Reflexionando acerca de esta serie, en la que abordo el estudio de los grandes creadores de la arquitectura, compruebo que solo han aparecido dos nombres femeninos: uno de manera individual y el otro dentro de un equipo. Se trata, por un lado, de la gran arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid, sobre la que escribí hace algún tiempo, y de Carme Pigem que forma parte del equipo RCR, ubicado en Cataluña.
Ambas recibieron el Premio Pritzker de Arquitectura, algo así como el Premio Nobel de esta disciplina, en los años 2004 y 2017, respectivamente.
Pero la gran sorpresa se ha producido en las dos últimas convocatorias anuales del Premio Pritzker, en las que fueron premiadas tres arquitectas. Hemos de tener en cuenta que ahora en esta profesión –tiempo atrás, eminentemente masculina– se habla también en femenino, dado que no solo hay arquitectos de nombres destacados trabajando en la mayoría de los países desarrollados, sino que también a ellas se las empieza a reconocer su gran valía en un terreno que parecía que les estaba vedado.
Puesto que en un artículo como este tengo que restringirme a un número reducido de nombres, citaré y comentaré el trabajo de las seis mujeres que han recibido este afamado galardón. Son: Zaha Hadid (Irán-Reino Unido – Premio Pritzker en el año 2004), Kazuyo Sejima (Japón - 2010), Carme Pigem (España - 2014), Ivonne Farrell y Shelley McNamara (Irlanda - 2020) y Anne Lacaton (Francia - 2021).
Tengo que confesar que siento una gran admiración por Zaha Hadid, pues no solo colocó su nombre entre las grandes figuras de la arquitectura internacional, sino que logró crear un estilo muy personal con el que se podían identificar sus obras. Fue la primera mujer que recibió el Premio Pritzker, en el año 2004. Lástima que esta brillante arquitecta falleciera temprano a la edad de 65 años; no obstante, nos dejó un amplio legado de obras, algunas de ellas en nuestro propio país. Como ejemplo, muestro la imagen del puente que diseñó para la Expo de 2008 de Zaragoza centrada en el agua y la sostenibilidad medioambiental.
La frágil figura de Kazuyo Sejima nos puede confundir, dado que es una mujer de gran fortaleza y decisión en su campo de trabajo. Nacida en 1956 en la prefectura Ibaraki de Tokio, junto a su socio Ryue Nishizawa, ha desarrollado la mayoría de sus proyectos en su país de origen, aunque también proyectaron obras fuera de Japón, como el Museo Louvre de Lens en Francia, el New Museum of Contemporary Art de Nueva York o el Rolex Learning Center de Lausana en Suiza. El reconocimiento les llegó a ambos con el Premio Pritzker del año 2004. En nuestro país, fue aprobada su intervención en la reforma del IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), del que muestro una parte de su fachada.
El único arquitecto español con el premio del que estamos hablando era Rafael Moneo, hasta que en el año 2014 se recibió con cierta sorpresa el reconocimiento al equipo RCR, del que forma parte Carme Pigem. Puesto que de sus tres componentes ya hablé con anterioridad en esta sección, ahora quisiera hacer una breve referencia a la parte femenina del equipo, por el prestigio que supone recibir este galardón. Así, de las obras firmadas por Rafael Vilalta, Carme Pigem y Rafael Aranda (RCR), quisiera destacar el proyecto de la la guardería El Petit Compte que proyectaron en el pequeño municipio de Besalú (Girona), basado en un largo paralelepípedo con los colores del arco iris en su exterior y que continúan en el patio interior.
El Premio Pritzker comenzó a concederse en 1978, recayendo en aquel año sobre el arquitecto estadounidense Philip Johnson, el autor de las torres inclinadas de Madrid, denominadas Puerta de Europa. Se tardaría cuarenta y un años para que la mención cayera sobre el equipo que forman las dos arquitectas irlandesas Ivonne Farrell y Shelley McNamara. En contraposición a los inicios, y con el paso del tiempo, no solo se premiaron a los autores de grandes edificios, sino que también se ha tenido en cuenta las aportaciones a las innovaciones en las medianas y pequeñas obras, como las que llevan adelante estas dos magníficas autoras.
Cierro esta breve referencia mencionando al último nombre premiado con el Pritzker, correspondiente a 2021: la francesa Anne Lacaton, nacida en el año 1955. Al igual que la japonesa Kazuyo Sejima, ella trabaja en equipo con Jean-Philippe Vassal, nacido en la ciudad marroquí de Casablanca, por lo que el galardón recayó sobre ambos. De sus obras, he seleccionado una de extrema sencillez, pero de gran creatividad: la casa Latapie, que proyectaron en 1993, ya que se partiendo de la base de una losa de hormigón y con una estructura metálica que, en cierto modo, recuerda a un hangar, elaboran un hogar con fuerte carga geométrica en su configuración.
Ambas recibieron el Premio Pritzker de Arquitectura, algo así como el Premio Nobel de esta disciplina, en los años 2004 y 2017, respectivamente.
Pero la gran sorpresa se ha producido en las dos últimas convocatorias anuales del Premio Pritzker, en las que fueron premiadas tres arquitectas. Hemos de tener en cuenta que ahora en esta profesión –tiempo atrás, eminentemente masculina– se habla también en femenino, dado que no solo hay arquitectos de nombres destacados trabajando en la mayoría de los países desarrollados, sino que también a ellas se las empieza a reconocer su gran valía en un terreno que parecía que les estaba vedado.
Puesto que en un artículo como este tengo que restringirme a un número reducido de nombres, citaré y comentaré el trabajo de las seis mujeres que han recibido este afamado galardón. Son: Zaha Hadid (Irán-Reino Unido – Premio Pritzker en el año 2004), Kazuyo Sejima (Japón - 2010), Carme Pigem (España - 2014), Ivonne Farrell y Shelley McNamara (Irlanda - 2020) y Anne Lacaton (Francia - 2021).
Tengo que confesar que siento una gran admiración por Zaha Hadid, pues no solo colocó su nombre entre las grandes figuras de la arquitectura internacional, sino que logró crear un estilo muy personal con el que se podían identificar sus obras. Fue la primera mujer que recibió el Premio Pritzker, en el año 2004. Lástima que esta brillante arquitecta falleciera temprano a la edad de 65 años; no obstante, nos dejó un amplio legado de obras, algunas de ellas en nuestro propio país. Como ejemplo, muestro la imagen del puente que diseñó para la Expo de 2008 de Zaragoza centrada en el agua y la sostenibilidad medioambiental.
La frágil figura de Kazuyo Sejima nos puede confundir, dado que es una mujer de gran fortaleza y decisión en su campo de trabajo. Nacida en 1956 en la prefectura Ibaraki de Tokio, junto a su socio Ryue Nishizawa, ha desarrollado la mayoría de sus proyectos en su país de origen, aunque también proyectaron obras fuera de Japón, como el Museo Louvre de Lens en Francia, el New Museum of Contemporary Art de Nueva York o el Rolex Learning Center de Lausana en Suiza. El reconocimiento les llegó a ambos con el Premio Pritzker del año 2004. En nuestro país, fue aprobada su intervención en la reforma del IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), del que muestro una parte de su fachada.
El único arquitecto español con el premio del que estamos hablando era Rafael Moneo, hasta que en el año 2014 se recibió con cierta sorpresa el reconocimiento al equipo RCR, del que forma parte Carme Pigem. Puesto que de sus tres componentes ya hablé con anterioridad en esta sección, ahora quisiera hacer una breve referencia a la parte femenina del equipo, por el prestigio que supone recibir este galardón. Así, de las obras firmadas por Rafael Vilalta, Carme Pigem y Rafael Aranda (RCR), quisiera destacar el proyecto de la la guardería El Petit Compte que proyectaron en el pequeño municipio de Besalú (Girona), basado en un largo paralelepípedo con los colores del arco iris en su exterior y que continúan en el patio interior.
El Premio Pritzker comenzó a concederse en 1978, recayendo en aquel año sobre el arquitecto estadounidense Philip Johnson, el autor de las torres inclinadas de Madrid, denominadas Puerta de Europa. Se tardaría cuarenta y un años para que la mención cayera sobre el equipo que forman las dos arquitectas irlandesas Ivonne Farrell y Shelley McNamara. En contraposición a los inicios, y con el paso del tiempo, no solo se premiaron a los autores de grandes edificios, sino que también se ha tenido en cuenta las aportaciones a las innovaciones en las medianas y pequeñas obras, como las que llevan adelante estas dos magníficas autoras.
Cierro esta breve referencia mencionando al último nombre premiado con el Pritzker, correspondiente a 2021: la francesa Anne Lacaton, nacida en el año 1955. Al igual que la japonesa Kazuyo Sejima, ella trabaja en equipo con Jean-Philippe Vassal, nacido en la ciudad marroquí de Casablanca, por lo que el galardón recayó sobre ambos. De sus obras, he seleccionado una de extrema sencillez, pero de gran creatividad: la casa Latapie, que proyectaron en 1993, ya que se partiendo de la base de una losa de hormigón y con una estructura metálica que, en cierto modo, recuerda a un hangar, elaboran un hogar con fuerte carga geométrica en su configuración.
AURELIANO SÁINZ