La Ruta del Vino Montilla-Moriles registró durante el pasado año 2019 un incremento de visitantes cercano al 30 por ciento. Así se desprende del informe anual sobre visitas a bodegas y museos del vino que elabora la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) y que sitúa en 31.796 el número de personas que pasaron por alguno de los municipios que conforman este producto turístico, una cifra que representa un aumento del 29,71 por ciento con respecto al número de visitantes que se registraron en 2018 (24.513) y del 42,12 por ciento con respecto a 2017 (cuando llegaron a la zona 17.249 turistas).
De las tres rutas que existen en Andalucía, la del Marco de Jerez es la que registra un mayor volumen de visitantes, con 568.997 en 2019, seguida de Montilla-Moriles, con 31.796, y Ronda, con 24.723. No obstante, a diferencia de los otros dos destinos, el que discurre por la Campiña cordobesa es el único que experimentó un incremento el pasado año, con respecto a los datos contabilizados en 2018.
"Actualmente, las visitas a bodegas suponen el 95 por ciento del total del número de visitantes que se registran en Montilla-Moriles, frente al 5 por ciento de visitas a museos", precisaron desde la Ruta del Vino, que en los últimos meses ha reforzado su trabajo para incorporar al proyecto otros museos de la comarca, "dado el gran interés mostrado por el turista en conocer nuestro patrimonio cultural e histórico".
Con todo, desde la propia Ruta del Vino, que preside el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, reconocen que "el informe relativo al año 2020 será mucho más complejo" como consecuencia de la pandemia por el coronavirus, que ha paralizado completamente la actividad enoturística en bodegas y lagares.
"Estamos a la espera de la publicación oficial de la Especificación Técnica del Instituto de Calidad Turística Española para la prevención del riesgo por Covid-19, que sería aplicable a las bodegas y lagares de la Ruta, que se enmarcan dentro de lo que se denomina turismo industrial", señaló Rafael Llamas, quien recalcó que "mientras tanto estamos trabajando para restablecer la normalidad lo más pronto posible y que, de este modo, el sector del vino y del enoturismo comience a recuperarse".
Para el presidente de la Ruta, "el vino representa una gran oportunidad para potenciar el turismo en toda la zona Montilla-Moriles y no podemos desaprovecharla". En ese sentido, Rafael Llamas hizo hincapié en que "el futuro de todos los municipios que conforman este proyecto pasa inexcusablemente por el futuro del vino, aunque maridado o vinculado con su patrimonio histórico y cultural y con las empresas que generan riqueza en nuestro territorio".
Un proyecto que recorre 17 municipios
La Ruta del Vino Montilla-Moriles discurre por el sur de la provincia de Córdoba y atraviesa 17 municipios: Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Córdoba, Fernán Núñez, Espejo, La Rambla, Lucena, Montemayor, Montilla, Moriles, Montalbán, Monturque, Castro del Río, Doña Mencía, Santaella y Puente Genil.
Según el informe de Acevin, el proyecto cuenta con casi una veintena de entidades miembro que ofrecen 44 servicios enoturísticos, entre los que destacan alojamientos (hoteles, hostales y alojamientos rurales), restaurantes, tabernas, bodegas, lagares, enotiendas, tonelerías y alfarerías, entre otros.
"La Ruta del Vino es el soporte y el vehículo donde nuestro potencial y nuestros valores van unidos de la mano; es fundamental la divulgación de la ruta porque hará que seamos capaces de mejorar", destacó Rafael Llamas, para quien "trabajar en la Ruta es trabajar por nuestros empresarios y por el desarrollo económico y la creación de empleo".
De las tres rutas que existen en Andalucía, la del Marco de Jerez es la que registra un mayor volumen de visitantes, con 568.997 en 2019, seguida de Montilla-Moriles, con 31.796, y Ronda, con 24.723. No obstante, a diferencia de los otros dos destinos, el que discurre por la Campiña cordobesa es el único que experimentó un incremento el pasado año, con respecto a los datos contabilizados en 2018.
"Actualmente, las visitas a bodegas suponen el 95 por ciento del total del número de visitantes que se registran en Montilla-Moriles, frente al 5 por ciento de visitas a museos", precisaron desde la Ruta del Vino, que en los últimos meses ha reforzado su trabajo para incorporar al proyecto otros museos de la comarca, "dado el gran interés mostrado por el turista en conocer nuestro patrimonio cultural e histórico".
Con todo, desde la propia Ruta del Vino, que preside el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, reconocen que "el informe relativo al año 2020 será mucho más complejo" como consecuencia de la pandemia por el coronavirus, que ha paralizado completamente la actividad enoturística en bodegas y lagares.
"Estamos a la espera de la publicación oficial de la Especificación Técnica del Instituto de Calidad Turística Española para la prevención del riesgo por Covid-19, que sería aplicable a las bodegas y lagares de la Ruta, que se enmarcan dentro de lo que se denomina turismo industrial", señaló Rafael Llamas, quien recalcó que "mientras tanto estamos trabajando para restablecer la normalidad lo más pronto posible y que, de este modo, el sector del vino y del enoturismo comience a recuperarse".
Para el presidente de la Ruta, "el vino representa una gran oportunidad para potenciar el turismo en toda la zona Montilla-Moriles y no podemos desaprovecharla". En ese sentido, Rafael Llamas hizo hincapié en que "el futuro de todos los municipios que conforman este proyecto pasa inexcusablemente por el futuro del vino, aunque maridado o vinculado con su patrimonio histórico y cultural y con las empresas que generan riqueza en nuestro territorio".
Un proyecto que recorre 17 municipios
La Ruta del Vino Montilla-Moriles discurre por el sur de la provincia de Córdoba y atraviesa 17 municipios: Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Córdoba, Fernán Núñez, Espejo, La Rambla, Lucena, Montemayor, Montilla, Moriles, Montalbán, Monturque, Castro del Río, Doña Mencía, Santaella y Puente Genil.
Según el informe de Acevin, el proyecto cuenta con casi una veintena de entidades miembro que ofrecen 44 servicios enoturísticos, entre los que destacan alojamientos (hoteles, hostales y alojamientos rurales), restaurantes, tabernas, bodegas, lagares, enotiendas, tonelerías y alfarerías, entre otros.
"La Ruta del Vino es el soporte y el vehículo donde nuestro potencial y nuestros valores van unidos de la mano; es fundamental la divulgación de la ruta porque hará que seamos capaces de mejorar", destacó Rafael Llamas, para quien "trabajar en la Ruta es trabajar por nuestros empresarios y por el desarrollo económico y la creación de empleo".
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR