La variedad de uva Pedro Ximénez ha reducido su presencia en Andalucía a lo largo de la última década, un descenso en el que ha jugado un papel muy significativo la reducción de viñedos en el marco Montilla-Moriles. Según constata el informe sobre las autorizaciones
concedidas en 2021 y el potencial de producción vitícola a 31 de julio de 2021
publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, esta variedad ocupaba el pasado año un total de 5.949 hectáreas en Andalucía, 1.757 menos que hace una década.
A nivel nacional, el potencial de producción vitícola sumaba en total 981.120 hectáreas, un 0,8 por ciento menos que en la misma fecha de la campaña anterior. Asimismo, la variedad tempranillo se ha convertido en la uva de vinificación más plantada en España, con 202.917 hectáreas, y desbanca por primera vez a la airén.
El potencial de producción vitícola se compone de la superficie plantada de viñedo –945.578 hectáreas, un 0,1% más que en la misma fecha de la campaña anterior–, que representa el 96 por ciento del mismo, y de los derechos y autorizaciones sin ejercer. De este segundo componente, los derechos de replantación vigentes se redujeron a 6.863 hectáreas y las autorizaciones sin ejecutar ascendieron hasta las 28.680 hectáreas.
Así en 2021 se concedieron autorizaciones para 945 hectáreas de nuevas plantaciones –15 de ellas en Andalucía–, para 15.363 hectáreas para replantación y para 1.826 hectáreas como conversión de derechos de replantación.
A nivel nacional, el potencial de producción vitícola sumaba en total 981.120 hectáreas, un 0,8 por ciento menos que en la misma fecha de la campaña anterior. Asimismo, la variedad tempranillo se ha convertido en la uva de vinificación más plantada en España, con 202.917 hectáreas, y desbanca por primera vez a la airén.
El potencial de producción vitícola se compone de la superficie plantada de viñedo –945.578 hectáreas, un 0,1% más que en la misma fecha de la campaña anterior–, que representa el 96 por ciento del mismo, y de los derechos y autorizaciones sin ejercer. De este segundo componente, los derechos de replantación vigentes se redujeron a 6.863 hectáreas y las autorizaciones sin ejecutar ascendieron hasta las 28.680 hectáreas.
Así en 2021 se concedieron autorizaciones para 945 hectáreas de nuevas plantaciones –15 de ellas en Andalucía–, para 15.363 hectáreas para replantación y para 1.826 hectáreas como conversión de derechos de replantación.
En Andalucía, de las 53 solicitudes registradas el pasado año –23 de ellas por personas físicas y 30 por personas jurídicas–, once de ellas fueron solicitadas por nuevos viticultores jóvenes, y 14 correspondían a titulares de pequeña o mediana explotación.
Además, 36 de las hectáreas solicitadas correspondía a superficies en zonas admisibles para la producción de vinos con denominación de origen protegida (DOP), y once de ellas en zonas con indicación geográfica protegida (IGP).
Respecto a la superficie de autorizaciones para replantaciones concedidas, los viticultores andaluces solicitaron 193 hectáreas para vinos con DOP, ocho con IGP y dos sin ninguna clasificación. Finalmente, en el caso de autorizaciones de conversión de derechos concedidas, el Ministerio aprobó la conversión para 43 de vinos con DOP, una para vino con IGP y dos para el resto.
Crecimiento controlado
Por su importancia social y económica, la viticultura es una actividad regulada desde antiguo. En la actualidad se rige por el régimen de autorizaciones para plantaciones de viñedo, que sustituyó en 2016 al sistema de derechos de plantación.
En consecuencia, solo se puede plantar viña si se cuenta con autorización para nueva plantación (cada año la superficie nacional puede crecer como máximo un 1 %), a partir de un viñedo arrancado (replantación) o a partir de un derecho de replantación reconocido pero todavía sin ejecutar (autorización por conversión de derechos de replantación). Los jóvenes y los viticultores con pequeñas explotaciones tienen prioridad en sus solicitudes de autorizaciones de nuevas plantaciones.
"Con estas limitaciones se evitan crecimientos descontrolados que puedan causar distorsiones de mercado y perjuicios a la imagen de las denominaciones de origen protegidas", sostienen desde el Ministerio de Agricultura.
Además, 36 de las hectáreas solicitadas correspondía a superficies en zonas admisibles para la producción de vinos con denominación de origen protegida (DOP), y once de ellas en zonas con indicación geográfica protegida (IGP).
Respecto a la superficie de autorizaciones para replantaciones concedidas, los viticultores andaluces solicitaron 193 hectáreas para vinos con DOP, ocho con IGP y dos sin ninguna clasificación. Finalmente, en el caso de autorizaciones de conversión de derechos concedidas, el Ministerio aprobó la conversión para 43 de vinos con DOP, una para vino con IGP y dos para el resto.
Crecimiento controlado
Por su importancia social y económica, la viticultura es una actividad regulada desde antiguo. En la actualidad se rige por el régimen de autorizaciones para plantaciones de viñedo, que sustituyó en 2016 al sistema de derechos de plantación.
En consecuencia, solo se puede plantar viña si se cuenta con autorización para nueva plantación (cada año la superficie nacional puede crecer como máximo un 1 %), a partir de un viñedo arrancado (replantación) o a partir de un derecho de replantación reconocido pero todavía sin ejecutar (autorización por conversión de derechos de replantación). Los jóvenes y los viticultores con pequeñas explotaciones tienen prioridad en sus solicitudes de autorizaciones de nuevas plantaciones.
"Con estas limitaciones se evitan crecimientos descontrolados que puedan causar distorsiones de mercado y perjuicios a la imagen de las denominaciones de origen protegidas", sostienen desde el Ministerio de Agricultura.
I. TÉLLEZ / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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