El proceso de renovación del Pleno del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles ha llevado a un grupo de bodegas y lagares del marco a cuestionar la “unidad del sector” que pregona la propia entidad, tras anunciar la presentación de candidaturas únicas en cada uno de los censos habilitados, como adelantó en primicia Montilla Digital.
El portavoz del colectivo, Cristóbal Luque, ha calificado de “cosméticos” los acuerdos anunciados y de “patada al balón hacia adelante” la convocatoria de unas elecciones que, como ha subrayado, “no se van a celebrar porque, como viene ocurriendo desde hace décadas en la zona Montilla-Moriles, se ha acordado una lista única que, en realidad, responde a un consenso obligado”.
Ello ha llevado a Bodegas Robles, Bodegas Doblas, Lagar de Casablanca, Bodegas Maíllo, Bodegas San Pablo, Lagar de la Primilla, Lagar de Los Frailes, Lagar Los Raigones y Bodega Cooperativa Jesús Nazareno de Baena a cuestionar la fórmula empleada para renovar los órganos de dirección del Consejo Regulador y que, a juicio de los denunciantes, obedece a un “injusto y arbitrario reparto de representantes” en función de las hectáreas de viñedo y de los hectolitros de vino calificados que, como resaltan los afectados, “pesan la mitad –arbitrariamente– que los hectolitros comercializados”.
Este sistema de voto así ponderado “evita o disuade el proceso y la confrontación electoral de listas alternativas”, ya que, según las bodegas y lagares que conforman este grupo, “una vez se hace un cálculo de los votos necesarios para optar a dirigir el Consejo Regulador, resulta imposible llegar a la conclusión de que, desde dentro y participando, se pueda modificar el statu quo en el que el marco Montilla-Moriles lleva instalado más de tres décadas, con la anuencia de la Junta de Andalucía”.
“Toda esta situación propicia que, de manera teatral, el Consejo Regulador anuncie sin despeinarse nuevos y mejores tiempos en base a promesas de cambio y a propósitos de enmienda difíciles de creer, a la vista de los comportamientos y los resultados de los últimos ejercicios”, sostiene el portavoz del grupo de bodegas y lagares de Montilla-Moriles.
Y es que, junto a una gestión económica que tildan de “anómala” –y que, como adelantó en primicia este periódico, acabó en la suspensión de la Cata de Córdoba–, el colectivo denuncia un “déficit democrático que hace imposible alcanzar la alternancia y la conformación de otras mayorías” en el seno del Consejo Regulador que, con la reglamentación actual, “estaría sufriendo una especie de secuestro por parte de una élite”.
Por todo ello, desde el grupo de bodegas y lagares de Montilla-Moriles se reclama a la Junta de Andalucía la adopción de “acciones de tutela” para “garantizar el funcionamiento democrático del Consejo Regulador”, además de la revisión y actualización de la normativa actual, en aras de garantizar “una mejor representatividad sectorial no sujeta a limitaciones o dependencias”, sino basada en un “equilibrio de intereses armonizado y transparente”, con la idea de que todos los operadores del marco "se sientan integrados".
El portavoz del colectivo, Cristóbal Luque, ha calificado de “cosméticos” los acuerdos anunciados y de “patada al balón hacia adelante” la convocatoria de unas elecciones que, como ha subrayado, “no se van a celebrar porque, como viene ocurriendo desde hace décadas en la zona Montilla-Moriles, se ha acordado una lista única que, en realidad, responde a un consenso obligado”.
Ello ha llevado a Bodegas Robles, Bodegas Doblas, Lagar de Casablanca, Bodegas Maíllo, Bodegas San Pablo, Lagar de la Primilla, Lagar de Los Frailes, Lagar Los Raigones y Bodega Cooperativa Jesús Nazareno de Baena a cuestionar la fórmula empleada para renovar los órganos de dirección del Consejo Regulador y que, a juicio de los denunciantes, obedece a un “injusto y arbitrario reparto de representantes” en función de las hectáreas de viñedo y de los hectolitros de vino calificados que, como resaltan los afectados, “pesan la mitad –arbitrariamente– que los hectolitros comercializados”.
Este sistema de voto así ponderado “evita o disuade el proceso y la confrontación electoral de listas alternativas”, ya que, según las bodegas y lagares que conforman este grupo, “una vez se hace un cálculo de los votos necesarios para optar a dirigir el Consejo Regulador, resulta imposible llegar a la conclusión de que, desde dentro y participando, se pueda modificar el statu quo en el que el marco Montilla-Moriles lleva instalado más de tres décadas, con la anuencia de la Junta de Andalucía”.
“Toda esta situación propicia que, de manera teatral, el Consejo Regulador anuncie sin despeinarse nuevos y mejores tiempos en base a promesas de cambio y a propósitos de enmienda difíciles de creer, a la vista de los comportamientos y los resultados de los últimos ejercicios”, sostiene el portavoz del grupo de bodegas y lagares de Montilla-Moriles.
Y es que, junto a una gestión económica que tildan de “anómala” –y que, como adelantó en primicia este periódico, acabó en la suspensión de la Cata de Córdoba–, el colectivo denuncia un “déficit democrático que hace imposible alcanzar la alternancia y la conformación de otras mayorías” en el seno del Consejo Regulador que, con la reglamentación actual, “estaría sufriendo una especie de secuestro por parte de una élite”.
Por todo ello, desde el grupo de bodegas y lagares de Montilla-Moriles se reclama a la Junta de Andalucía la adopción de “acciones de tutela” para “garantizar el funcionamiento democrático del Consejo Regulador”, además de la revisión y actualización de la normativa actual, en aras de garantizar “una mejor representatividad sectorial no sujeta a limitaciones o dependencias”, sino basada en un “equilibrio de intereses armonizado y transparente”, con la idea de que todos los operadores del marco "se sientan integrados".
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR (ARCHIVO)
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR (ARCHIVO)