Le podría proponer un día sin memoria, una subida a las nubes, un escondite en una casa invisible. Dejar de lado las formas, olvidar lo aprendido y correr entre árboles sonrientes, sintiendo su mano en la mía. Le podría pedir que me buscara en el laberinto, que saltara con la adolescente que vive en mí, perdemos por las calles de ciudades inventadas, sin rastros, sin horizontes y perseguir el viento que se lleva las ideas.
Bailar al ritmo de música hipnótica, embrujarnos con sonrisas de pestañas, hacernos promesas fugaces, correr para encontrarnos, rodar por la hierba azul. Caernos por un agujero y aparecer en una isla de cristal.
Pintar un globo multicolor al que agarrarnos, volar solo con desearlo. Envolvernos sin tocarnos, olernos, hallarnos a oscuras. Reír sin límites y penetrar en un bosque oloroso, dorado, abandonarnos a la locura. Perseguir la única realidad, piel bajo piel, piel sobre piel.
Rosa que explora los labios, que encuentre una casa, que siente el fuego. Troncos que se retuerceN hasta consumirse. Le podría proponer una eternidad en gotas de lluvia, rastrear el rocío en su epidermis, convertirlo en mi hogar. Le podría proponer tantas cosas si me atreviera a salir a encontrarlo…
Bailar al ritmo de música hipnótica, embrujarnos con sonrisas de pestañas, hacernos promesas fugaces, correr para encontrarnos, rodar por la hierba azul. Caernos por un agujero y aparecer en una isla de cristal.
Pintar un globo multicolor al que agarrarnos, volar solo con desearlo. Envolvernos sin tocarnos, olernos, hallarnos a oscuras. Reír sin límites y penetrar en un bosque oloroso, dorado, abandonarnos a la locura. Perseguir la única realidad, piel bajo piel, piel sobre piel.
Rosa que explora los labios, que encuentre una casa, que siente el fuego. Troncos que se retuerceN hasta consumirse. Le podría proponer una eternidad en gotas de lluvia, rastrear el rocío en su epidermis, convertirlo en mi hogar. Le podría proponer tantas cosas si me atreviera a salir a encontrarlo…
MARÍA JESÚS SÁNCHEZ