El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ha alertado de la posible aparición de las primeras manchas de mildium en algunos pagos del marco debido a las altas temperaturas que se están registrando en la Campiña Sur Cordobesa tras las lluvias registradas durante la pasada semana.
En ese sentido, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador ha recomendado en su boletín semanal vigilar la posible aparición de los primeros síntomas de esta epidemia vegetal que afecta a las viñas, especialmente durante la primavera.
Conocido en otras regiones como añublo o mildeo, este hongo parásito originario de América puede ocasionar daños devastadores en todos los órganos de la planta si el clima le favorece. De esta forma, representa una de las enfermedades criptogámicas más peligrosas y de las más temidas por los viticultores porque, cuando la infección es grande, puede devastar toda la producción de una zona vitivinícola.
En los últimos años, y gracias a la constante labor del Aula de Viticultura del Consejo Regulador y al aliciente que representan para los viticultores de la zona los premios en metálico de los que está dotado el Concurso “Pedro Cabezuelo”, el mildium solo afecta un porcentaje relativamente bajo de los viñedos de la DOP Montilla-Moriles.
El programa –que este año contempla premios de entre 200 y 700 euros para sus diferentes categorías– dio sus primeros frutos entre 1989 y 1991 cuando, gracias a las denuncias de las primeras manchas y a la divulgación realizada por la Delegación de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en los medios de comunicación y en charlas a los agricultores, se consiguió detener la epidemia.
Una vez que se detecta la primera mancha, se debe evitar arrancar la hoja afectada de la cepa, alertando de inmediato al Departamento de Salud Vegetal de la Delegación de Agricultura de Córdoba, a través de los teléfonos 957 001 002 y 957 001 648 o bien a través de esta dirección de correo electrónico.
Una vez verificada la infección, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador da la voz de alarma y, en caso de que sea necesario –porque se prevean lluvias inminentes o porque el mildium esté muy extendido– los viticultores pueden empezar a aplicar los tratamientos correspondientes, a base de productos penetrantes y sistémicos que actúan incluso cuando la enfermedad se ha hecho presente en la planta.
Las alertas que semanalmente emite el Aula de Viticultura del Consejo Regulador ofrecen información sobre todas las plagas y enfermedades que afectan al cultivo del viñedo y, también, sobre el estado fenológico de la planta, lo que ayuda a programar los calendarios de tratamientos, al anticiparse al ataque de los agentes fitopatógenos.
De esta forma, a los viñedos afectados se les pueden aplicar tratamientos a base de cobre que, además de ofrecer buenos resultados, tienen un coste relativamente bajo. No obstante, si la infección es mayor, es recomendable acudir a productos sistémicos, con lo que el tratamiento se encarece considerablemente.
Generalmente, los agricultores de Montemayor son los primeros en dar la alerta cada año en la zona Montilla-Moriles, al contar con viñedos en terrenos arenosos, donde la brotación es más temprana. Así, el pasado año los primeros avisos tuvieron lugar en los últimos días de abril en el término municipal de Montemayor.
En ese sentido, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador ha recomendado en su boletín semanal vigilar la posible aparición de los primeros síntomas de esta epidemia vegetal que afecta a las viñas, especialmente durante la primavera.
Conocido en otras regiones como añublo o mildeo, este hongo parásito originario de América puede ocasionar daños devastadores en todos los órganos de la planta si el clima le favorece. De esta forma, representa una de las enfermedades criptogámicas más peligrosas y de las más temidas por los viticultores porque, cuando la infección es grande, puede devastar toda la producción de una zona vitivinícola.
En los últimos años, y gracias a la constante labor del Aula de Viticultura del Consejo Regulador y al aliciente que representan para los viticultores de la zona los premios en metálico de los que está dotado el Concurso “Pedro Cabezuelo”, el mildium solo afecta un porcentaje relativamente bajo de los viñedos de la DOP Montilla-Moriles.
El programa –que este año contempla premios de entre 200 y 700 euros para sus diferentes categorías– dio sus primeros frutos entre 1989 y 1991 cuando, gracias a las denuncias de las primeras manchas y a la divulgación realizada por la Delegación de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en los medios de comunicación y en charlas a los agricultores, se consiguió detener la epidemia.
Una vez que se detecta la primera mancha, se debe evitar arrancar la hoja afectada de la cepa, alertando de inmediato al Departamento de Salud Vegetal de la Delegación de Agricultura de Córdoba, a través de los teléfonos 957 001 002 y 957 001 648 o bien a través de esta dirección de correo electrónico.
Una vez verificada la infección, el Aula de Viticultura del Consejo Regulador da la voz de alarma y, en caso de que sea necesario –porque se prevean lluvias inminentes o porque el mildium esté muy extendido– los viticultores pueden empezar a aplicar los tratamientos correspondientes, a base de productos penetrantes y sistémicos que actúan incluso cuando la enfermedad se ha hecho presente en la planta.
Las alertas que semanalmente emite el Aula de Viticultura del Consejo Regulador ofrecen información sobre todas las plagas y enfermedades que afectan al cultivo del viñedo y, también, sobre el estado fenológico de la planta, lo que ayuda a programar los calendarios de tratamientos, al anticiparse al ataque de los agentes fitopatógenos.
De esta forma, a los viñedos afectados se les pueden aplicar tratamientos a base de cobre que, además de ofrecer buenos resultados, tienen un coste relativamente bajo. No obstante, si la infección es mayor, es recomendable acudir a productos sistémicos, con lo que el tratamiento se encarece considerablemente.
Generalmente, los agricultores de Montemayor son los primeros en dar la alerta cada año en la zona Montilla-Moriles, al contar con viñedos en terrenos arenosos, donde la brotación es más temprana. Así, el pasado año los primeros avisos tuvieron lugar en los últimos días de abril en el término municipal de Montemayor.
I. TÉLLEZ / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍA: AULA VITICULTURA (ARCHIVO)
FOTOGRAFÍA: AULA VITICULTURA (ARCHIVO)