Uno de los problemas medioambientales actualmente más graves es la ingente cantidad y volumen de residuos que se generan a diario. En periodos como la Navidad, y fechas señaladas como la llegada de los Reyes Magos, la generación de envases y embalajes se multiplica y, por ello, desde la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía se incide en la importancia de realizar un consumo responsable y sostenible.
La filosofía del reciclaje empieza por minimizar la generación de residuos y favorecer la economía circular, teniendo como referencia la 'Regla de las 3R' (reducir, reutilizar y reciclar) en nuestros hogares, en las compras que realicemos y en los hábitos de consumo o actividades de ocio. Esta actitud responsable y sostenible trasciende la tradicional separación de residuos y su depósito en los contenedores correspondientes o puntos limpios (orgánicos, envases, vidrio, papel, medicamentos -punto Sigre-, pilas, baterías, aceites de cocina, textiles, y aparatos eléctricos y electrónicos).
Durante todo el año, y en especial en periodos de gran consumo como las fiestas navideñas, se debe evitar la compra innecesaria de productos. En este sentido, se recomienda elaborar una lista detallada con los productos o artículos necesarios y fijar un presupuesto, evitando así caer en compras impulsivas o innecesarias.
Al realizar las compras, no sólo de artículos, sino también de alimentos, es recomendable priorizar la adquisición de los que tengan menos envoltorio plástico o sobrante, como las barquetas plásticas en productos alimentarios como frutas, verduras o carnes, y eludir los productos sobreenvasados.
Asimismo, se recomienda optar por aquellos productos que sean más duraderos. Para contribuir a este objetivo se puede optar, por ejemplo, por las bombillas de bajo consumo, que consumen un 80% menos de electricidad y duran entre seis y ocho veces más que las convencionales. En el caso de otros artículos, también podemos escoger productos con cierta durabilidad, descartando los que tengan uno o pocos usos (paños de limpieza, tazas, maquinillas de afeitar o pilas recargables).
Los productos textiles suelen ser algunos de los más regalados en Navidad. En este sentido, pueden realizarse acciones sostenibles como dar una segunda vida a la ropa o al calzado que no se utiliza, donándolos a asociaciones benéficas o reconvirtiendo la ropa más deteriorada en trapos para la cocina o para limpiar.
Respecto a los adornos navideños, se aconseja reutilizar los de años anteriores, si se conservan en buenas condiciones, o fabricar nuestros propios adornos, con la participación de los niños y las niñas de la casa, empleando materiales que se posean.
Otra buena manera de contribuir al consumo responsable y sostenible es reutilizar, regalar y donar juguetes para darles una segunda vida, reutilizar las bolsas de nuestras compras o llevar nuestra propia bolsa reutilizable a los establecimientos.
Para evitar desperdiciar alimentos, se puede planificar el menú de cada día, eliminando de esta forma las improvisaciones, y confeccionar un listado con lo realmente necesario, además de atender a la información del etiquetado, como las fechas de caducidad (fecha a partir de la que un producto no se puede consumir) y de consumo preferente (aunque pueda consumirse después de la fecha indicada, alguna de las propiedades del producto pueden verse afectadas, como el sabor, olor o textura).
Los productos a granel, en lugar de los envasados, contribuyen a reducir el desperdicio y la generación de residuos. Igualmente, si se acude a un bar o restaurante y sobra comida, se puede solicitar que la preparen para llevarla a casa y frenar así el desperdicio innecesario de los alimentos.
La filosofía del reciclaje empieza por minimizar la generación de residuos y favorecer la economía circular, teniendo como referencia la 'Regla de las 3R' (reducir, reutilizar y reciclar) en nuestros hogares, en las compras que realicemos y en los hábitos de consumo o actividades de ocio. Esta actitud responsable y sostenible trasciende la tradicional separación de residuos y su depósito en los contenedores correspondientes o puntos limpios (orgánicos, envases, vidrio, papel, medicamentos -punto Sigre-, pilas, baterías, aceites de cocina, textiles, y aparatos eléctricos y electrónicos).
Durante todo el año, y en especial en periodos de gran consumo como las fiestas navideñas, se debe evitar la compra innecesaria de productos. En este sentido, se recomienda elaborar una lista detallada con los productos o artículos necesarios y fijar un presupuesto, evitando así caer en compras impulsivas o innecesarias.
Al realizar las compras, no sólo de artículos, sino también de alimentos, es recomendable priorizar la adquisición de los que tengan menos envoltorio plástico o sobrante, como las barquetas plásticas en productos alimentarios como frutas, verduras o carnes, y eludir los productos sobreenvasados.
Asimismo, se recomienda optar por aquellos productos que sean más duraderos. Para contribuir a este objetivo se puede optar, por ejemplo, por las bombillas de bajo consumo, que consumen un 80% menos de electricidad y duran entre seis y ocho veces más que las convencionales. En el caso de otros artículos, también podemos escoger productos con cierta durabilidad, descartando los que tengan uno o pocos usos (paños de limpieza, tazas, maquinillas de afeitar o pilas recargables).
Los productos textiles suelen ser algunos de los más regalados en Navidad. En este sentido, pueden realizarse acciones sostenibles como dar una segunda vida a la ropa o al calzado que no se utiliza, donándolos a asociaciones benéficas o reconvirtiendo la ropa más deteriorada en trapos para la cocina o para limpiar.
Respecto a los adornos navideños, se aconseja reutilizar los de años anteriores, si se conservan en buenas condiciones, o fabricar nuestros propios adornos, con la participación de los niños y las niñas de la casa, empleando materiales que se posean.
Otra buena manera de contribuir al consumo responsable y sostenible es reutilizar, regalar y donar juguetes para darles una segunda vida, reutilizar las bolsas de nuestras compras o llevar nuestra propia bolsa reutilizable a los establecimientos.
Para evitar desperdiciar alimentos, se puede planificar el menú de cada día, eliminando de esta forma las improvisaciones, y confeccionar un listado con lo realmente necesario, además de atender a la información del etiquetado, como las fechas de caducidad (fecha a partir de la que un producto no se puede consumir) y de consumo preferente (aunque pueda consumirse después de la fecha indicada, alguna de las propiedades del producto pueden verse afectadas, como el sabor, olor o textura).
Los productos a granel, en lugar de los envasados, contribuyen a reducir el desperdicio y la generación de residuos. Igualmente, si se acude a un bar o restaurante y sobra comida, se puede solicitar que la preparen para llevarla a casa y frenar así el desperdicio innecesario de los alimentos.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: DEPOSITPHOTOS.COM
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