El marco Montilla-Moriles ha dado prácticamente por finalizada la vendimia 2022 que, según los datos dados a conocer por la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja-Córdoba), cerrará como una de las más cortas de las dos últimas décadas, con un aforo que oscilará entre los 24 y los 25 millones de kilos de uva.
Las altas temperaturas registradas a lo largo del mes de julio, unido a la sequía acumulada de los últimos años, ha provocado una importante caída en la producción del marco vitivinícola cordobés. Así, mientras la vendimia de 2021 finalizó con una producción de 30 millones de kilos de uva, la actual campaña ha registrado una caída de la producción superior al 20 por ciento.
En los últimos tiempos, la campaña más productiva fue la del año 2003, con 86,1 millones de kilos de uva, una cosecha que permitió elaborar 14,5 millones de litros de vino, de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes. Desde entonces, el aforo hecho público por el Consejo Regulador sitúa en 2012 la peor cosecha de la última década, cuando cooperativas y bodegas apenas molturaron 27,6 millones de kilos.
En esta ocasión, las altas temperaturas que se dejaron notar durante el mes de julio en buena parte de España llegaron a secar las hojas de muchas vides en el marco Montilla-Moriles, llegando a deshidratar la uva de una manera precipitada, lo que, a juicio de los expertos, "ha terminado alterando la maduración" y "reduciendo la cosecha de una manera importante".
Una caída de la producción que, asimismo, se ha visto afectada por el paulatino arranque de viñedos como consecuencia de la falta de relevo generacional y de las vicisitudes por las que viene atravesando el sector del vino. De este modo, la tendencia a la baja que se arrastra desde hace varias décadas ha situado en torno a 4.400 las hectáreas cultivadas de vid en el marco vitivinícola cordobés para esta campaña.
De este modo, las 300 hectáreas de vid que se han arrancado en el marco Montilla-Moriles en el último año según los datos aportados ayer por Asaja-Córdoba han reducido la superficie de viñedo en casi un 78 por ciento en las últimas cuatro décadas, pasando de las 19.000 hectáreas que se computaban a principios de los años ochenta a las 4.400 actuales.
La mayor parte de los viñedos del marco Montilla-Moriles se siguen concentrando en el término municipal de Montilla, donde al cierre de la pasada campaña se contabilizaban cerca de 1.800 hectáreas de vid, lo que representa el 38 por ciento de la superficie total de la DOP. Le seguían Aguilar de la Frontera, con 780 hectáreas; Moriles, con 390; Montemayor, con 350 hectáreas; y Cabra, con 330. Por su parte, la presencia de viñedo es testimonial en localidades como Fernán Núñez, Espejo y Doña Mencía.
En la actualidad, la DOP Montilla-Moriles engloba 18 municipios. De este modo, las localidades que conforman la Zona de Producción son Montilla, Moriles, Doña Mencía, Montalbán, Monturque, Nueva Carteya y Puente Genil, así como parte de los términos municipales de Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Castro del Río, Espejo, Fernán-Núñez, La Rambla, Lucena, Montemayor y Santaella. La zona de crianza se completa, además, con el núcleo urbano de Córdoba capital.
En lo que respecta a las variedades negras, el balance no es mucho mejor. Según Juan Manuel Centella, presidente de la Sectorial Vitivinícola de Asaja-Córdoba, las uvas tintas prácticamente han desaparecido en la zona, donde quedarían apenas 200 hectáreas cultivadas.
Las altas temperaturas registradas a lo largo del mes de julio, unido a la sequía acumulada de los últimos años, ha provocado una importante caída en la producción del marco vitivinícola cordobés. Así, mientras la vendimia de 2021 finalizó con una producción de 30 millones de kilos de uva, la actual campaña ha registrado una caída de la producción superior al 20 por ciento.
En los últimos tiempos, la campaña más productiva fue la del año 2003, con 86,1 millones de kilos de uva, una cosecha que permitió elaborar 14,5 millones de litros de vino, de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes. Desde entonces, el aforo hecho público por el Consejo Regulador sitúa en 2012 la peor cosecha de la última década, cuando cooperativas y bodegas apenas molturaron 27,6 millones de kilos.
En esta ocasión, las altas temperaturas que se dejaron notar durante el mes de julio en buena parte de España llegaron a secar las hojas de muchas vides en el marco Montilla-Moriles, llegando a deshidratar la uva de una manera precipitada, lo que, a juicio de los expertos, "ha terminado alterando la maduración" y "reduciendo la cosecha de una manera importante".
Una caída de la producción que, asimismo, se ha visto afectada por el paulatino arranque de viñedos como consecuencia de la falta de relevo generacional y de las vicisitudes por las que viene atravesando el sector del vino. De este modo, la tendencia a la baja que se arrastra desde hace varias décadas ha situado en torno a 4.400 las hectáreas cultivadas de vid en el marco vitivinícola cordobés para esta campaña.
De este modo, las 300 hectáreas de vid que se han arrancado en el marco Montilla-Moriles en el último año según los datos aportados ayer por Asaja-Córdoba han reducido la superficie de viñedo en casi un 78 por ciento en las últimas cuatro décadas, pasando de las 19.000 hectáreas que se computaban a principios de los años ochenta a las 4.400 actuales.
La mayor parte de los viñedos del marco Montilla-Moriles se siguen concentrando en el término municipal de Montilla, donde al cierre de la pasada campaña se contabilizaban cerca de 1.800 hectáreas de vid, lo que representa el 38 por ciento de la superficie total de la DOP. Le seguían Aguilar de la Frontera, con 780 hectáreas; Moriles, con 390; Montemayor, con 350 hectáreas; y Cabra, con 330. Por su parte, la presencia de viñedo es testimonial en localidades como Fernán Núñez, Espejo y Doña Mencía.
En la actualidad, la DOP Montilla-Moriles engloba 18 municipios. De este modo, las localidades que conforman la Zona de Producción son Montilla, Moriles, Doña Mencía, Montalbán, Monturque, Nueva Carteya y Puente Genil, así como parte de los términos municipales de Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Castro del Río, Espejo, Fernán-Núñez, La Rambla, Lucena, Montemayor y Santaella. La zona de crianza se completa, además, con el núcleo urbano de Córdoba capital.
En lo que respecta a las variedades negras, el balance no es mucho mejor. Según Juan Manuel Centella, presidente de la Sectorial Vitivinícola de Asaja-Córdoba, las uvas tintas prácticamente han desaparecido en la zona, donde quedarían apenas 200 hectáreas cultivadas.
I. TÉLLEZ / J.P. BELLIDO
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR