El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles emitirá por tercer año consecutivo la Tarjeta del Viticultor, un dispositivo electrónico que registra los datos esenciales sobre la cosecha y que persigue controlar el origen de la uva que se recolecte durante la próxima vendimia y, de este modo, certificar la calidad de los vinos que se obtengan en la campaña 2018/2019.
Desde la implantación de esta tarjeta, que permite cumplir con los requisitos establecidos en el procedimiento de certificación aplicable según la norma de calidad UNE-EN ISO/IEC 17.065:2012 y en el pliego de condiciones técnicas de la DOP Montilla-Moriles, los técnicos del Consejo Regulador puede comprobar tanto la procedencia del fruto, como la cantidad de uva entregada por cada uno de los viticultores del marco vitivinícola cordobés.
Una medida que ha convertido a la zona Montilla-Moriles en un referente en el control de sus lagares y bodegas, despertando el interés del resto de las denominaciones de Origen vitivinícolas que forman parte de la Fundación para el Control de la Calidad de Andalucía: Málaga y Condado de Huelva.
Los viticultores que el pasado año ya contaron con este dispositivo, tendrán hasta el próximo 20 de junio para solicitar en el Consejo Regulador la actualización de sus datos en el caso de que se hayan producido cambios en el número de parcelas gestionadas, bien sea por compra o bien por arrendamiento. Para ello, los interesados podrán solicitar una cita previa a través del teléfono 957 652 110, en horario de 8.30 de la mañana a 14.30 de la tarde.
Como novedad, este año la reactivación de las tarjetas en aquellos casos en los que los datos se correspondan con los mismos que en la anterior vendimia se realizará directamente durante la primera pesada en la bodega o en el lagar, sin necesidad de solicitarlo previamente.
Por su parte, el Consejo Regulador entregará a partir del 2 de julio la Tarjeta del Viticultor a quienes la adquieran por primera vez –para lo que tan solo será necesario acudir a la sede del Consejo con el DNI–, así como para quienes la hayan extraviado o necesiten un duplicado –en cuyo caso, deberán abonar cinco euros–.
Durante el primer año de implantación de este sistema de control e identificación, el Consejo Regulador expidió hasta 2.200 tarjetas, una por cada titular de viñedo, que permitieron su identificación en 21 de los 33 lagares que admiten uvas de más de un viticultor.
Desde la implantación de esta tarjeta, que permite cumplir con los requisitos establecidos en el procedimiento de certificación aplicable según la norma de calidad UNE-EN ISO/IEC 17.065:2012 y en el pliego de condiciones técnicas de la DOP Montilla-Moriles, los técnicos del Consejo Regulador puede comprobar tanto la procedencia del fruto, como la cantidad de uva entregada por cada uno de los viticultores del marco vitivinícola cordobés.
Una medida que ha convertido a la zona Montilla-Moriles en un referente en el control de sus lagares y bodegas, despertando el interés del resto de las denominaciones de Origen vitivinícolas que forman parte de la Fundación para el Control de la Calidad de Andalucía: Málaga y Condado de Huelva.
Los viticultores que el pasado año ya contaron con este dispositivo, tendrán hasta el próximo 20 de junio para solicitar en el Consejo Regulador la actualización de sus datos en el caso de que se hayan producido cambios en el número de parcelas gestionadas, bien sea por compra o bien por arrendamiento. Para ello, los interesados podrán solicitar una cita previa a través del teléfono 957 652 110, en horario de 8.30 de la mañana a 14.30 de la tarde.
Como novedad, este año la reactivación de las tarjetas en aquellos casos en los que los datos se correspondan con los mismos que en la anterior vendimia se realizará directamente durante la primera pesada en la bodega o en el lagar, sin necesidad de solicitarlo previamente.
Por su parte, el Consejo Regulador entregará a partir del 2 de julio la Tarjeta del Viticultor a quienes la adquieran por primera vez –para lo que tan solo será necesario acudir a la sede del Consejo con el DNI–, así como para quienes la hayan extraviado o necesiten un duplicado –en cuyo caso, deberán abonar cinco euros–.
Durante el primer año de implantación de este sistema de control e identificación, el Consejo Regulador expidió hasta 2.200 tarjetas, una por cada titular de viñedo, que permitieron su identificación en 21 de los 33 lagares que admiten uvas de más de un viticultor.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: I. TÉLLEZ
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