Antonio y Antonia continúan siendo los nombres más comunes entre los habitantes de Montemayor aunque, poco a poco, van perdiendo peso, según la Estadística de Nombres y Apellidos de los Andaluces que ha publicado el Instituto de Estadística y Cartografía de la comunidad (IECA), entidad dependiente de la Consejería de Economía y Conocimiento.
En concreto, el número de vecinos llamados Antonio en Montemayor alcanza el 88,32 por mil, mientras que la cifra de habitantes llamadas Antonia es del 46,07 por mil. La edad media de las personas con estos nombres, según el IECA, se sitúa por encima de los 50 años.
Tras Antonio, los diez nombres más frecuentes entre los varones que residen en Montemayor son Francisco, Juan, Rafael, José, Manuel, Ángel, Miguel, Juan Antonio y José María. En el caso de las mujeres, tras Antonia, se repiten Ana, María, Josefa, María Dolores, Francisca, Dolores, Rafaela, Teresa y María Teresa.
A nivel andaluz, la lista de los diez nombres más frecuentes no presenta grandes cambios en su ordenación respecto al año anterior, la de los masculinos no varía, mientras que los femeninos ven alteradas sus posiciones: Josefa gana una posición y María Dolores pierde dos. No obstante, todos estos nombres ven disminuir su población, salvo en el caso de David, y aumentar en general su edad media.
Respecto a los nombres simples, la palabra más utilizada es María, que forma parte del nombre de más de un millón de personas residentes en Andalucía. Esta palabra es usada tanto por hombres como por mujeres, siendo José María el sexto nombre en el que más se utiliza.
Si se ordenan los nombres según la edad media de sus poseedores, se observa que entre las diez posiciones más longevas aparecen algunos de origen anglosajón, sobre todo en el caso de los hombres, lo que responde en gran medida a la presencia de jubilados europeos que residen en Andalucía, como Michael John o David John. Junto a ellos aparecen, también con una elevada edad media, nombres tradicionales españoles que son menos frecuentes en la actualidad, entre ellos, Saturnino, Teófilo o Casimiro.
En el otro extremo, entre los diez nombres con menor edad media se observa la presencia de nombres de origen extranjero pero en su versión castellanizada y preferentemente nombres no compuestos y cortos, como Neizan, Dylan o Rayan.
En cuanto a la distribución geográfica, Antonio es el nombre más utilizado por los hombres residentes en las provincias orientales y Manuel en las provincias más al oeste. En el caso de las mujeres, María del Carmen es el más utilizado en cuatro provincias (Cádiz, Córdoba, Granada y Sevilla) y María en las otras cuatro (Almería, Huelva, Jaén y Málaga).
En esta edición se incorpora como novedad un mayor detalle territorial al presentar mapas de distribución espacial de los nombres simples más empleados. En ellos se representa la dispersión territorial de todas las personas que emplean un nombre en su versión simple o en las composiciones más frecuentes en las que dicho nombre aparece. Así, por ejemplo, en la distribución de los nombres Aguas y Capilla se observa un nítido patrón territorial diferenciado, al aparecer el primero de ellos concentrado en la zona oeste de Andalucía y el segundo en la zona este (especialmente en la provincia de Jaén).
En lo referente a apellidos, estos tienen un comportamiento más estable en el tiempo y el espacio. El más utilizado y extendido continúa siendo García, que acompaña al 6,47 por ciento de los andaluces. Huelva es la provincia donde tiene menor presencia entre la población (5,36%) y Granada en la que más (7,31%). Le siguen Rodríguez, López, Sánchez y Fernández.
En concreto, el número de vecinos llamados Antonio en Montemayor alcanza el 88,32 por mil, mientras que la cifra de habitantes llamadas Antonia es del 46,07 por mil. La edad media de las personas con estos nombres, según el IECA, se sitúa por encima de los 50 años.
Tras Antonio, los diez nombres más frecuentes entre los varones que residen en Montemayor son Francisco, Juan, Rafael, José, Manuel, Ángel, Miguel, Juan Antonio y José María. En el caso de las mujeres, tras Antonia, se repiten Ana, María, Josefa, María Dolores, Francisca, Dolores, Rafaela, Teresa y María Teresa.
A nivel andaluz, la lista de los diez nombres más frecuentes no presenta grandes cambios en su ordenación respecto al año anterior, la de los masculinos no varía, mientras que los femeninos ven alteradas sus posiciones: Josefa gana una posición y María Dolores pierde dos. No obstante, todos estos nombres ven disminuir su población, salvo en el caso de David, y aumentar en general su edad media.
Respecto a los nombres simples, la palabra más utilizada es María, que forma parte del nombre de más de un millón de personas residentes en Andalucía. Esta palabra es usada tanto por hombres como por mujeres, siendo José María el sexto nombre en el que más se utiliza.
Si se ordenan los nombres según la edad media de sus poseedores, se observa que entre las diez posiciones más longevas aparecen algunos de origen anglosajón, sobre todo en el caso de los hombres, lo que responde en gran medida a la presencia de jubilados europeos que residen en Andalucía, como Michael John o David John. Junto a ellos aparecen, también con una elevada edad media, nombres tradicionales españoles que son menos frecuentes en la actualidad, entre ellos, Saturnino, Teófilo o Casimiro.
En el otro extremo, entre los diez nombres con menor edad media se observa la presencia de nombres de origen extranjero pero en su versión castellanizada y preferentemente nombres no compuestos y cortos, como Neizan, Dylan o Rayan.
En cuanto a la distribución geográfica, Antonio es el nombre más utilizado por los hombres residentes en las provincias orientales y Manuel en las provincias más al oeste. En el caso de las mujeres, María del Carmen es el más utilizado en cuatro provincias (Cádiz, Córdoba, Granada y Sevilla) y María en las otras cuatro (Almería, Huelva, Jaén y Málaga).
En esta edición se incorpora como novedad un mayor detalle territorial al presentar mapas de distribución espacial de los nombres simples más empleados. En ellos se representa la dispersión territorial de todas las personas que emplean un nombre en su versión simple o en las composiciones más frecuentes en las que dicho nombre aparece. Así, por ejemplo, en la distribución de los nombres Aguas y Capilla se observa un nítido patrón territorial diferenciado, al aparecer el primero de ellos concentrado en la zona oeste de Andalucía y el segundo en la zona este (especialmente en la provincia de Jaén).
En lo referente a apellidos, estos tienen un comportamiento más estable en el tiempo y el espacio. El más utilizado y extendido continúa siendo García, que acompaña al 6,47 por ciento de los andaluces. Huelva es la provincia donde tiene menor presencia entre la población (5,36%) y Granada en la que más (7,31%). Le siguen Rodríguez, López, Sánchez y Fernández.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
