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Los especialistas advierten de los "desajustes" que provoca el calor en las personas con diabetes

En los meses de verano, las personas con diabetes “deben vigilar en todo momento su hidratación con el fin de reducir la posibilidad de que se produzca una deshidratación, tras la que se podrían presentar hiperglucemias y desajustes en su control glucémico”, según ha indicado Lourdes de la Bastida, nutricionista del Hospital Quirónsalud Córdoba.


Lourdes de la Bastida ha explicado que la diabetes es una de las patologías más prevalentes en España y cada año aumenta el número de personas que la presentan, alcanzando una prevalencia del 14,8 por ciento, y afectando a uno de cada siete adultos en nuestro país, según la Federación Internacional de Diabetes (FID). Durante el verano, los pacientes de diabetes “han de prestar especial atención a la hidratación, alimentación y actividad física”.

Es importante recordar que el agua tiene un papel fundamental en nuestro organismo, por lo que “puede ser una buena práctica anticiparse a una posible deshidratación y consumir agua y bebidas saludables como el agua con limón o infusiones en frío”, ha destacado la nutricionista. Además, tomar alimentos con alto contenido en agua como el gazpacho, tomate, melocotón, melón o sandía, ayudan a mejorar la hidratación.

HOSPITAL QUIRONSALUD CÓRDOBA

Sin embargo, el alcohol produce un efecto hipoglucemiante, por lo que las personas con diabetes tienen que evitar su consumo, y también tiene que ser moderado el de bebidas azucaradas por su alto contenido en hidratos de carbono, ya que pueden producir hiperglucemias.

Lourdes de la Bastida ha resaltado que existen diferentes herramientas para conocer cómo alimentarse adecuadamente en caso de tener diabetes, y el método del plato es uno de los más recomendables. Este método establece que la mitad del plato debe incluir verdura, un cuarto alimentos proteicos (pescado, carne o huevo), y el otro cuarto alimentos con mayor contenido de hidratos de carbono (arroz, pasta o patata). La cantidad también se puede calcular mediante báscula, vaso medidor, guías visuales de alimentos o etiquetado nutricional, si el alimento está envasado.

Comidas en período de vacaciones


Durante las vacaciones se come con más frecuencia fuera de casa, por lo que la dieta por raciones es una buena elección, al ayudar a controlar la cantidad de hidratos de carbono en cada comida del día y así se pueden adaptar la dosis de insulina rápida (para los pacientes que la tengan prescrita), a los hidratos que se toman. De esta manera, se consigue mayor estabilidad de los niveles de glucosa en sangre y se reduce el número y la intensidad de los episodios de hipoglucemia.


En el momento de elaborar las comidas, hay diferentes factores, según ha explicado Lourdes de la Bastida, “que van a influir en la biodisponibilidad de los hidratos de carbono en el organismo y, por tanto, en un buen control glucémico”. Por ejemplo, reducir el tempo de cocción, alimentos enteros en lugar de triturados, un contenido alto en fibra y menor maduración de la fruta, van a reducir a carga glucémica de las comidas y se va a producir un mayor control de los valores de glucosa.

Para las personas con diabetes, dedicar un tiempo a planificar el menú de la semana es muy positivo porque se evita la improvisación y se asegura tener todos los grupos de alimentos necesarios para un buen control de la enfermedad. En el caso de la patata, arroz o pasta, si se cocina el día anterior y se deja enfriar en la nevera 24 horas, “conseguimos la formación de almidón resistente, que tiene una absorción más lenta y podría mejorar el control glucémico”.

En este sentido, la nutricionista ha afirmado que, “si consumimos en primer lugar una ensalada y después un plato de pasta, el aumento de glucosa será más lento que si lo hacemos al contrario.

En cualquier caso, es importante seguir las indicaciones del endocrino que lleve el seguimiento de la diabetes y planificar con un nutricionista especializado una pauta personalizada que se ajuste a las necesidades de cada persona”. Realizar una alimentación inadecuada puede perjudicar la salud y empeorar los controles de glucemia, la salud cardiovascular o producir aumento de peso, entre otros aspectos.

Respecto al ejercicio físico en verano, Lourdes de la Bastida ha recordado que “si practicamos más ejercicio del habitual, puede repercutir positivamente en la diabetes, siempre que se ajuste la alimentación y la pauta de insulina a esta nueva situación, y se realice mientras la temperatura lo permita, evitando las horas de mayor calor”.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍAS: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA

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