.200 personas mayores que viven solas en la provincia, repartidas por los distintos municipios donde la entidad cuenta con presencia, pero con especial incidencia en la zona norte, donde se concentran casi la mitad (518) de esas atenciones, entre Hinojosa del Duque, Pozoblanco, Villanueva de Córdoba y la asamblea comarcal de Valle del Guadiato.
A través del proyecto Red social para las personas mayores: Enrédate, la entidad realiza visitas a domicilios, organiza talleres y hace seguimiento telefónico con el objetivo de reducir la soledad y evitar el aislamiento involuntario que sufren muchos mayores.
Para lograrlo, la institución humanitaria –con financiación de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales– hace uso de las nuevas tecnologías para facilitar que las personas puedan estar en contacto con sus familiares y hacer nuevas amistades entre participantes del proyecto. La meta principal es que la persona mayor pueda incrementar y afianzar su red social y darle soporte emocional, personal y preventivo.
Por asambleas, el reparto de personas mayores solas que recibieron el pasado año la compañía del voluntariado de Cruz Roja a través de este proyecto es el siguiente: Hinojosa del Duque (269), Córdoba (224), Palma del Río (142), Valle del Guadiato (130), Pozoblanco (108), Baena (104), Rute (70), Montilla (67), Lucena (62), Priego de Córdoba (57), Puente Genil (37) y Villanueva de Córdoba (11).
La soledad se percibe socialmente como un problema exclusivo de las personas mayores. Pero esto no se corresponde con la realidad. Muchas personas experimentan acontecimientos a lo largo de su vida que pueden interrumpir sus conexiones sociales (la maternidad joven, el desempleo, la aparición de problemas de movilidad o dependencia, la jubilación, el hecho de que los hijos abandonen el hogar, el duelo por un ser querido, el divorcio, la emigración, entrar en situación de pobreza, etc) y pueden ocasionar una pérdida de contacto con el entorno.
De hecho, una de cada cuatro personas atendidas por Cruz Roja vive sola, según el último Boletín de Vulnerabilidad Social de la organización. De estas el 72,4 por ciento son mujeres y el 27,6 por ciento hombres. Y más 51 por ciento tiene 80 años o más.
La soledad, es, por tanto, una problemática común entre los colectivos atendidos por la institución, que manifiestan dificultades en sus relaciones sociales y experimentan en una u otra forma situaciones de soledad. En ese sentido, Cruz Roja tiene una amplia trayectoria en relación a la prevención de la soledad de las personas mayores, conoce la situación de este sector de la población, sus necesidades y dificultades, su potencial y sus posibilidades. Y actúa para evitar cualquier tipo de situación de exclusión social pero también cuando estas se producen.
No en vano, las personas mayores son una prioridad para la entidad, que cada año atiende a cerca de 243.000 personas en toda España a través de diferentes proyectos encaminados a paliar la soledad, prevenir el maltrato, el abuso o la negligencia, fomentar un envejecimiento activo o favorecer la autonomía de las personas para permanecer en su entorno habitual, entre otros.
La clave del trabajo de Cruz Roja, tanto en este cómo en cualquiera de los demás proyectos, está en la participación del voluntariado, que constituye el soporte mayoritario, ayudando a evitar el aislamiento de la persona y propiciando un nexo con la comunidad. Las personas voluntarias son una fuente de escucha, de contacto humano y referente comunitario de la intervención.
A través del proyecto Red social para las personas mayores: Enrédate, la entidad realiza visitas a domicilios, organiza talleres y hace seguimiento telefónico con el objetivo de reducir la soledad y evitar el aislamiento involuntario que sufren muchos mayores.
Para lograrlo, la institución humanitaria –con financiación de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales– hace uso de las nuevas tecnologías para facilitar que las personas puedan estar en contacto con sus familiares y hacer nuevas amistades entre participantes del proyecto. La meta principal es que la persona mayor pueda incrementar y afianzar su red social y darle soporte emocional, personal y preventivo.
Por asambleas, el reparto de personas mayores solas que recibieron el pasado año la compañía del voluntariado de Cruz Roja a través de este proyecto es el siguiente: Hinojosa del Duque (269), Córdoba (224), Palma del Río (142), Valle del Guadiato (130), Pozoblanco (108), Baena (104), Rute (70), Montilla (67), Lucena (62), Priego de Córdoba (57), Puente Genil (37) y Villanueva de Córdoba (11).
La soledad se percibe socialmente como un problema exclusivo de las personas mayores. Pero esto no se corresponde con la realidad. Muchas personas experimentan acontecimientos a lo largo de su vida que pueden interrumpir sus conexiones sociales (la maternidad joven, el desempleo, la aparición de problemas de movilidad o dependencia, la jubilación, el hecho de que los hijos abandonen el hogar, el duelo por un ser querido, el divorcio, la emigración, entrar en situación de pobreza, etc) y pueden ocasionar una pérdida de contacto con el entorno.
De hecho, una de cada cuatro personas atendidas por Cruz Roja vive sola, según el último Boletín de Vulnerabilidad Social de la organización. De estas el 72,4 por ciento son mujeres y el 27,6 por ciento hombres. Y más 51 por ciento tiene 80 años o más.
La soledad, es, por tanto, una problemática común entre los colectivos atendidos por la institución, que manifiestan dificultades en sus relaciones sociales y experimentan en una u otra forma situaciones de soledad. En ese sentido, Cruz Roja tiene una amplia trayectoria en relación a la prevención de la soledad de las personas mayores, conoce la situación de este sector de la población, sus necesidades y dificultades, su potencial y sus posibilidades. Y actúa para evitar cualquier tipo de situación de exclusión social pero también cuando estas se producen.
No en vano, las personas mayores son una prioridad para la entidad, que cada año atiende a cerca de 243.000 personas en toda España a través de diferentes proyectos encaminados a paliar la soledad, prevenir el maltrato, el abuso o la negligencia, fomentar un envejecimiento activo o favorecer la autonomía de las personas para permanecer en su entorno habitual, entre otros.
La clave del trabajo de Cruz Roja, tanto en este cómo en cualquiera de los demás proyectos, está en la participación del voluntariado, que constituye el soporte mayoritario, ayudando a evitar el aislamiento de la persona y propiciando un nexo con la comunidad. Las personas voluntarias son una fuente de escucha, de contacto humano y referente comunitario de la intervención.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL