Montemayor Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una nueva carta abierta remitida por el investigador montemayorense José Francisco Luque Moreno, autor del libro Montemayor 1900-1945. Cuestión Social, República, Guerra y Represión, acerca del Rincón de la Memoria ubicado en el cementerio municipal. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.
Dentro de las actividades programadas en las II Jornadas de Memoria Histórica de Montemayor, organizadas por la Asociación Cultural "Alcalde Antonio García", se contemplaba la ubicación de tres paneles en la parte de acceso al nuevo cementerio, "con el objetivo de contar con un espacio donde, al menos, estén moralmente presentes tantos vecinos del municipio que desaparecieron" tras el golpe de Estado militar de 1936.
En vísperas de la inauguración de esos paneles que conforman el llamado Rincón de la Memoria, denuncié su contenido mediante una tercera carta abierta publicada en Montemayor Digital. Además de numerosísimas erratas y falsedades, de un total de 90 nombres, nada menos que un 30 por ciento (27) no debían figurar en ellos y faltaba una veintena de nombres por inscribir. Todo lo anterior lo califiqué como un "fraude a la memoria de las víctimas" y "un atentado al patrimonio histórico de Montemayor".
A pesar de ello, y tal y como estaba previsto, el domingo 8 de diciembre de 2019 fueron inaugurados los paneles por la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” y el Ayuntamiento de Montemayor con intervenciones del presidente y miembros de la asociación, de una representante de la Agrupación Local del Partido Comunista, del concejal de Cultura y Patrimonio Histórico y del alcalde de Montemayor.
En la mencionada carta abierta terminaba solicitando que mi nombre, rotulado en el tercer panel bajo un apartado relativo a las "Fuentes Históricas", fuese borrado. Como no tuve ninguna vinculación con ese proyecto y el contenido de los paneles no guardaba relación alguna con mis investigaciones, no estaba dispuesto a que mi nombre fuese utilizado por la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” tanto para tratar de avalar ese contenido como para eximirse de toda responsabilidad y no hacer frente al malestar que les pudiera llegar por parte de los familiares de las víctimas.
Días después de la inauguración, este tercer panel en el que aparecía mi nombre fue retirado y desde la asociación se anunció una corrección de errores en un comunicado que difundió. Este texto motivó la publicación de una cuarta carta abierta en Montemayor Digital por mi parte.
Dentro de las actividades programadas en las II Jornadas de Memoria Histórica de Montemayor, organizadas por la Asociación Cultural "Alcalde Antonio García", se contemplaba la ubicación de tres paneles en la parte de acceso al nuevo cementerio, "con el objetivo de contar con un espacio donde, al menos, estén moralmente presentes tantos vecinos del municipio que desaparecieron" tras el golpe de Estado militar de 1936.
En vísperas de la inauguración de esos paneles que conforman el llamado Rincón de la Memoria, denuncié su contenido mediante una tercera carta abierta publicada en Montemayor Digital. Además de numerosísimas erratas y falsedades, de un total de 90 nombres, nada menos que un 30 por ciento (27) no debían figurar en ellos y faltaba una veintena de nombres por inscribir. Todo lo anterior lo califiqué como un "fraude a la memoria de las víctimas" y "un atentado al patrimonio histórico de Montemayor".
A pesar de ello, y tal y como estaba previsto, el domingo 8 de diciembre de 2019 fueron inaugurados los paneles por la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” y el Ayuntamiento de Montemayor con intervenciones del presidente y miembros de la asociación, de una representante de la Agrupación Local del Partido Comunista, del concejal de Cultura y Patrimonio Histórico y del alcalde de Montemayor.
En la mencionada carta abierta terminaba solicitando que mi nombre, rotulado en el tercer panel bajo un apartado relativo a las "Fuentes Históricas", fuese borrado. Como no tuve ninguna vinculación con ese proyecto y el contenido de los paneles no guardaba relación alguna con mis investigaciones, no estaba dispuesto a que mi nombre fuese utilizado por la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” tanto para tratar de avalar ese contenido como para eximirse de toda responsabilidad y no hacer frente al malestar que les pudiera llegar por parte de los familiares de las víctimas.
Días después de la inauguración, este tercer panel en el que aparecía mi nombre fue retirado y desde la asociación se anunció una corrección de errores en un comunicado que difundió. Este texto motivó la publicación de una cuarta carta abierta en Montemayor Digital por mi parte.
En ella solicitaba a la asociación cultural que se aprovechase esa coyuntura para tratar esta iniciativa memorialista de forma plural y participativa, aparcar las prisas, tratar de encauzar el malestar generado entre los familiares de las víctimas y llegar a un consenso sobre el contenido que debían reflejar los paneles antes de rotularlos de nuevo.
De ser así, indicaba, seguía dispuesto a colaborar en la corrección y actualización del Rincón de la Memoria y de esta forma, añadía, esta actualización podría aprovecharse para llevar a cabo una nueva inauguración donde estuvieran presentes y tuvieran participación activa tanto las distintas ideologías que quisieran hacerlo como los familiares de las víctimas que así lo desearan.
De ser así, indicaba, seguía dispuesto a colaborar en la corrección y actualización del Rincón de la Memoria y de esta forma, añadía, esta actualización podría aprovecharse para llevar a cabo una nueva inauguración donde estuvieran presentes y tuvieran participación activa tanto las distintas ideologías que quisieran hacerlo como los familiares de las víctimas que así lo desearan.
Esa carta abierta estuvo acompañada con el registro en el Ayuntamiento de Montemayor de un extenso dossier en el ponía en conocimiento de la Alcaldía el fraude llevado a cabo con los paneles del Rincón de la Memoria, indicando todas las erratas y una serie de solicitudes, sugerencias y quejas.
El texto anterior contenía en los párrafos finales estas palabras: “Asimismo y como representación de todo el municipio, también espero que la Alcaldía de Montemayor se posicione y diga abiertamente cómo considera que debe llevarse a cabo una labor en pro de la Memoria Histórica en nuestro pueblo: si como la entiende una asociación vinculada y entroncada a la fuerza política a la que pertenece el actual equipo de gobierno, haciéndose y deshaciéndose lo que a dicha asociación se le antoje, o de una forma plural, participativa, abierta a diferentes interpretaciones o enfoques y donde tengan cabida todas las sensibilidades”.
A los pocos días, recibí un correo electrónico del concejal de Cultura y Patrimonio Histórico en el que mostraba su intención de mantener una reunión para tratar los asuntos que planteaba en mi escrito y también se procedió a la retirada de los dos paneles restantes.
El texto anterior contenía en los párrafos finales estas palabras: “Asimismo y como representación de todo el municipio, también espero que la Alcaldía de Montemayor se posicione y diga abiertamente cómo considera que debe llevarse a cabo una labor en pro de la Memoria Histórica en nuestro pueblo: si como la entiende una asociación vinculada y entroncada a la fuerza política a la que pertenece el actual equipo de gobierno, haciéndose y deshaciéndose lo que a dicha asociación se le antoje, o de una forma plural, participativa, abierta a diferentes interpretaciones o enfoques y donde tengan cabida todas las sensibilidades”.
A los pocos días, recibí un correo electrónico del concejal de Cultura y Patrimonio Histórico en el que mostraba su intención de mantener una reunión para tratar los asuntos que planteaba en mi escrito y también se procedió a la retirada de los dos paneles restantes.
Pasado casi un año, la realidad ha sido que del texto que dirigí a la Alcaldía no he obtenido respuesta, la pretendida reunión aún no se ha llevado a cabo y los paneles fueron colocados de nuevo a finales de octubre, en vísperas de la festividad de Todos los Santos, de forma unilateral, desoyendo y excluyendo nuevamente tanto a los familiares de las víctimas como al resto de ideologías.
Manipulaciones, fraudes, erratas y ausencias que persisten
Los nuevos paneles del Rincón de la Memoria presentan una serie de modificaciones que se han basado, en parte, en la serie de escritos que publiqué en Montemayor Digital y en el dossier que puse en conocimiento de la Alcaldía.
El primer panel contiene un nuevo título. El anterior, "Montemayorenses fusilados en la Guerra Civil 1.936-1.939", ha pasado a ser “Montemayorenses asesinados en el Golpe Militar de 1936”. A continuación, sigue apareciendo un listado en tres columnas de 29 víctimas (28 hombres y una mujer), la edad con la que fallecieron y la fecha de su asesinato. En alguna ocasión, el nombre de la víctima va acompañada del apodo con el que era conocida o con su profesión.
El nuevo encabezado "Montemayorenses asesinados en el Golpe Militar de 1936", al igual que el anterior "Montemayorenses fusilados en la Guerra Civil 1.936-1.939", no puede resultar más erróneo. El antiguo lo era porque ninguna de las 29 víctimas que aparecen en el panel fueron fusiladas en esa guerra y el actual lo es porque trata de aunar tres grupos de víctimas totalmente diferentes y sin distinción alguna entre ellas: las víctimas de la aplicación del plan de exterminio programado por los golpistas, las víctimas ocasionadas por los resistentes al golpe y víctimas producidas en un choque entre fuerzas golpistas y resistentes al golpe.
Englobar en un mismo panel y sin distinción alguna a esos tres grupos de víctimas, las cuales parecen brotar como por arte de magia o por generación espontánea –“en el Golpe”–, es un intento imposible de equidistancia, una manipulación y una ocultación que solo conduce a la antimemoria, tal y como explicitó magistralmente Luis Naranjo Cordobés en su conferencia pronunciada en las II Jornadas de Memoria Histórica de Montemayor.
Como señalé en mi cuarta carta abierta, vuelvo que reiterar que no tengo inconveniente alguno en que en este panel se rotulen también las víctimas de derechas. Ahora bien, en caso de hacerse, debe quedar reflejado en este muro –además del nombre, la edad, la fecha del asesinato y la profesión– la ideología de todas ellas, quedando delimitadas de esta forma las víctimas de la aplicación del plan de exterminio ejecutado por los golpistas de las víctimas de los resistentes al golpe.
Manipulaciones, fraudes, erratas y ausencias que persisten
Los nuevos paneles del Rincón de la Memoria presentan una serie de modificaciones que se han basado, en parte, en la serie de escritos que publiqué en Montemayor Digital y en el dossier que puse en conocimiento de la Alcaldía.
El primer panel contiene un nuevo título. El anterior, "Montemayorenses fusilados en la Guerra Civil 1.936-1.939", ha pasado a ser “Montemayorenses asesinados en el Golpe Militar de 1936”. A continuación, sigue apareciendo un listado en tres columnas de 29 víctimas (28 hombres y una mujer), la edad con la que fallecieron y la fecha de su asesinato. En alguna ocasión, el nombre de la víctima va acompañada del apodo con el que era conocida o con su profesión.
El nuevo encabezado "Montemayorenses asesinados en el Golpe Militar de 1936", al igual que el anterior "Montemayorenses fusilados en la Guerra Civil 1.936-1.939", no puede resultar más erróneo. El antiguo lo era porque ninguna de las 29 víctimas que aparecen en el panel fueron fusiladas en esa guerra y el actual lo es porque trata de aunar tres grupos de víctimas totalmente diferentes y sin distinción alguna entre ellas: las víctimas de la aplicación del plan de exterminio programado por los golpistas, las víctimas ocasionadas por los resistentes al golpe y víctimas producidas en un choque entre fuerzas golpistas y resistentes al golpe.
Englobar en un mismo panel y sin distinción alguna a esos tres grupos de víctimas, las cuales parecen brotar como por arte de magia o por generación espontánea –“en el Golpe”–, es un intento imposible de equidistancia, una manipulación y una ocultación que solo conduce a la antimemoria, tal y como explicitó magistralmente Luis Naranjo Cordobés en su conferencia pronunciada en las II Jornadas de Memoria Histórica de Montemayor.
Como señalé en mi cuarta carta abierta, vuelvo que reiterar que no tengo inconveniente alguno en que en este panel se rotulen también las víctimas de derechas. Ahora bien, en caso de hacerse, debe quedar reflejado en este muro –además del nombre, la edad, la fecha del asesinato y la profesión– la ideología de todas ellas, quedando delimitadas de esta forma las víctimas de la aplicación del plan de exterminio ejecutado por los golpistas de las víctimas de los resistentes al golpe.
Todo esto también quedó perfectamente claro en la conferencia del profesor Naranjo, ya que incluso apuntó los datos e información que debe contener todo memorial de víctimas digno de tal nombre y que no son otros que los señalados.
Los dos primeros nombres del panel, Francisco Lucena Sánchez e Isidro Moral Mata, corresponden al grupo de víctimas producidas en un choque entre fuerzas golpistas y resistentes al golpe, pero, además de los anteriores, también pertenecen a este grupo el niño Emilio Casañas Sánchez y José Vázquez y Vázquez, que siguen sin aparecer en el listado.
Las dos siguientes víctimas son Justo Moreno Luque y Severiano Bajo García. En ambos casos se indica su profesión, pero no su ideología. Eran de derechas y fueron hechos presos en Fernán-Núñez por las fuerzas obreras partidarias de la República tras hacerse con el control del pueblo. Cuando los sublevados se apoderaron de esta localidad, fueron acribillados por miembros de esas fuerzas obreras antes de abandonar aquel pueblo.
Los restantes 25 nombres son víctimas de la aplicación del plan del exterminio programado por los golpistas. Al igual que con las dos víctimas anteriores, entiendo necesario que se hubiera hecho referencia tanto a su ideología como a su profesión, puesto que lo que se perpetró con el golpe de Estado no fue otra cosa que la aniquilación de uno de los movimientos obreros más fuertes y reivindicativos de Europa.
Los dos primeros nombres del panel, Francisco Lucena Sánchez e Isidro Moral Mata, corresponden al grupo de víctimas producidas en un choque entre fuerzas golpistas y resistentes al golpe, pero, además de los anteriores, también pertenecen a este grupo el niño Emilio Casañas Sánchez y José Vázquez y Vázquez, que siguen sin aparecer en el listado.
Las dos siguientes víctimas son Justo Moreno Luque y Severiano Bajo García. En ambos casos se indica su profesión, pero no su ideología. Eran de derechas y fueron hechos presos en Fernán-Núñez por las fuerzas obreras partidarias de la República tras hacerse con el control del pueblo. Cuando los sublevados se apoderaron de esta localidad, fueron acribillados por miembros de esas fuerzas obreras antes de abandonar aquel pueblo.
Los restantes 25 nombres son víctimas de la aplicación del plan del exterminio programado por los golpistas. Al igual que con las dos víctimas anteriores, entiendo necesario que se hubiera hecho referencia tanto a su ideología como a su profesión, puesto que lo que se perpetró con el golpe de Estado no fue otra cosa que la aniquilación de uno de los movimientos obreros más fuertes y reivindicativos de Europa.
Y, en ambos casos, en la acción-reacción desarrollada por golpistas y resistentes al golpe estuvo muy presente tanto la ideología como la clase social. La práctica generalidad de estas 25 víctimas eran trabajadores del campo y de izquierdas, sobresaliendo la militancia socialista, sindicalista, comunista y al Centro Instructivo de Oficios Varios.
A día de hoy continúo desconociendo la fecha exacta del fusilamiento de José Recio Jurado, Alfonsa Galán Luna, Rafael Castro Flores, Juan Miguel Sánchez Madera y Francisco Gómez Moreno, por lo que las fechas de su muerte que aparecen en el panel se las ha inventado la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” y supone una manipulación de mi trabajo.
En el segundo panel, el anterior encabezado "En homenaje a todas nuestras mujeres, que fueron maltratadas psicológicamente, físicamente violadas y ultrajadas para escarnio público, por mantener su ideología y defender el gobierno legítimo de la II República de España y su familia. (J.L.C.)" ha pasado a ser "homenaje a todas nuestras mujeres, que sufrieron incautación de bienes y/o arresto, cárcel, vejaciones... Por mantener su ideología de izquierdas y defender el Gobierno legítimo de la II República de España". A continuación, el anterior «"siempre estaréis en nuestra memoria"» pasa a ser «"Os tendremos siempre en nuestra memoria"».
En el panel eliminado aparecía un listado de 42 mujeres acompañado en ocasiones por el apodo o profesión y en otra columna se describía el tipo de represión sufrida y a veces se indicaba la ideología de la víctima. En la parte inferior sigue apareciendo el texto "En Montemayor, a 8 de Diciembre de 2019" y los logotipos del Ayuntamiento de Montemayor, de la Asociación Cultural "Alcalde Antonio García" y de la Diputación de Córdoba.
El resultado del anterior panel no pudo ser más catastrófico. Contenía tal número de inexactitudes, erratas, nombres que no aparecían recogidos y otros que no debían figurar que provocó no solo un auténtico fraude a la memoria de las víctimas, sino el que muchas de ellas sufrieran un nuevo escarnio y humillación pública 80 años después.
En esta ocasión, el contenido del panel se limita a una relación nominal de 55 mujeres acompañada a veces por el apodo o profesión. He de decir que este listado presenta un nombre inventado, una mujer que no debe figurar como víctima y la ausencia de más de una decena. A continuación, procedo a realizar un estudio crítico, rectificando errores o aportando información:
- Filomena Nadales Santamaría es una identidad inexistente y, por tanto, no debe aparecer como víctima en el panel. En realidad se trata Filomena Nadales Valenzuela, que sí aparece.
- Asunción Marín Alcántara estuvo internada ocho días en la cárcel de La Rambla en 1944 tras decretarlo así el Gobernador Civil por no hacer efectiva una multa de 1.500 pesetas impuesta por la Fiscalía Provincial de Tasas. Entiendo que este hecho no es motivo para considerar a esa mujer como víctima de la represión franquista y, por tanto, no debe aparecer en el panel.
- De dos mujeres conocemos su segundo apellido y, de esta forma, su identidad completa: María Dolores Torres Mancha y Elena Moral Sánchez.
Respecto a la ausencia de más de una decena de víctimas en el nuevo panel, apunto la identidad de cinco de ellas:
- María de los Ángeles Mata Carmona, esposa de Fernando Mata Povedano. Este era el alcalde de Montemayor desde el 22 de febrero de 1936 y fue detenido en el Ayuntamiento por la Guardia Civil el 18 de julio de 1936. Trasladado a Córdoba y preso en la cárcel, fue asesinado el 26 de septiembre de 1936. Derechistas de la localidad colocaron escopetas tanto en la vivienda como en el pozo del Centro Obrero, lugar donde aún vivía con su familia. María de los Ángeles Mata Carmona recibió toda clase de presiones ante la Guardia Civil para firmar una declaración corroborando la veracidad de aquellas apariciones, a lo que se negó. Ello le supuso el ingreso en prisión, humillaciones y la mayor vejación que puede sufrir una mujer.
- Ana Nadales Mata. Abandonó Montemayor con posterioridad al golpe de Estado y se le instruyó un expediente de incautación de bienes. Lógicamente, perdió todos sus bienes muebles, ya que fueron requisados a todos los huidos.
- María Llamas Alcaide. La Alcaldía le impuso una multa de 250 pesetas en noviembre de 1937, días antes de la inauguración del Orfanato Local, “por haber llegado a mi conocimiento su antipatriótica actitud y su campaña contra las instituciones de beneficencia que con el más alto interés viene prodigando el Generalísimo”.
- María Dolores Galán Carmona. Sancionada por la Alcaldía en febrero de 1938 con una multa de 75 pesetas por “actitud incorrecta e irrespetuosa para con el Jefe de la Guardia Municipal en ocasión de que le requiriera la prestación de servicios propios de su establecimiento –una taberna- para atender a fuerzas militares arribadas a la localidad, lo que constituye además una denegación revestida de antipatriotismo”.
- María Luque Gómez. Denunciada en marzo de 1940 por “injurias al Régimen”.
El resto de víctimas sufrieron escarnio y humillación pública. Fueron peladas y paseadas por el pueblo tras ingerir aceite de ricino y no aporto su identidad por diversos motivos. Entre ellos, el que se me haya pedido que no haga público su nombre o el no disponer de la identidad completa de alguna de ellas, solo el apodo o vagas referencias familiares.
En el tercer panel, se lee en dos renglones «"Fosa común del cementerio de Montemayor"», "con fusilados de pueblos vecinos, 1936", ligera variante del anterior "con fusilados de pueblos vecinos, 1936-39". Este mural lo componen ahora 22 víctimas, en lugar de las 19 anteriores, con su fecha de fallecimiento y su localidad de origen dispuestas en tres columnas.
Vuelvo a reiterar que en mi libro cuantifico el total de víctimas de pueblos vecinos asesinadas por los golpistas y enterradas en la fosa en un número superior a 70. No obstante, solo tengo documentadas la identidad de cinco de ellas y, por tanto, son las únicas que deben figurar en el panel. ¿Tanto trabajo cuesta rotular, por ejemplo, estas cinco víctimas y a continuación un texto como “Y otras ¿70? víctimas más, sin nombre”? Desde luego, actuando así se mostraría mucho más respeto a la investigación histórica y a la memoria de las víctimas.
Tres de esas cinco víctimas identificadas ya aparecían en el anterior panel y ahora lo hacen con la expresión “(Doc.)” a continuación de su nombre: Francisco Jurado Crespo, Francisco González Carmona y Antonio Ariza Antúnez. Las dos víctimas que faltaban aparecen rotuladas ahora –Rafael Blanco Serrano, de Fernán-Núñez, asesinado el 30 de septiembre de 1936; y José Cárdenas, de Montilla, asesinado el 5 de agosto de 1936–. Como el esperpento de los paneles no parece tener límite, José Cárdenas tiene insertada como fecha de su asesinato ¡el 8 de mayo de 1936!, o lo que es lo mismo, más de dos meses antes del golpe de Estado. Inaudito.
Las 17 víctimas restantes –a las que se ha incorporado ahora Francisco Aguilar Alcalde, de Fernán-Núñez, asesinado el 7 de septiembre de 1936– conforman un listado que aparece en mi libro y que la asociación cultural ha utilizado nuevamente para perpetrar otra manipulación de mi trabajo, ya que pretende imputarme que yo mantengo en mi estudio que estas 17 víctimas "recibieron sepultura en el cementerio de la localidad".
Vuelvo a transcribir el párrafo completo de lo que escribo en mi libro para tratar de que se entienda de una vez: "Al margen de las personas ya citadas [las 5 víctimas identificadas de las que conservo documentación de que fueron inhumadas en la fosa] y dadas las características de la represión franquista, “el fascismo en acción, procurando no dejar huellas del exterminio”, en palabras de Francisco Moreno Gómez, resulta poco menos que imposible realizar un listado exhaustivo de los asesinados enterrados en la fosa común de Montemayor. Aún así, atendiendo a la mecánica represiva y al lugar de los fusilamientos, una relación –forzosamente incompleta– de nombres que recibieron sepultura en el cementerio de la localidad podría ser la siguiente:" Y, a continuación, aparece el listado de 17 víctimas como mera hipótesis y sin, de momento, confirmación documental alguna.
Como la obcecación de la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” en este aspecto no atiende a razón alguna, tengo que añadir lo siguiente: el 12 de junio de 2019 fue inaugurado en La Rambla el Árbol de la Memoria, un homenaje a las víctimas del Franquismo promovido por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de esa localidad.
A día de hoy continúo desconociendo la fecha exacta del fusilamiento de José Recio Jurado, Alfonsa Galán Luna, Rafael Castro Flores, Juan Miguel Sánchez Madera y Francisco Gómez Moreno, por lo que las fechas de su muerte que aparecen en el panel se las ha inventado la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” y supone una manipulación de mi trabajo.
En el segundo panel, el anterior encabezado "En homenaje a todas nuestras mujeres, que fueron maltratadas psicológicamente, físicamente violadas y ultrajadas para escarnio público, por mantener su ideología y defender el gobierno legítimo de la II República de España y su familia. (J.L.C.)" ha pasado a ser "homenaje a todas nuestras mujeres, que sufrieron incautación de bienes y/o arresto, cárcel, vejaciones... Por mantener su ideología de izquierdas y defender el Gobierno legítimo de la II República de España". A continuación, el anterior «"siempre estaréis en nuestra memoria"» pasa a ser «"Os tendremos siempre en nuestra memoria"».
En el panel eliminado aparecía un listado de 42 mujeres acompañado en ocasiones por el apodo o profesión y en otra columna se describía el tipo de represión sufrida y a veces se indicaba la ideología de la víctima. En la parte inferior sigue apareciendo el texto "En Montemayor, a 8 de Diciembre de 2019" y los logotipos del Ayuntamiento de Montemayor, de la Asociación Cultural "Alcalde Antonio García" y de la Diputación de Córdoba.
El resultado del anterior panel no pudo ser más catastrófico. Contenía tal número de inexactitudes, erratas, nombres que no aparecían recogidos y otros que no debían figurar que provocó no solo un auténtico fraude a la memoria de las víctimas, sino el que muchas de ellas sufrieran un nuevo escarnio y humillación pública 80 años después.
En esta ocasión, el contenido del panel se limita a una relación nominal de 55 mujeres acompañada a veces por el apodo o profesión. He de decir que este listado presenta un nombre inventado, una mujer que no debe figurar como víctima y la ausencia de más de una decena. A continuación, procedo a realizar un estudio crítico, rectificando errores o aportando información:
- Filomena Nadales Santamaría es una identidad inexistente y, por tanto, no debe aparecer como víctima en el panel. En realidad se trata Filomena Nadales Valenzuela, que sí aparece.
- Asunción Marín Alcántara estuvo internada ocho días en la cárcel de La Rambla en 1944 tras decretarlo así el Gobernador Civil por no hacer efectiva una multa de 1.500 pesetas impuesta por la Fiscalía Provincial de Tasas. Entiendo que este hecho no es motivo para considerar a esa mujer como víctima de la represión franquista y, por tanto, no debe aparecer en el panel.
- De dos mujeres conocemos su segundo apellido y, de esta forma, su identidad completa: María Dolores Torres Mancha y Elena Moral Sánchez.
Respecto a la ausencia de más de una decena de víctimas en el nuevo panel, apunto la identidad de cinco de ellas:
- María de los Ángeles Mata Carmona, esposa de Fernando Mata Povedano. Este era el alcalde de Montemayor desde el 22 de febrero de 1936 y fue detenido en el Ayuntamiento por la Guardia Civil el 18 de julio de 1936. Trasladado a Córdoba y preso en la cárcel, fue asesinado el 26 de septiembre de 1936. Derechistas de la localidad colocaron escopetas tanto en la vivienda como en el pozo del Centro Obrero, lugar donde aún vivía con su familia. María de los Ángeles Mata Carmona recibió toda clase de presiones ante la Guardia Civil para firmar una declaración corroborando la veracidad de aquellas apariciones, a lo que se negó. Ello le supuso el ingreso en prisión, humillaciones y la mayor vejación que puede sufrir una mujer.
- Ana Nadales Mata. Abandonó Montemayor con posterioridad al golpe de Estado y se le instruyó un expediente de incautación de bienes. Lógicamente, perdió todos sus bienes muebles, ya que fueron requisados a todos los huidos.
- María Llamas Alcaide. La Alcaldía le impuso una multa de 250 pesetas en noviembre de 1937, días antes de la inauguración del Orfanato Local, “por haber llegado a mi conocimiento su antipatriótica actitud y su campaña contra las instituciones de beneficencia que con el más alto interés viene prodigando el Generalísimo”.
- María Dolores Galán Carmona. Sancionada por la Alcaldía en febrero de 1938 con una multa de 75 pesetas por “actitud incorrecta e irrespetuosa para con el Jefe de la Guardia Municipal en ocasión de que le requiriera la prestación de servicios propios de su establecimiento –una taberna- para atender a fuerzas militares arribadas a la localidad, lo que constituye además una denegación revestida de antipatriotismo”.
- María Luque Gómez. Denunciada en marzo de 1940 por “injurias al Régimen”.
El resto de víctimas sufrieron escarnio y humillación pública. Fueron peladas y paseadas por el pueblo tras ingerir aceite de ricino y no aporto su identidad por diversos motivos. Entre ellos, el que se me haya pedido que no haga público su nombre o el no disponer de la identidad completa de alguna de ellas, solo el apodo o vagas referencias familiares.
En el tercer panel, se lee en dos renglones «"Fosa común del cementerio de Montemayor"», "con fusilados de pueblos vecinos, 1936", ligera variante del anterior "con fusilados de pueblos vecinos, 1936-39". Este mural lo componen ahora 22 víctimas, en lugar de las 19 anteriores, con su fecha de fallecimiento y su localidad de origen dispuestas en tres columnas.
Vuelvo a reiterar que en mi libro cuantifico el total de víctimas de pueblos vecinos asesinadas por los golpistas y enterradas en la fosa en un número superior a 70. No obstante, solo tengo documentadas la identidad de cinco de ellas y, por tanto, son las únicas que deben figurar en el panel. ¿Tanto trabajo cuesta rotular, por ejemplo, estas cinco víctimas y a continuación un texto como “Y otras ¿70? víctimas más, sin nombre”? Desde luego, actuando así se mostraría mucho más respeto a la investigación histórica y a la memoria de las víctimas.
Tres de esas cinco víctimas identificadas ya aparecían en el anterior panel y ahora lo hacen con la expresión “(Doc.)” a continuación de su nombre: Francisco Jurado Crespo, Francisco González Carmona y Antonio Ariza Antúnez. Las dos víctimas que faltaban aparecen rotuladas ahora –Rafael Blanco Serrano, de Fernán-Núñez, asesinado el 30 de septiembre de 1936; y José Cárdenas, de Montilla, asesinado el 5 de agosto de 1936–. Como el esperpento de los paneles no parece tener límite, José Cárdenas tiene insertada como fecha de su asesinato ¡el 8 de mayo de 1936!, o lo que es lo mismo, más de dos meses antes del golpe de Estado. Inaudito.
Las 17 víctimas restantes –a las que se ha incorporado ahora Francisco Aguilar Alcalde, de Fernán-Núñez, asesinado el 7 de septiembre de 1936– conforman un listado que aparece en mi libro y que la asociación cultural ha utilizado nuevamente para perpetrar otra manipulación de mi trabajo, ya que pretende imputarme que yo mantengo en mi estudio que estas 17 víctimas "recibieron sepultura en el cementerio de la localidad".
Vuelvo a transcribir el párrafo completo de lo que escribo en mi libro para tratar de que se entienda de una vez: "Al margen de las personas ya citadas [las 5 víctimas identificadas de las que conservo documentación de que fueron inhumadas en la fosa] y dadas las características de la represión franquista, “el fascismo en acción, procurando no dejar huellas del exterminio”, en palabras de Francisco Moreno Gómez, resulta poco menos que imposible realizar un listado exhaustivo de los asesinados enterrados en la fosa común de Montemayor. Aún así, atendiendo a la mecánica represiva y al lugar de los fusilamientos, una relación –forzosamente incompleta– de nombres que recibieron sepultura en el cementerio de la localidad podría ser la siguiente:" Y, a continuación, aparece el listado de 17 víctimas como mera hipótesis y sin, de momento, confirmación documental alguna.
Como la obcecación de la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” en este aspecto no atiende a razón alguna, tengo que añadir lo siguiente: el 12 de junio de 2019 fue inaugurado en La Rambla el Árbol de la Memoria, un homenaje a las víctimas del Franquismo promovido por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de esa localidad.
Construido conforme al diseño del escultor Juan Zafra Polo, está ubicado a la entrada del pueblo, junto al lugar donde estuvo la fosa común del antiguo cementerio. Contiene un listado de casi 100 víctimas, entre las que se encuentran personas fusiladas de localidades cercanas que fueron inhumadas en esa fosa.
Entre estas últimas aparecen Francisco Jiménez Casado, Francisco Aguilar Alcaide, Pedro Gómez Martínez, Juan Moreno Villalba, Antonio García López, Luis García López, Juan Pedro Luque, Mariano Morales Gutiérrez, Antonio Alcaide Bujalance y Juan Caubera Espejo. O lo que es lo mismo, nada menos que diez víctimas que aparecen en el tercer panel del llamado Rincón de la Memoria. Estaría bien que la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” diera explicaciones sobre este hecho. ¿Cómo es posible que diez personas recibieran sepultura en dos lugares distintos?
Desde luego, este despropósito es obra exclusiva de la asociación cultural, por lo que ellos y solo ellos deben responder del mismo. Somos muchos los que procuramos estudiar con veracidad, rigor, documentación, honestidad y distancia crítica el pasado oculto como para soportar no solo el que una asociación se apropie de forma parasitaria de este esfuerzo en beneficio propio, sino que encima podamos llegar a ser la mofa de los negacionistas y revisionistas de turno desacreditando nuestro trabajo. Por estas razones y porque mi nombre sigue apareciendo en el tercer panel bajo la leyenda "Fuentes Históricas", vuelvo a solicitar que sea eliminado de una vez por todas.
Conclusiones
Cuando se tergiversa la realidad, en este caso los avances conseguidos a través de la investigación histórica, y se proporciona a la ciudadanía una información falsa o que no se ajusta a los hechos contrastados, considero como un deber ejercer la crítica para mostrarlo, analizarlo y pedir responsabilidades. Algo esencial, o al menos así lo entiendo, para el correcto funcionamiento de una sociedad democrática.
A lo largo de estas cinco cartas abiertas publicadas en Montemayor Digital he dado a conocer las formas de actuar de la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” en este asunto del llamado Rincón de la Memoria y sus resultados: tras rectificar unilateralmente los paneles, su contenido sigue plagado de manipulaciones, fraudes, erratas y ausencias.
Y es que la asociación cultural solo se ha preocupado de aplicar la propaganda, la apropiación, la imposición o la exclusión amparándose en las siglas del Partido Comunista y con el beneplácito del Ayuntamiento de Montemayor. Todo lo anterior es tan grave que hay que procurar que quede constancia por todos los medios posibles de esos atropellos:
- Del desprecio a la investigación histórica (que es el cauce para acercarnos a la verdad del pasado y para extraer las enseñanzas que eviten recaer en los mismos errores) y su sustitución por la propaganda, que ha sido la finalidad de la Asociación Cultural 'Alcalde Antonio García' y del equipo de gobierno municipal al instrumentalizar políticamente los paneles sin importarles nada su contenido. Lo único que han buscado en este asunto ha sido una foto y una medalla en forma de logotipo insertado en un panel.
- De la apropiación del trabajo ajeno, cosa que no admite el comunismo, tal y como recoge el Manifiesto del Partido Comunista: "El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio de esta apropiación el trabajo ajeno".
- De la imposición de sus decisiones, lo cual tiene mucha más cabida en un contexto totalitario que en un marco democrático. Este aspecto no es nuevo, ya que el desprecio a una memoria plural, participativa, abierta a diferentes interpretaciones o enfoques y donde tengan cabida todas las sensibilidades, fue practicado en 2004 en relación con el monolito ubicado en el parque Miguel Hernández.
- De la exclusión a los familiares de las víctimas y al resto de ideologías, aspecto este que concuerda más y mejor con las actuaciones de los nacionalismos excluyentes que con los de una ideología supuestamente internacionalista como es el comunismo.
En el siglo XIX, Federico Engels, uno de los teóricos del comunismo, denunciaba que los capitalistas chupan la sangre a los proletarios dándoles la centésima parte de lo que les pertenece y luego se presentan como benefactores humanitarios.
Entre estas últimas aparecen Francisco Jiménez Casado, Francisco Aguilar Alcaide, Pedro Gómez Martínez, Juan Moreno Villalba, Antonio García López, Luis García López, Juan Pedro Luque, Mariano Morales Gutiérrez, Antonio Alcaide Bujalance y Juan Caubera Espejo. O lo que es lo mismo, nada menos que diez víctimas que aparecen en el tercer panel del llamado Rincón de la Memoria. Estaría bien que la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” diera explicaciones sobre este hecho. ¿Cómo es posible que diez personas recibieran sepultura en dos lugares distintos?
Desde luego, este despropósito es obra exclusiva de la asociación cultural, por lo que ellos y solo ellos deben responder del mismo. Somos muchos los que procuramos estudiar con veracidad, rigor, documentación, honestidad y distancia crítica el pasado oculto como para soportar no solo el que una asociación se apropie de forma parasitaria de este esfuerzo en beneficio propio, sino que encima podamos llegar a ser la mofa de los negacionistas y revisionistas de turno desacreditando nuestro trabajo. Por estas razones y porque mi nombre sigue apareciendo en el tercer panel bajo la leyenda "Fuentes Históricas", vuelvo a solicitar que sea eliminado de una vez por todas.
Conclusiones
Cuando se tergiversa la realidad, en este caso los avances conseguidos a través de la investigación histórica, y se proporciona a la ciudadanía una información falsa o que no se ajusta a los hechos contrastados, considero como un deber ejercer la crítica para mostrarlo, analizarlo y pedir responsabilidades. Algo esencial, o al menos así lo entiendo, para el correcto funcionamiento de una sociedad democrática.
A lo largo de estas cinco cartas abiertas publicadas en Montemayor Digital he dado a conocer las formas de actuar de la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” en este asunto del llamado Rincón de la Memoria y sus resultados: tras rectificar unilateralmente los paneles, su contenido sigue plagado de manipulaciones, fraudes, erratas y ausencias.
Y es que la asociación cultural solo se ha preocupado de aplicar la propaganda, la apropiación, la imposición o la exclusión amparándose en las siglas del Partido Comunista y con el beneplácito del Ayuntamiento de Montemayor. Todo lo anterior es tan grave que hay que procurar que quede constancia por todos los medios posibles de esos atropellos:
- Del desprecio a la investigación histórica (que es el cauce para acercarnos a la verdad del pasado y para extraer las enseñanzas que eviten recaer en los mismos errores) y su sustitución por la propaganda, que ha sido la finalidad de la Asociación Cultural 'Alcalde Antonio García' y del equipo de gobierno municipal al instrumentalizar políticamente los paneles sin importarles nada su contenido. Lo único que han buscado en este asunto ha sido una foto y una medalla en forma de logotipo insertado en un panel.
- De la apropiación del trabajo ajeno, cosa que no admite el comunismo, tal y como recoge el Manifiesto del Partido Comunista: "El comunismo no priva a nadie del poder de apropiarse productos sociales; lo único que no admite es el poder de usurpar por medio de esta apropiación el trabajo ajeno".
- De la imposición de sus decisiones, lo cual tiene mucha más cabida en un contexto totalitario que en un marco democrático. Este aspecto no es nuevo, ya que el desprecio a una memoria plural, participativa, abierta a diferentes interpretaciones o enfoques y donde tengan cabida todas las sensibilidades, fue practicado en 2004 en relación con el monolito ubicado en el parque Miguel Hernández.
- De la exclusión a los familiares de las víctimas y al resto de ideologías, aspecto este que concuerda más y mejor con las actuaciones de los nacionalismos excluyentes que con los de una ideología supuestamente internacionalista como es el comunismo.
En el siglo XIX, Federico Engels, uno de los teóricos del comunismo, denunciaba que los capitalistas chupan la sangre a los proletarios dándoles la centésima parte de lo que les pertenece y luego se presentan como benefactores humanitarios.
Casi dos siglos después, los presuntos, supuestos y autodenominados 'comunistas' de Montemayor se apropian del trabajo ajeno, manipulan la investigación histórica y la convierten en propaganda, imponen su voluntad sobre todo y sobre todos, excluyen a los familiares de las víctimas y se presentan como los guardianes de la memoria. Curioso 'comunismo' el que se gastan algunos. Lo que ha sido históricamente esta fuerza política en Montemayor y en lo que ha degenerado...
Mis estudios e investigaciones no son otra cosa que el resultado de un compromiso ético y personal hacia la generación que surgió a principios del siglo XX en nuestro pueblo y que fue capaz de construir una identidad político-sindical agrupando el conjunto de demandas de los sectores tradicionalmente excluidos hasta alcanzar el poder político municipal.
Mis estudios e investigaciones no son otra cosa que el resultado de un compromiso ético y personal hacia la generación que surgió a principios del siglo XX en nuestro pueblo y que fue capaz de construir una identidad político-sindical agrupando el conjunto de demandas de los sectores tradicionalmente excluidos hasta alcanzar el poder político municipal.
Todo lo anterior conforma un patrimonio histórico que nos pertenece de forma colectiva, por lo que jamás puede ni debe ser patrimonializado por nadie, y menos con fines partidistas e intereses sectarios, tal y como han hecho la Asociación Cultural “Alcalde Antonio García” y el equipo de gobierno municipal.
Es posible que muchos no presten demasiada atención a este tema, que solo vean en él una simple anécdota o que no les interese lo más mínimo. Sin embargo, y por desgracia, su trasfondo y las conclusiones que pueden extraerse no son nada gratuitas. Estas formas de actuar provocan unos costos que repercuten negativamente en nuestro desarrollo como pueblo.
La política de la apropiación, la imposición y la exclusión tiene como resultado que cada vez sean menos las iniciativas que surjan y, en consecuencia, solo conduce a que Montemayor jamás alcance toda su potencialidad. Lo anterior es fácilmente constatable si hacemos una comparación con nuestro entorno geográfico más cercano: cualquier localidad vecina nos supera ampliamente en cualquier ámbito y en cualquier aspecto.
No obstante, y he aquí lo más hiriente, este resultado no parece preocupar lo más mínimo a quienes han hecho de ello la forma de 'trabajar por su pueblo'. Por eso se niegan, por ejemplo, a eliminar de los paneles mi nombre o desoyen las peticiones de los familiares de las víctimas de borrar los apodos rotulados junto a su nombre en los paneles: porque el que consigan que se haga su voluntad lo celebran, parafraseando a Manuel Azaña, como un triunfo personal contra convecinos. Así de simple, así de claro y así nos va.
NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montemayor Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.
Es posible que muchos no presten demasiada atención a este tema, que solo vean en él una simple anécdota o que no les interese lo más mínimo. Sin embargo, y por desgracia, su trasfondo y las conclusiones que pueden extraerse no son nada gratuitas. Estas formas de actuar provocan unos costos que repercuten negativamente en nuestro desarrollo como pueblo.
La política de la apropiación, la imposición y la exclusión tiene como resultado que cada vez sean menos las iniciativas que surjan y, en consecuencia, solo conduce a que Montemayor jamás alcance toda su potencialidad. Lo anterior es fácilmente constatable si hacemos una comparación con nuestro entorno geográfico más cercano: cualquier localidad vecina nos supera ampliamente en cualquier ámbito y en cualquier aspecto.
No obstante, y he aquí lo más hiriente, este resultado no parece preocupar lo más mínimo a quienes han hecho de ello la forma de 'trabajar por su pueblo'. Por eso se niegan, por ejemplo, a eliminar de los paneles mi nombre o desoyen las peticiones de los familiares de las víctimas de borrar los apodos rotulados junto a su nombre en los paneles: porque el que consigan que se haga su voluntad lo celebran, parafraseando a Manuel Azaña, como un triunfo personal contra convecinos. Así de simple, así de claro y así nos va.
JOSÉ FRANCISCO LUQUE MORENO
NOTA: Los comentarios publicados en el Buzón del Lector no representan la opinión de Montemayor Digital. En ese sentido, este periódico no hace necesariamente suyas las denuncias, quejas o sugerencias recogidas en este espacio y que han sido enviadas por sus lectores.