El Ayuntamiento de Montemayor ha hecho entrega al CEIP Miguel de Cervantes de la localidad de un desfibrilador, financiado con fondos propios, con el objetivo de convertir este centro educativo en un espacio cardioprotegido ante cualquier incidencia que se pueda registrar en el mismo. La entrega de este equipo ha coincidido con una jornada de formación de parte de su equipo docente para el uso del mismo.
Los desfibriladores semiautomáticos están diseñados conforme a su funcionalidad con el fin de ser fáciles de utilizar, resistentes y fiables. Además, cuentan con novedosas características para el tratamiento del paro cardíaco repentino como electrodos de desfibrilación preconectados y transferencia inalámbrica de datos, permitiendo vigilar de forma remota y en tiempo real el aparato y su vitrina que lo protege.
Ante una situación de emergencia, contar con un desfibrilador de acceso público puede conllevar un gran cambio para la persona que se vea afectada. Su existencia, y la de una persona que sea capaz de darle un uso correcto, puede salvar la vida del enfermo gracias a una respuesta rápida en un momento crítico.
En concreto, se estima que la supervivencia tras una parada cardíaca se multiplicará por tres cuando ésta se produce en un lugar con acceso a un desfibrilador y personal con nociones básicas de cómo actuar ante esta situación, ya que las probabilidades de supervivencia de una víctima decrecen drásticamente cada minuto que transcurre sin tratamiento.
Los desfibriladores semiautomáticos están diseñados conforme a su funcionalidad con el fin de ser fáciles de utilizar, resistentes y fiables. Además, cuentan con novedosas características para el tratamiento del paro cardíaco repentino como electrodos de desfibrilación preconectados y transferencia inalámbrica de datos, permitiendo vigilar de forma remota y en tiempo real el aparato y su vitrina que lo protege.
Ante una situación de emergencia, contar con un desfibrilador de acceso público puede conllevar un gran cambio para la persona que se vea afectada. Su existencia, y la de una persona que sea capaz de darle un uso correcto, puede salvar la vida del enfermo gracias a una respuesta rápida en un momento crítico.
En concreto, se estima que la supervivencia tras una parada cardíaca se multiplicará por tres cuando ésta se produce en un lugar con acceso a un desfibrilador y personal con nociones básicas de cómo actuar ante esta situación, ya que las probabilidades de supervivencia de una víctima decrecen drásticamente cada minuto que transcurre sin tratamiento.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN