Más de un centenar de agricultores de toda la comarca quisieron arropar ayer tarde a la empresa Antonio Cano e Hijos que, a través de su gerente, Antonio Cano, y en colaboración con Rafael Serrano, de la firma Comatrans Serrano, inauguró un nuevo puesto de recepción de aceituna en Montilla.
Las instalaciones, equipadas con la última tecnología para la recepción y el procesado de aceitunas, se encuentran situadas en el kilómetro 1 de la carretera Montilla-Nueva Carteya, muy cerca de Los Picos de El Cigarral. Ese ha sido el lugar escogido por Antonio Cano y Rafael Serrano, dos emprendedores de la comarca que iniciaron su colaboración en la recepción de aceituna, tanto para aderezo como para almazara, allá por el año 1985, ofreciendo a los agricultores una garantía y un trato distinguido.
Con las nuevas instalaciones inauguradas ayer, la empresa Antonio Cano e Hijos también quiere prestar el servicio de recogida de aceituna ecológica. Y es que el fundador de la empresa, Antonio Cano Cano, fue pionero en España en la producción y distribución de aceite ecológico procedente de sus propias plantaciones.
La empresa Antonio Cano e Hijos tiene su sede central en la localidad cordobesa de Luque, donde cuenta con una fábrica de aceites y una fábrica de harinas, además de varios centros de recepción de aceituna repartidos por varias provincias de Andalucia. La firma emplea en la actualidad a más de medio centenar de personas y distribuye sus aceites de oliva virgen extra –tanto ecológicos como convencionales– en países de los cinco continentes.
La empresa Antonio Cano e Hijos atesora ya cerca de seis décadas de historia. No en vano, los cimientos de la firma se asientan en el año 1968, cuando Antonio Cano Cano y su esposa, Josefa Vico Justicia, adquieren en la localidad cordobesa de Luque unas instalaciones que se encontraban en desuso y que disponían de una fábrica de harina y una fábrica de aceite.
De inmediato, el matrimonio Cano Vico puso en funcionamiento la fábrica de harina, actividad de la que provenía la familia del padre de familia y que, en realidad, era su verdadera vocación. En diciembre de 1987, Antonio Cano hace partícipe a su familia de la empresa, constituyendo dos sociedades: por una parte, Harinas Antonio Cano –que asume la explotación de la fábrica de harina–, y por otra, Antonio Cano e Hijos, que se encarga de la fábrica de aceites.
Entre los años 1990 y 1993, la firma remodela y moderniza sus instalaciones. Así, además de adaptar la fábrica de harina a una capacidad de producción adecuada para responder al creciente mercado harinero, en la almazara sustituye el antiguo sistema de extracción de aceite mediante capachos por nuevas tecnologías, con la instalación de un sistema continuo de dos fases que incrementaba notablemente su capacidad de molturación y apostando claramente por la calidad.
En 1998, con el fin de agilizar la gestión del negocio, procede a la fusión de las dos sociedades, quedando Antonio Cano e Hijos como la única razón social que desarrolla ambas actividades, harinera y aceitera. Desde entonces, hablar de Antonio Cano e Hijos es sinónimo de calidad y seriedad.
"Detrás de esta buena reputación a nivel nacional e internacional hay mucho esfuerzo, trabajo, responsabilidad, motivación y constancia", resaltan desde la firma, para añadir que "a pesar de todas las dificultades, seguimos manteniendo los valores familiares inculcados, las ganas de trabajar y la calidad en nuestros productos".
Las instalaciones, equipadas con la última tecnología para la recepción y el procesado de aceitunas, se encuentran situadas en el kilómetro 1 de la carretera Montilla-Nueva Carteya, muy cerca de Los Picos de El Cigarral. Ese ha sido el lugar escogido por Antonio Cano y Rafael Serrano, dos emprendedores de la comarca que iniciaron su colaboración en la recepción de aceituna, tanto para aderezo como para almazara, allá por el año 1985, ofreciendo a los agricultores una garantía y un trato distinguido.
Con las nuevas instalaciones inauguradas ayer, la empresa Antonio Cano e Hijos también quiere prestar el servicio de recogida de aceituna ecológica. Y es que el fundador de la empresa, Antonio Cano Cano, fue pionero en España en la producción y distribución de aceite ecológico procedente de sus propias plantaciones.
La empresa Antonio Cano e Hijos tiene su sede central en la localidad cordobesa de Luque, donde cuenta con una fábrica de aceites y una fábrica de harinas, además de varios centros de recepción de aceituna repartidos por varias provincias de Andalucia. La firma emplea en la actualidad a más de medio centenar de personas y distribuye sus aceites de oliva virgen extra –tanto ecológicos como convencionales– en países de los cinco continentes.
Casi seis décadas de historia
La empresa Antonio Cano e Hijos atesora ya cerca de seis décadas de historia. No en vano, los cimientos de la firma se asientan en el año 1968, cuando Antonio Cano Cano y su esposa, Josefa Vico Justicia, adquieren en la localidad cordobesa de Luque unas instalaciones que se encontraban en desuso y que disponían de una fábrica de harina y una fábrica de aceite.
De inmediato, el matrimonio Cano Vico puso en funcionamiento la fábrica de harina, actividad de la que provenía la familia del padre de familia y que, en realidad, era su verdadera vocación. En diciembre de 1987, Antonio Cano hace partícipe a su familia de la empresa, constituyendo dos sociedades: por una parte, Harinas Antonio Cano –que asume la explotación de la fábrica de harina–, y por otra, Antonio Cano e Hijos, que se encarga de la fábrica de aceites.
Entre los años 1990 y 1993, la firma remodela y moderniza sus instalaciones. Así, además de adaptar la fábrica de harina a una capacidad de producción adecuada para responder al creciente mercado harinero, en la almazara sustituye el antiguo sistema de extracción de aceite mediante capachos por nuevas tecnologías, con la instalación de un sistema continuo de dos fases que incrementaba notablemente su capacidad de molturación y apostando claramente por la calidad.
En 1998, con el fin de agilizar la gestión del negocio, procede a la fusión de las dos sociedades, quedando Antonio Cano e Hijos como la única razón social que desarrolla ambas actividades, harinera y aceitera. Desde entonces, hablar de Antonio Cano e Hijos es sinónimo de calidad y seriedad.
"Detrás de esta buena reputación a nivel nacional e internacional hay mucho esfuerzo, trabajo, responsabilidad, motivación y constancia", resaltan desde la firma, para añadir que "a pesar de todas las dificultades, seguimos manteniendo los valores familiares inculcados, las ganas de trabajar y la calidad en nuestros productos".
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍAS: ANTONIO CANO E HIJOS
FOTOGRAFÍAS: ANTONIO CANO E HIJOS
