La “meteórica” evolución del stent ha revolucionado el tratamiento de las enfermedades del corazón en sólo 35 años, desde que se implantaron las primeras unidades, lo que ha variado completamente el pronóstico de infarto de miocardio, al reducir su mortalidad en más de un 90 por ciento. Así lo ha puesto de manifiesto la doctora Soledad Ojeda, jefa del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Córdoba.
La doctora Ojeda ha explicado, con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra hoy, que “es fundamental dar a conocer la importancia del stent, que es sin duda el material médico que más impacto tiene en medicina y que más ha cambiado el pronóstico de una enfermedad, en concreto del infarto agudo de miocardio”.
El stent es una plataforma metálica milimétrica que se puede implantar dentro de las arterias del corazón, con el objetivo de resolver la estenosis u oclusión de la arteria del corazón y restaurar el flujo de sangre normal. Se trata de “auténticas obras de ingeniería, fruto de los grandes avances en la investigación tecnológica”, en palabras de la especialista.
Por su parte, el doctor Francisco José Hidalgo, cardiólogo intervencionista del servicio de Cardiología del centro, ha señalado que cada en año en España más de 75.000 personas sufren una enfermedad de corazón que requiere el implante de un stent, más de la mitad debido a infarto agudo de miocardio.
Esta acción médica de abrir una arteria cerrada o muy estrecha mediante la colocación de un stent requiere, a su vez, la coordinación de muchos profesionales en un trabajo contra reloj, que ha revolucionado el pronóstico de esta enfermedad, ya que, hasta hace no muchos años, los pacientes no tenían opción de tratamiento y hoy en día la mortalidad durante la fase de hospitalización no supera el 10 por ciento.
El doctor Hidalgo ha recordado que la razón fisiopatológica más frecuente del infarto agudo de miocardio es la ruptura de una placa de ateroma, que tiene un contenido lipídico (grasa) en su interior que, al entrar en contacto con plaquetas del torrente sanguíneo, éstas lo reconocen como un material extraño comenzando el proceso de formación de un trombo.
Este trombo acaba produciendo el cierre total o parcial de la arteria, dejando sin riego una parte del músculo cardíaco. Así, como cualquier tejido que se queda sin oxígeno y nutrientes, comienza un proceso de muerte celular que será mayor cuanto más tiempo pase entre el cierre y la apertura de esta arteria.
Por tanto, “es esencial acudir a Urgencias ante la aparición de síntomas como dolor torácico, sensación brusca de ahogo o pérdida de conciencia, entre otros, ya que el daño será menor mientras menos tiempo transcurra entre el inicio de los síntomas y la apertura de la arteria por un equipo de Hemodinámica”, ha afirmado el doctor.
Este tiempo se contabiliza en minutos desde el diagnóstico de infarto y los profesionales implicados ponen en marcha un cronómetro para intentar resolver el problema del paciente en menos de 120 minutos (incluso en menos de 60 si el diagnóstico se produce en un centro con disponibilidad de realizar un cateterismo emergente).
No obstante, la doctora Ojeda ha insistido en que el mejor stent “es, sin duda, el que no se implanta, gracias a seguir una vida sana”. Mantener una alimentación saludable, realizar ejercicio físico, llevar un control exhaustivo de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, colesterol alto y/o triglicéridos, diabetes mellitus), evitar el hábito tabáquico o abandonarlo si se es fumador, controlar el sobrepeso y reducir el estrés son medidas que reducen de forma drástica la probabilidad de desarrollar enfermedad cardíaca en el futuro y, concretamente, de sufrir un infarto agudo de miocardio.
Por tanto, es muy importante que, con motivo del Día Mundial del Corazón, “hagamos un llamamiento a la prevención cardiovascular, al autocuidado y a la conciencia de la enfermedad cardíaca, ya que no hay mejor tratamiento que el cuidado diario”.
La doctora Ojeda ha explicado, con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra hoy, que “es fundamental dar a conocer la importancia del stent, que es sin duda el material médico que más impacto tiene en medicina y que más ha cambiado el pronóstico de una enfermedad, en concreto del infarto agudo de miocardio”.
El stent es una plataforma metálica milimétrica que se puede implantar dentro de las arterias del corazón, con el objetivo de resolver la estenosis u oclusión de la arteria del corazón y restaurar el flujo de sangre normal. Se trata de “auténticas obras de ingeniería, fruto de los grandes avances en la investigación tecnológica”, en palabras de la especialista.
Por su parte, el doctor Francisco José Hidalgo, cardiólogo intervencionista del servicio de Cardiología del centro, ha señalado que cada en año en España más de 75.000 personas sufren una enfermedad de corazón que requiere el implante de un stent, más de la mitad debido a infarto agudo de miocardio.
Esta acción médica de abrir una arteria cerrada o muy estrecha mediante la colocación de un stent requiere, a su vez, la coordinación de muchos profesionales en un trabajo contra reloj, que ha revolucionado el pronóstico de esta enfermedad, ya que, hasta hace no muchos años, los pacientes no tenían opción de tratamiento y hoy en día la mortalidad durante la fase de hospitalización no supera el 10 por ciento.
El doctor Hidalgo ha recordado que la razón fisiopatológica más frecuente del infarto agudo de miocardio es la ruptura de una placa de ateroma, que tiene un contenido lipídico (grasa) en su interior que, al entrar en contacto con plaquetas del torrente sanguíneo, éstas lo reconocen como un material extraño comenzando el proceso de formación de un trombo.
Este trombo acaba produciendo el cierre total o parcial de la arteria, dejando sin riego una parte del músculo cardíaco. Así, como cualquier tejido que se queda sin oxígeno y nutrientes, comienza un proceso de muerte celular que será mayor cuanto más tiempo pase entre el cierre y la apertura de esta arteria.
Por tanto, “es esencial acudir a Urgencias ante la aparición de síntomas como dolor torácico, sensación brusca de ahogo o pérdida de conciencia, entre otros, ya que el daño será menor mientras menos tiempo transcurra entre el inicio de los síntomas y la apertura de la arteria por un equipo de Hemodinámica”, ha afirmado el doctor.
Este tiempo se contabiliza en minutos desde el diagnóstico de infarto y los profesionales implicados ponen en marcha un cronómetro para intentar resolver el problema del paciente en menos de 120 minutos (incluso en menos de 60 si el diagnóstico se produce en un centro con disponibilidad de realizar un cateterismo emergente).
No obstante, la doctora Ojeda ha insistido en que el mejor stent “es, sin duda, el que no se implanta, gracias a seguir una vida sana”. Mantener una alimentación saludable, realizar ejercicio físico, llevar un control exhaustivo de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, colesterol alto y/o triglicéridos, diabetes mellitus), evitar el hábito tabáquico o abandonarlo si se es fumador, controlar el sobrepeso y reducir el estrés son medidas que reducen de forma drástica la probabilidad de desarrollar enfermedad cardíaca en el futuro y, concretamente, de sufrir un infarto agudo de miocardio.
Por tanto, es muy importante que, con motivo del Día Mundial del Corazón, “hagamos un llamamiento a la prevención cardiovascular, al autocuidado y a la conciencia de la enfermedad cardíaca, ya que no hay mejor tratamiento que el cuidado diario”.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA
FOTOGRAFÍA: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA