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Las elevadas temperaturas obligan a la cooperativa La Unión a adelantar la recolección de las uvas tintas

Las elevadas temperaturas que se vienen registrando en la Campiña Sur Cordobesa desde hace varios días, unidas al estrés hídrico que sufren las cepas como consecuencia de la falta de precipitaciones, han provocado un nuevo adelanto en la recolección de las variedades de uva negra que darán lugar a los caldos amparados por el indicativo geográfico Vinos de la Tierra de Córdoba, un sello de calidad que entró en vigor el 26 de abril de 2004 y que, desde entonces, certifica la calidad de los tintos de la provincia.


Tan solo cinco días después del inicio de la recolección de las primeras variedades de uva blanca, ideales para la elaboración de vinos jóvenes sin crianza, los técnicos de la Cooperativa Agrícola La Unión, una de las entidades de referencia en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, han decidido iniciar esta misma madrugada la vendimia de la variedad Merlot.

"Las sucesivas olas de calor y la falta de lluvia también han pasado factura a las viñas de uva tinta, que presentan poca vegetación y racimos con granos más pequeños de lo normal aunque, eso sí, de una gran calidad y con un estado sanitario excelente, por lo que esperamos obtener unos vinos varietales de gran calidad", reconoció ayer Francisco Fernández, director-gerente de La Unión, en declaraciones a Andalucía Digital.


Según el máximo responsable de la entidad, que desarrolla desde hace años la mayor vendimia de toda Andalucía, "al no disponer de datos sobre el arranque de viñedos tintos en nuestra comarca es difícil calcular en qué porcentaje disminuirá la producción con respecto al pasado año, aunque parece claro que la cosecha será menor, debido también a los efectos de la climatología".

La Cooperativa Agrícola La Unión fue una de las impulsoras de la diversificación de variedades a mediados de la pasada década de los noventa en la Campiña Sur Cordobesa. En Montemayor, las primeras plantaciones de esta clase de uva se realizaron en el año 2000, al amparo de las ayudas que la Unión Europea concedió para la reconversión y la reestructuración del viñedo de la zona Montilla-Moriles.


Sin embargo, de aquella apuesta que se hizo ya solo quedan algunas parcelas testimoniales, en torno a unas 200 hectáreas, debido al lento decaimiento de las cepas de algunas variedades tintas ante el caluroso clima de la Campiña Sur Cordobesa, unido a unos precios de la uva que, en algunos años, tampoco han resultado atractivos para los viticultores.

Con todo, las primeras uvas de color negro llegaron a la comarca en 1973, concretamente al cortijo de El Caño en La Rambla. Allí, el técnico agrícola Francisco Solano Bellido decidió estudiar la aclimatación en la comarca de una treintena de variedades, al objeto de poder diferenciar en su sistema de plantación factores como la calidad, la producción y la época de maduración del fruto.


Dos décadas más tarde, las cooperativas Nuestra Señora de la Aurora y La Unión comenzaron a trabajar con variedades de uva tinta en dos plantaciones experimentales situadas en el término municipal de Montilla. En la actualidad, ambas entidades, junto a la cooperativa San Acacio de Montemayor, molturan la mayor parte de la uva tinta de la comarca.

Otra de las firmas que elabora vino tinto en la zona es Bodegas Marenas, que cuenta con cepas de la variedad Pinot Negra en el paraje de Río Frío Alto, a unos 450 metros de altitud, en plena Sierra de Montilla, en un terreno más calizo que el de Cerro Encinas, donde la firma que regenta José Miguel Márquez cuenta con otro viñedo de unas seis hectáreas sobre unos terrenos arenosos y arcillosos con altos contenidos en carbonatos y caliza activa que proporcionan un fruto de alta calidad.

J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
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